Don
Winslowes un escritor
nacido en Nueva York y que como dice en la página web del autor
(http://www.donwinslow.es/), antes de ser novelista se dedicó a un
montón de cosas, como actor, director de cine, guía de safari,
investigador privado en Londres, Nueva york, y consultor para
compañías de seguros y bufetes de abogados.
Podríamos
pensar que es un autor que está empezando, pero nada más lejos de
la realidad, pues ya lleva casi veinte años publicando libros. Lo
que pasa es que hasta hace muy poco solamente era conocido por unos
cuantos aficionados al género de la novela negra, algo que está
cambiando rápidamente, no solo porque han sido publicados ya buena
parte de sus libros, sino porque la versión cinematográfica de su
novela ”Salvajes” lo
ha dado a conocer al gran público. Y eso que no es su mejor novela,
aunque probablemente junto al ”El
poder del perro”si
es la más salvaje.
Antes
de su caída, Adán Barrera era el Señor de los Cielos, el patrón
de la droga más importante del mundo, el hombre que había aunado a
los cárteles mexicanos bajo su liderazgo, que daba órdenes a miles
de hombres y mujeres, e influía en gobiernos y economías.
Poseía
mansiones, ranchos y aviones privados.
Ahora
tiene doscientos noventa dólares, el máximo permitido en una
cuenta de la prisión. (Página 25)
Adan
Barrera, uno de los jefes más importantes de los cárteles mejicanos
del narcotráfico
Pero
Adán Barrera no está dispuesto a permanecer mucho tiempo en esa
cárcel en la que permanece detenido en Estados Unidos en espera de
juicio. Todo un logro de Art Keller, el agente de la DEA que lo ha
estado persiguiendo durante años. Por eso llega a un acuerdo con la
justicia americana para, a cambio de información que lleve a la
detención de otros importantes narcotraficantes, ser trasladado a
una cárcel mejicana.
Una
cárcel de la que no tardará en fugarse comenzando una nueva e
implacable persecución por parte de Art Keller, para el que Adán
Barrera es una cuestión personal más allá de la lucha contra el
tráfico de droga.
Una
persecución que tiene lugar mientras estalla una guerra entre los
distintos cárteles mejicanos que inunda las calles y los campos de
Méjico de cadáveres y cuerpos mutilados.
EL
CÁRTEL
El
Cártel es la continuación de El
poder del perro, la novela con la que Don
Winslow nos narraba el complejo mundo del narcotráfico
mejicano, si bien es verdad que puede leerse independientemente de
ésta, pues pocos son los personajes que quedan de la primera
entrega.
Una
novela con la que Don Winslow
ha obtenido el IX Premio RBA de Novela
Negra 2015. No voy a entrar en si el premio estaba o no
concedido de antemano, porque la realidad es que este autor merece
sin duda un reconocimiento por su obra y que El
Cártel, la novela que hoy me ocupa, es sin duda una
dignísima sucesora de El poder del
perro. Un éxito asegurado de antemano para la editorial y
una buena noticia para los amantes de la novela negra que permitirá
que la figura de este autor sea mucho más conocida en España. (Lo
de relanzar nuevos autores no parece el fin de este premio, pues
basta con ver los ganadores de ediciones anteriores)
El
poder del perro y El
Cártel, componen un binomio imprescindible para poder
comprender el enrevesado mundo del narcotráfico mejicano, en el que
la realidad siempre supera con creces la fantasía. Porque si la fuga
de Pablo Escobar apareciera en esta novela, pensaríamos que la
imaginación de Don Winslow
es desbordante, cuando es una historia que acabamos de contemplar. De
ahí que la fuga que tiene lugar en El
Cártel parezca casi un juego de niños.
Cuando
hace unos años escribí la reseña de El poder del perro, hice una
pequeña búsqueda de noticias en Internet y me quedé sorprendido de
la tremenda violencia que tiene lugar en México. Una violencia que
aún es más extrema en esta novela, pero que desafortunadamente está
tomada de la misma realidad: alcaldes y policías masacrados,
autobuses desaparecidos y asesinados sus ocupantes, fosas comunes
repletas de cadáveres torturados antes de ser asesinados...
La
lucha contra el narcotráfico es una auténtica guerra, no solo entre
la policía y los cárteles, sino todos contra todos. Una guerra que
además parece no tener fin, porque el narcotráfico es como esa
hidra mitológica a la que cuando le cortabas una cabeza salían más:
La
tan cacareada Guerra contra la Droga es una puerta giratoria:
eliminas a uno y otro pasa a ocupar la cabecera de la mesa. Eso no
cambiará mientras el apetito insaciable por la droga siga ahí.
(Página 35)
Una
guerra además en la que parece que todo lo que haces, en lugar de
acabar con el problema, lo único que consigue es extender el mal,
hacer que éste sea incontrolable, hasta el punto de que ya no
parezca que se trate de erradicar el mal, sino en elegir el menor de
los males, el de aceptar y ayudar a ganar al cártel más civilizado,
al que menos mate, al que menos violencia genere.
Una
guerra que arrasa todo lo que hay a su alrededor, comenzando por la
vida y el alma de aquellos que luchan contra la droga:
Empiezas
intentando extirpar un cáncer -medita Keller- y, por el contrario,
contribuyes a que haga metástasis y acaba expandiéndose desde
Sinaloa a todo el país.
Aquel
fue solo el comienzo de la larga guerra de Keller contra Barrera, un
conflicto que duró treinta años y le costó todo cuanto tenía: su
familia, su trabajo, sus creencias, su honor y su alma.
(Página 34)
Una
lucha que se lleva por delante la vida de aquellos que participan en
ella. Los que viven de ella, porque por más dinero que consigan
reunir, tendrán que vivir escondidos en cárceles de oro para poder
seguir con vida. Los que luchan contra los cárteles, porque saben
que ya nunca estarán seguros ni ellos, ni aquellos a los que aman:
Art
Keller no es un tonto enamorado ni víctima de una crisis de los
cuarenta. Sabe que hay problemas, problemas de los que no le ha
hablado. ¿Cómo le cuentas a una mujer que eres reacio a implicarte
porque eso la pone en peligro? ¿Cómo le das la melodramática y
surrealista noticia de que ofrecen varios millones de dólares por tu
cabeza, que alguien podría intentar cobrarlos en cualquier momento y
que no quieres que esté en el radio de alcance de una bala perdida?
(Página 259)
Una
novela que ayuda a comprender mejor, no solo el terrible mundo del
narcotráfico, sino a dos naciones condenadas a ser vecinas pero muy
diferentes la una de la otra:
Tiene
esa creencia tan estadounidense de que todo problema tiene solución,
mientras que un mexicano sabe que eso no es necesariamente cierto.
(Página 496)
LOS
PERSONAJES
El
Cártel, a
pesar de las apariencias, es una novela coral. Dos son
los protagonistas fundamentales en torno a los cuales, al
enfrentamiento personal que tienen, gira toda la novela.
Pero
son muchos los personajes secundarios que los acompañan. Tantos, que
incluso hubiese sido muy útil un “dramatis personae” explicando
al principio o al final de la novela quién es quién.
Secundarios,
pero sus personajes están totalmente desarrollados, con su propia
historia, no siempre larga porque la esperanza de vida en los
personajes de El Cártel no
es muy larga.
Paso
a detallaros esos dos personajes sin los que esta novela no podría
nunca ser la misma: Art Keller y Adán Barrera.
Art
Keller
Es
el protagonista principal Agente de la DEA, la agencia creada en 1973
para la lucha contra la droga y que contó en sus inicios con agentes
de la CIA que en muchos casos trabajaron para la agencia en Vietnam.
Es
medio mexicano, por lo que no es extraño que termine trabajando
allí, para lo que será su desgracia, pues tiene que elegir
finalmente entre su vida de casado, con una mujer de la que está
enamorado y dos hijos a los que adora, y su trabajo, en lo que
termina siendo para él una misión casi sagrada: destruir a los
Barrera.
Eso
hace que su vida se convierta como él mismo dice en un YOYO. Un ser
solitario y triste envuelto en una cruzada que, aunque gane, no
supondrá la derrota del mal, pues alguien recogerá el testigo para
que el tránsito de droga, que tiene a México como un trampolín
desde el que la droga procedente de Colombia "salte" a
Estados Unidos, no cese.
De
hecho de nada le sirvió su triunfo, pues ahora vive escondido y con
un precio a su cabeza de dos millones de dólares. Pero volverá
nuevamente a la brecha, pese a la oposición de parte de los
servicios secretos. A fin de cuentas, sabe demasiado:
Keller
sabe lo que sucedió en 1985. Estaba allí. Interceptó los aviones
que transportaban cocaína, vio los campos de entrenamiento, sabía
que el Consejo de Seguridad Nacional y la CIA habían utilizado los
cárteles mexicanos para financiar las Contras nicaragüenses con la
plena aprobación de la Casa Blanca. Cometió perjurio en su
testimonio a cambio de libertad para perseguir a los Barrera y los
destruyo y quitó de en medio a Adán.(Página 92)
Un
regreso que tiene mucho más de cruzada personal y de obsesión que
de lucha contra la droga:
Y
yo aquí -piensa Keller. Como Don Quijote embistiendo a los molinos
de viento, como Ahab persiguiendo a la gran ballena blanca, solo con
mi obsesión. Tan enganchado como un yonqui en una narcosala o una
prostituta consumidora de crack haciendo al calle.
Mi
guerra personal contra la droga mi propia adicción.
(Página 325)
Lo
suyo es una cacería, una persecución movida por el odio personal.
Desde
luego -pensaba Keller, mi guerra contra la droga ha cambiado con los
años. Antes todo eran redadas y detenciones, el perpetuo juego del
gato y el ratón para sacar mierda de las calles, pero ahora apenas
pienso en las drogas en si.
El
narcotráfico es casi irrelevante.
Ya
no soy un agente antidroga. Soy un cazador. (Página
452)
La
familia Barrera
Las
cosas han cambiado en la familia Barrera, aquella que
comenzaba
con el Tío,
un cerebro organizativo capaz de preveer el futuro y crear una nueva
y sólida organización.Aquella
que continuaba
con Adán
y Raúl Barrera.
Adán es el cerebro, la planificación. Raúl el brazo armado, la
ejecución:
«Uno
de los lugartenientes de Barrera va al comandante de la policía
local, o a cualquier oficial del ejército al mando, con una bolsa
llena de dinero y le da a elegir con estas palabras exactas: ¿Plata
o plomo? Si deciden enriquecerse es asunto de Adán. Si deciden morir
es cuenta de Raúl.»(El
poder del perro. Página
415)
Ya
solo queda Adán. Ya no podrá escudarse en su hermano. Su vida es
una guerra y tendrá que librarla, lejos de aquellos tiempos en el
que para él todo era un negocio:
«Adán
no interviene en ninguno de los asuntos sucios. Es un hombre de
negocios. Tiene un negocio de importación/exportación. Exporta
drogas, importa dinero.»(Página
285)
IMPRESIÓN
PERSONAL
No
tengo ninguna deuda de que tanto El
poder del perro
como El
Cártel
son dos novelas cuyo recuerdo perdurará mucho tiempo. Fundamentales
para conocer los entresijos de un mundo tan complejo como el del
narcotráfico, con tantos intereses creados que difícilmente
desaparecerá.
Novela
negra en estado puro,
que nos muestra la corrupción de una sociedad incapaz de frenar los
millones de dólares que genera de beneficios el tráfico de la
droga. Dólares que lo corrompen todo a su paso, comprando voluntades
y llegando a lo más alto del poder.
Está
escrita con un lenguaje directo, sin concesiones para el lector. De
hecho, estas dos novelas son un punto y aparte en las novelas
escritas por Don
Winslow,
porque una de las características fundamentales de este autor es su
sentido del humor. Un humor que hace mucho más digerible la
brutalidad de algunos de sus personajes y de los temas que trata.
Valga como ejemplo El
invierno de Frankie Machine,
la historia de un asesino profesional con el que no puedes parar de
reír, a pesar de su dureza, en muchas páginas.
No
es ese el caso de El Cártel. Sus personajes no dejan espacio para la
risa ni el humor. No hay azúcar que endulce una realidad muy dura.
Porque eso es lo más duro de la novela: saber que la realidad puede
ser aún peor de lo que se nos está narrando, que muchos de los
terribles sucesos que se nos narran están sacados de noticias
reales. De ahí la dedicatoria al empezar la novela a los muchos
periodistas que han dejado su vida, víctimas directas en esta guerra
en la que la verdad ya desapareció hace mucho tiempo, sin otra
opción que elegir la plata por la mentira o el silencio, o la muerte
si cuentan lo que está pasando.
Una
novela que no puedes perderte, seas o no aficionado al género negro.
VALORACIÓN: 10/10
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Surfeando con la muerte en los talones, sobre las arenas del desierto
FICHA
TÉCNICA
Título:Muerte y
vida de Bobby Z
Autor:
Don Winslow
Editorial:
Mondadori Encuadernación:
Tapa blanda Páginas:
284 PVP:
17,90 €
Me
enganché a Don Wislow con la que seguramente sea la obra más
compleja e interesante de este autor: El
don del perro. Curiosamente es la mejor, pero no la más
divertida. Lo cierto es que cuanto más leo de este autor, con más
ganas me quedo de leer más.
Según se nos cuenta en la introducción a Muerte
y vida de Bobby Z esta novela supuso un antes y un después
en la vida de Don Wislow, porque a partir de su publicación pudo
vivir realmente de escribir, dejando esa vida a salto de mata y de
empleos que llevaba hasta entonces.
DON
WINSLOW
Don
Winslowes un escritor
nacido en Nueva York y que como dice en la página web del autor
(http://www.donwinslow.es/), antes de ser novelista se dedicó a un
montón de cosas, como actor, director de cine, guía de safari,
investigador privado en Londres, Nueva york, y consultor para
compañías de seguros y bufetes de abogados.
Podríamos
pensar que es un autor que está empezando, pero nada más lejos de
la realidad, pues ya lleva casi veinte años publicando libros. Lo
que pasa es que hasta hace muy poco solamente era conocido por unos
cuantos aficionados al género de la novela negra, algo que está
cambiando rápidamente, no solo porque han sido publicados ya buena
parte de sus libros, sino porque la versión cinematográfica de su
novela ”Salvajes” lo
ha dado a conocer al gran público. Y eso que no es su mejor novela,
aunque probablemente junto al ”El
poder del perro”si
es la más salvaje.
«No
espera que el joven adecuado en el sistema judicial capte la sutil
diferencia entre un ataque preventivo y un asesinato
premeditado. Pero Stinkdog le había planteado una disyuntiva:
unirse a la Hermandad Aria o morir. Tim no deseaba ninguna de
esas dos cosas, así que su única opción era llevar a cabo un
ataque preventivo.» (Página 18)
Así
que afiló una de las placas de matrículas que fabricaba para el
estado en la prisión, y sin mediar palabra degolló a aquel
gigantón, aun sabiendo que eso era su condena de muerte, porque o
bien el estado le condenaba a muerte, o en cuanto pusiera un pie en
el patio de una prisión, serían aquellos “hermanos” los que se
encargarían de dar cuenta con él. Por eso no parecía tan mala
la propuesta que un agente vino a hacerle. Tenía que hacerse pasar
por Bobby Z, un leyenda en California, un surfero que había cambiado
la tabla de surf por el negocio de la droga en el que se había hecho
millonario. Alguien a quien la policía nunca había conseguido echar
el guante. Hasta ahora que iban a utilizarlo para un intercambio con
uno de los capos de la droga mexicanos: el Huertero.
Lástima
que le diera un infarto en la prisión y muriera, porque así no va a
haber forma de conseguir el intercambio de un agente antidroga en
manos de los mexicanos. O sí, porque Tim es el vivo retrato de
Bobby. Sólo habrá que enseñarle unas cuantas cosas sobre Bobby
para poder llevar a capo el plan.
Tampoco
tiene mucho donde elegir Tim a la hora de aceptar el plan, porque
entre morir ya mismo o sobrevivir otras tres semanas y luego buscarse
la vida para seguir sobreviviendo, siempre valdrá más una
posibilidad que una muerte segura.
Lo
malo es que el intercambio no sale como estaba previsto y Tim se ve
perseguido con el poco noble propósito de acabar con su vida, y no
de la manera más agradable posible, por los agentes americanos, por
la Hermandad Aria, por una familia mexicana y por el Huertero y todo
su cartel. ¿Presa
fácil? No. Nadie sabe que este Bobby al que creen perseguir, número
uno a la hora de escoger una ola, pero inútil como un pez fuera del
agua en medio del desierto, es en realidad Tim Kearney, una leyenda
entre los marines, que combatió en la Guerra del Golfo donde fue
condecorado por una acción que rayaba en lo imposible y que sin
medios consiguió detener el ataque de una columna de blindados
iraquíes. Bobby surfea sobre las aguas californianas. Tim lo hace
sobre las dunas y las rocas del desierto.
«Participa
en una carrera en la que no puede ganar y lo sabe.»
(Página 83)
Pero no por eso, Tim
va a dejarse cazar siempre que exista una posibilidad de seguir
adelante.
EL
ESTILO DE DON WINSLOW
Cuatro
son los libros que hasta el momento he leído de este autor y en
todos ellos, pueden encontrarse unas características comunes, que
son las que a fin de cuentas definen el estilo de este autor. Un
estilo que en cuanto acabas con uno de sus libros, tomas aire y ya
estás con ganas de meterte otra dosis de sus textos.
- Extensión:
Sus novelas son (lo más curioso es que el libro que lo ha
consagrado, El
don del perro,
se aparta un tanto del resto) relativamente cortas, en torno a las
trescientas páginas. Se leen con tanta rapidez que incluso parecen
menos. Es difícil tardar más de dos días en leerse una de sus
novelas.
- Guiones
cinematográficos: Tanto por el estilo como por el
contenido, parece en muchos casos que estamos leyendo el guión de
una película. Hasta tal punto es así, que algunas de las novelas ya
han sido transformadas en películas o están camino de serlo.
Precisamente el libro que hoy me ocupa se convirtió en una película
que en España pasó directamente a los videoclubs. Teniendo en
cuenta las críticas que de ella he leído, no me he perdido nada no
viéndola. Los derechos de El invierno de Frankie
Machine han sido adquiridos por Robert de Niro, al que le va
perfectamente el papel. Los derechos cinematográficos
de Salvajes son de Oliver Stonem que ya se ha puesto
manos a la obra con un plantel de lujo: Uma Thurman, John Travolta,
Benicio del Toro, Salma Hayek, Blake Lively, Aaron Johnson y Emile
Hirsch.
- Estilo
directo:
No pierde el tiempo en largas descripciones. Y sin embargo, tanto los
escenarios como los personajes quedan claramente definidos en tu
mente. Quizás porque no sea necesario un gran esfuerzo de
imaginación para imaginarse las costas de California, o el desierto
que separa Estados Unidos de México, principales escenarios de sus
novelas (es lo que tiene haber visto tanta película del Oeste)
- Personajes:
No solo es sólo que estén perfectamente definidos. Es que además,
pese a la complejidad de algunos, son perfectamente creíbles. Los
estás visualizando al igual que decía antes de los paisajes.
Tampoco son personajes de cartón piedra, pues son mucho más que
estereotipos. Se difumina la barrera entre el bien y el mal pues ni
los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos (aunque puedan
resultar de lo más malvado y salvaje en algunos casos), porque
siempre hay algo que motiva dichas acciones, aunque sea un mal
entendido sentido del honor.
- Sentido
del humor:
Por más crudos que puedan resultar los temas que trata, siempre está
muy presente un sentido del humor muy peculiar, que le permite a los
personajes reírse de la muerte o de sí mismos (como hace en esta
novela con frecuencia Tim Karney, el protagonista: «El
Tim Karney de siempre, piensa. Bueno para meterse en líos y pésimo
a la hora de librarse de ellos.»
(Página
150)
- Sensibilidad:
Pese a la crudeza de algunos pasajes, tanto por lo explícito de su
contenido sexual (no es que abunden esos pasajes en sus libros, pero
los encontrarás), como por la violencia de los mismos (la escena
inicial de “El don del perro”
con la muerte de toda una familia, el video de amenaza que reciben en
“Salvajes” o algunas de
las muertes que se producen en “Muerte
y vida de Bobby Z”), el autor sabe captar lo más tierno
de las relaciones humanas, sacar lo mejor de algunos personajes que
pueden parecer de lo más duros o crueles.
- Poder
adictivo:
Como empieces a leer un libro de Don
Winslow
estás perdido, porque no podrás para hasta haber terminado todas
sus páginas. Y encima te sabrá a poco y te quedarás con ganas de
más.
IMPRESIÓN
PERSONAL
Quizás Muerte y vida de Bobby Z no es una buena opción para aquellos que anden
diariamente muy agobiados de tiempo, porque una
vez iniciada su lectura y enganchado en su acción, es muy difícil
dejar de leer.
Aunque
es muy probable que parte de los que me leéis rechacéis de entrada
la novela pensando que es novela negra, Don Winslow forma parte de
una subcategoría especial dentro de la novela negra, pues lo suyo es
elthriller con tintes de novela negra. Porque en la
novela negra, aunque haya mucha acción, predomina el carácter
reflexivo sobre todo porque suele estar contado en primera persona
por un detective que está luchando contra el mal del mundo. Sin
embargo en las novelas de Winslow, no tenemos ese protagonista que
lucha contra el mal para salvar el mundo. Lucha contra el mal
como medio de supervivencia. Lo hacen con las mismas armas del
mal, pues no dejan de ser una parte de esa mal. Sus protagonistas no
son héroes que puedan servir de ejemplo, pues van desde
sicarios, traficantes de droga o como es el caso de Muerte y
vida de Bobby Z, un ratero de poca monta. Lo primero en las
novelas de Winslow es la acción. La reflexión viene luego. Por eso
atrapan tanto, porque no hay tregua entre sus páginas, porque no hay
palabras de más ni relleno para satisfacer a su editor.
Hay
además un tema en la última novela que es muy atractivo: el del
doble. No hay nada que pueda generar más tensión, tanto en una
película como en una novela, que la existencia de un infiltrado que
tiene que jugarse la piel interpretando un papel para poder
desenmascarar a un grupo criminal. Pero el tema de los infiltrados
puede tener un giro de tuerca más, que es cuando en lugar de tomar
una personalidad y un personaje inventado, un papel creado de
antemano, tiene que asumir el lugar de una persona que realmente
existe o ha existido. Porque al riesgo de ser descubierto habitual en
cualquier operación de infiltración, se suma el de poder
equivocarse al desconocer algún detalle de la vida del personaje
suplantado que pueda quedar al descubierto ante alguien que lo
conozca bien, o simplemente que aparezca alguien que debe conocer
pero que no forma parte del dossier que ha estudiado del
personaje. Un
ejemplo claro de este tipo es En
piel ajenade Tana
French,
en la que una detective ha de meterse en la piel de una mujer
asesinada haciéndose pasar por ella gracias a su gran parecido, para
descubrir a sus asesinos. Aquí
Tim ha de adoptar la personalidad de Bobby Z, toda una leyenda de la
que apenas se sabe nada. Y debe aprovecharse del aura de esa leyenda
para seguir sobreviviendo, al tiempo que lo inesperado de sus
aptitudes, las que provienen de Tim y no de Bobby, son las que le
permiten ir sobreviviendo a unos perseguidores que no esperan tanto
de él.
No
será este Muerte y vida de Bobby Z un libro que
pase a la historia de la literatura, pero si es un libro que
os hará pasar un rato muy intenso. Solo un rato, porque tampoco
da para mucho más con la rapidez con la que se lee. Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles
VALORACIÓN: 8/10
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LA PELÍCULA No es esta la única película basada en una novela de Don Winslow, pero si es la primera, protagonizada por Paul Walker y Laurence Fishburne. Si el libro se caracteriza por tener más acción que reflexión, la película ahonda aún más en esa dirección, convirtiendo la novela en un puro thriller de acción, ideal para pasar un rato entretenido, pero sin pedirle nada más profundo, porque no lo tiene, aunque lo más probable es que el que vea este tipo de películas no es lo que vaya buscando. Os dejo el trailer de la película por si os apetece echarle un vistazo.