Con la publicación de Memento mori fue la primera
vez que oí hablar de este autor. Pero no iba a ser la última, porque ahora está
en boca de muchísimos lectores. Todavía desconocido para gran parte del
público, os transcribo lo que la editorial nos cuenta de él:
César Pérez Gellidanació
en Valladolid en 1974. Es Licenciado en geografía e historia por la Universidad
de Valladolid y máster en dirección comercial y marketing por la Cámara de
Comercio de Valladolid. Ha desarrollado su carrera profesional en distintos
puestos de dirección comercial, marketing y comunicación en empresas vinculadas
con el mundo de las telecomunicaciones y la industria audiovisual hasta que, en
2011, decidió trasladarse con su familia a Madrid para dedicarse en exclusiva a
su carrera de escritor. César
Pérez Gellida irrumpió con fuerza en el mundo editorial conMemento mori, que cosechó grandes éxitos tanto de ventas como de crítica
y obtuvo el premio Racimo de literatura 2012. Constituía la primera parte de la
trilogía «Versos, canciones y trocitos de carne», que continuó conDies iraey
se cerró conConsummatum esty
por la cual le fue otorgada la Medalla de Honor de la Sociedad Española de
Criminología y Ciencias Forenses 2014 como reconocimiento a su ardua labor de
documentación.
En noviembre de 2014 le
otorgaron el Premio Piñón de Oro como vallisoletano ilustre, y en marzo de 2015
apareció su cuarta novela,Khimera. Actualmente sigue escribiendo y colabora como
columnista enEl Norte de Castilla.
Sarna con gusto es su última novela publicada
ARGUMENTO de SARNA CON GUSTO
Tras los sucesos acontecidos en el caso
de Augusto Ledesma,, sus superiores decidieron que lo mejor era meterlo una
temporada en la nevera y para ello nada mejor que abrirle un expediente
disciplinario por insubordinación a los mandos: dieciocho meses de suspensión
de empleo y sueldo, aunque gracias a su brillante hoja de servicios, quedaron
reducidos a seis.
El tiempo pasa rápido y Sancho y se va a
reincorporar a su puesto de trabajo, por lo que decide tomarse durante las
fiestas locales unas cervezas con sus compañeros antes de reincorporarse. Será
el último momento que tenga de tranquilidad, porque durante las fiestas han
secuestrado a la hija del concejal delegado general del área de
infraestructuras y Vivienda del Ayuntamiento de Valladolid y de la hija de un
rico empresario.
SARNA CON
GUSTO
Puesto el punto final a la trilogía
Versos, canciones y trocitos de sangre, comienza con Sarna con gusto una nueva
serie: Refranes, canciones y rastros de sangre con el inspector Ramiro Sancho
como protagonista.
Empecemos por el principio. Y el
principio es el prólogo a la novela, ese que muchos no leen o que dejan para el
final de la novela, pues muchos prologuistas, a modo y manera de los malos
reseñistas, destripan la novela y sus sorpresas al que va a comenzar a leerla.
No es el caso de las novelas de César
Pérez Gellida, que siempre ha conseguido muy buenos prólogos para sus novelas:
-Michael Robinson (Memento mori)
-Lorenzo Silva (al que le dedica un
guiño en esta novela (en uno de los capítulos encuentran una novela que
casualmente es de Lorenzo Silva) (Consumatum est)
-Jon Sistiaga (Dies Irae)
En el caso de Sarna con gusto, ha
conseguido enredar para el prólogo a Urtzi, inspector de homicidios. Un prólogo que merece ser leído antes de comenzar con la
novela.
En primer lugar porque nos desvela los comienzos de César Pérez Gellida cuando
acudió a él para recabar información antes de escribir la novela.
Para aquellos que además no hayáis
tenido aún la ocasión de leer ninguna novela de Sancho, encontraréis una muy
acertada descripción del personaje
«Ramiro Sancho tiene pelaje de madero,
es un tipo noble y concienzudo, sin dobleces, tal cual. Es del gremio y se ha
sabido rodear por buenos camaradas, del todo imprescindibles para afrontar la
investigación del secuestro que ha pergeñado el autor».
Encontraréis además todo un halago de un
profesional de la investigación criminal hacia el autor:
«Quizá lo mejor que pueda decir sobre él
es que, si César fuera policía, yo habría hecho lo imposible para que estuviera
en mi grupo».
Y por último, pero no por ello menos
importante, tras leer el prólogo, no serás capaz de frenar y comenzarás de
inmediato a leer la novela, tales son las ganas que consigue dejarte Urtzi:
«Está resuelta de forma tan brillante
que he llegado a pensar en que César fue secuestrado en otra vida anterior o
bien que el muy cabrón fue secuestrador. No descarten ninguna hipótesis».
Como habréis podido ver en el argumento,
Sarna con Gusto es la historia de un secuestro
«Un secuestro va mucho más allá de la
mera privación de libertad, aunque eso solo lo sepan quienes lo han sufrido».
Y como es más que una privación de
libertad, César Pérez Gellida nos muestra en la novela todos los posibles
ángulos del mismo, desde la propia investigación del secuestro, la situación de
la familia y el durísimo castigo al que se ven sometidos, los movimientos de
los secuestradores y, sobre todo, el punto de vista de Margarita, la joven
secuestrada.
Margarita es
uno de los grandes hallazgos de esta novela, un personaje que sin duda os
será muy difícil olvidar, dotado de una gran fuerza y en el que podremos ver la
evolución de su mente, su lucha por sobrevivir, las personalidades que se
debaten en su mente y que le llevan desde la entrega y desesperación más
absoluta a la lucha por su vida.
No sé si os habréis fijado, pero en
todas las novelas que tienen a Sancho como protagonista, César Pérez Gellida hace un cameo en la novela (¿o creíais que
Hitchcock era el único que lo hacía en sus películas?)
Bueno, en este caso hace más de uno. El
primero casi de refilón:
«-El representante de jugadores de rugby
alquila su casa. ¿te acuerdas de él?
-Perfectamente, el calvo que traga casi
más cerveza que tú».
El segundo, como para no pillarlo:
«-Me voy a dedicar a escribir. Tengo una
novela empezada que siento la necesidad de terminar. A ver de lo que soy capaz.
-¿Una novela?
El exrepresentante se pasó la mano por
su afeitada cabeza.
-Policiaca. Muy negra. No descartes
recibir algún día una llamada de tu nuevo casero para pedirte información».
Vuelven a aparecer alguno de sus
compañeros de aventuras, como el policía islandés, ahora ya retirado Olafur
Olafson, del que se nos cuenta algo de su pasado. Algo que podéis leer en uno
de esos relatos cortos que César Pérez Gellida ha publicadocon personajes de la trilogía: Sapere aude.
Un suceso que marcó su vida y que lo
tiene sumergido en el alcoholismo:
«Aquella jornada dejó treinta y cuatro
muertos, los treinta y tres que murieron a consecuencia de los atentados más un
joven integrante de la real policía del Úlster de origen islandés».
Y los que disfrutasteis con Erika
Lopategui, también tendréis ocasión de volver a estar con ella unas páginas.
No es el secuestro la única trama de la
novela, porque por si no fuera poco con tener que investigar un secuestro,
Ramiro Sancho está involucrado en una investigación que lo pondrá en el punto
de mira de los peores asesinos del mundo. Todo por haber recibido, aunque
todavía no lo sepa, un informe que pone en riesgo a una organización criminal:
«Había enviado el resultado de más de
veinte años de investigación: el informe completo sobre la Congregación de los
Hombres puros. Personas de confianza recomendadas por su ya fallecido amigo Armando
lopategui, el responsable de que él decidiera hincar el diente a un pastel
relleno de las peores atrocidades cometidas contra el ser humano. Solo ellos
podrían continuar su labor. Solo ellos podrían hallar el Cartapacio de Minos».
Campo Grande (Valladolid)
Quizás en la novela, para aquellos que
no conozcáis el personaje, lo vayáis conociendo más por sus hechos (esa
recepción que le hacen sus compañeros cuando va a volver a trabajar, por
ejemplo) que por las descripciones del mismo, porque solo avanzada la novela el
autor nos da algunas pinceladas de cómo le ven los demás:
«Ponía la mano en el fuego por tu, y
cito textualmente, “incorruptible honestidad y testarudez”».
O esta otra descripción:
«-Tú eres un guardián de las normas. Un
caballero andante, y tu propósito es luchar, enfrentarte con quienes las
quebrantan sin plantearte si son o no correctas, si son o no necesarias».
En el caso de Sarna con gusto,
volveremos a encontrar toda una banda sonora, producto de los gustos musicales
del autor, muy extensa. Pero a diferencia de las anteriores, los capítulos no
serán títulos de canciones, sino refranes y dichos.
Os dejo una pequeña muestra de los
mismos:
-Quien nace lechón muere gorrino.
-Por grande que parezca el ruedo, el
toro siempre termina desangrado.
-Agua pasada no mueve molino, pero
arruina el sembrado.
-A la fuerza ahorcan.
-Con la iglesia hemos topado.
-Entre el honor y el dinero, lo segundo
es lo primero.
-Es preferible ser un imbécil por
decisión propia que listo por imposición.
-Cumplir años no solo deja arrugas.
-De cumplidores y cumplidos están
tejidos los malentendidos.
-Tuerto que a ciego guía, ni de noche ni
de día.
-Siempre que uno gana otro pierde.
-El vino aguado y la confianza
guárdatelos para Sancho Panza.
-Entender es solo un verbo.
La mayor parte de la acción de Sarna con
gusto, transcurre en Valladolid, que vuelve a aparecer con esta novela en el
mapa de la literatura española. Y por supuesto, el Café Zero con su música y
sus combinados, vuelve a hacerse presente. Seguro que habrá presentación de la
novela allí.
IMPRESIÓN
PERSONAL
Ha pasado ya un tiempo desde aquel verano
en que compré en la colección de libros de novela negra que editó El País, un
libro que había leído que estaba bien: Memento mori. Era la primera novela de
un autor con el que me quedé enganchado: César Pérez Gellida.
Sarna con gusto es ya su quinta novela,
así que, según sus propios criterios, ya es sobradamente un escritor:
«-¿Qué tal en la casa del representante?
-El escritor, querrás decir —le
rectificó.
-Cuando publique algo, ¿o acaso yo era
policía antes de tener la placa? pues eso: si yo no era nada, él tampoco».
Una quinta novela en la que se ha superado a sí mismo, porque nos muestra nuevamente
el lado oscuro de nuestra sociedad, de la maldad del hombre, pero lo hace de un
modo que deja pocas dudas de hasta qué punto ésta es real. Porque aunque
psicópatas, haberlos haylos, no dejan de ser casos muy extraños. Los asesinos
en serie existen en la vida real, pero son muchas más las novelas que se han
inventado con ellos que los casos que se han dado.
En cambio un secuestro… Cierto que en
España, aparte de los secuestros exprés, una moda que han traído consigo bandas
extranjeras, los secuestros no son algo frecuente, en otros países como Méjico,
hay casi más secuestros que robos.
Da miedo, según lees la novela, ver el
realismo con el que está narrada toda la trama, hasta el punto de que Sarna con
gusto parece el manual para un perfecto secuestro.
La descripción del secuestro y de todos
los que toman parte en el mismo, de un lado o de otro, están tan conseguidos,
que no he podido menos que, pese a saber que es todo producto de la fantasía
del autor, que leer la novela con el corazón en un puño, con una acción que no
para de crecer a medida que se desarrolla la trama.
Porque si no fuera suficiente con la
tensión de un secuestro, del tiempo para resolverlo que parece que se agota,
introduce César Pérez Gellida una nueva trama, esa que permitirá la continuidad
de esta novela, con el enfrentamiento contra un grupo internacional, en la que
parece que es imposible que puedan salir Ramiro y sus amigos con vida.
Así que, pasado el contento inicial de
tener una nueva novela de César en nuestras manos, volvemos a quedarnos
ansiosos esperando la próxima entrega, no para ver cómo termina el tema del
secuestro, que eso sí que os anticipo que queda resuelto en esta novela, sino
por saber cómo saldrá Ramiro Sancho del nuevo embrollo en que le han metido.
En cuanto a la valoración, inicialmente
había pensado en darle 9/10. Pero Sarna con gustoes de esas novelas que con el transcurso de
los días no ha parado de dar vueltas en mi cabeza y gustarme más y más. Algo
que solo ocurre con un puñado de novelas de ahí que haya finalmente decidido
darle la puntuación máxima.
Una novela que sin duda no defraudará a
los seguidores de César Pérez Gellida y que puede servir para que os animéis
con él todos aquellos que no lo hayáis hecho aún. Este es el vídeo que os habla de Ramiro Sancho, el protagonista de la serie
Os dejo el booktrailer de la novela:
Gracias a César Pérez Gellida que me ha
proporcionado un ejemplar de Sarna con gusto para su lectura y reseña.
VALORACIÓN: 10/10
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Es la primera vez, pero no será la última que oía hablar de este autor.
Por eso os transcribo lo que en el interior de la novela se dice de él:
«César Pérez Gellida nació en Valladolid (algo que queda muy patente en esta novela) en
1974. Es licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valladolid y
máster en Dirección Comercial Marketing
por la Cámara de Comercio de Valladolid. Ha desarrollado su carrera profesional
en distintos puestos de dirección comercial, marketing y comunicación en
empresas vinculadas con el mundo de las telecomunicaciones y la industria
audiovisual hasta que en 2011 decidió trasladarse con su familia a Madrid para
dedicarse en exclusiva a su carrera de escritor.
Memento mori es la primera obra de
una prometedora producción novelística, ganadora del premio Racimo de Oro de
literatura 2012.»
ARGUMENTO
El 12 de Septiembre de 2010 la vida
del inspector Ramiro Sancho va a cambiar radicalmente sin que él todavía lo
sepa, cuando en esa mañana de domingo sea reclamado ante el asesinato de una
joven que ha aparecido en el parque sobre unos matorrales y con los párpados
delos ojos cortados.
Nadie ha visto nada, nadie sabe
nada. Por no saber, no saben que éste va a ser el comienzo de la actividad de
Augusto Ledesma, un joven de la capital que ha decidido poner en práctica sus
impulsos criminales, de los que esta víctima sólo va a serla primera.
Su firma, un poema que introduce en
la boca de la víctima.
MEMENTO MORI
Memento mori, recuerda que has de morir. Y sí, la muerte está muy presente en esta
novela.
Plaza Mayor de Valladolid
En una novela negra siempre busco
algo de originalidad. Memento mori la tiene a raudales. Para empezar, la acción huye de
los tópicos escenarios para trasladarse a Valladolid, que también en las pequeñas capitales de provincias
ocurren cosas y es un lugar que el autor conoce bien por ser de allí (prometo
releer la novela en mi próxima visita a Valladolid para visitar alguno de los
restaurantes propuestos por el autor en la novela)
Como original es la banda
sonora que acompaña al libro. En realidad
no viene con él sino que tendrás que buscarla tú. Una banda sonora compuesta
por veintiún temas integrados en la trama y de los que se nos ofrecen algunos
fragmentos de su letra. Temas de Bunbury, Nacho Vegas, Love of Lesbian,
Placebo, Ramstein, The Cramberries...y hasta un par de clásicos: Carl Orff con
su Carmina Burana y Mozart con su requiem.Lástima que en mi ignorancia de godos los temas sólo conociera dos, que son justamente los de música clásica.
Por su importancia en la narración, os dejo el videoclip de Y al final de Bunbury, parte de esa banda sonora
En un momento dado, en la novela se
hace por boca de uno de sus personajes la siguiente afirmación:
«Nuestro cerebro no está preparado para entender los
motivos que empujan a un individuo a causar tanto dolor a los que le rodean.»(Página 317)
Y eso es justamente lo que intenta
el inspector de policía protagonista de la novela: averiguar los motivos de
unos crímenes en apariencia absurdos y sin conexión. Difícil lo tiene, porque
muy complejo es el mundo de los psicópatas y los sociópatas, que de ambas cosas
participa Augusto Ledesma, el autor de los crímenes.
No es un spoiler deciros quién es
el asesino, pues desde el primer momento sabemos quién es
el autor de los crímenes. Nos moveremos
pues en una de esas novelas negras en la que lo importante no es el quién, sino
el por qué. Y también, como no, en saber si
logrará el inspector parar los crímenes y dar con el culpable. Porque el que
nosotros sepamos quién es el culpable, el inspector no lo conoce.
Como toda novela que se precie (y
en las novelas negras me atrevo a decir que es fundamental), Memento
mori cuenta con un elenco de personajes
(que podéis encontrar resumidos antes de comenzar la novela) a la altura de los
de la mejor novela negra. Me atrevo a decir que los
personajes de Memento mori son uno de los grandes aciertos de esta
novela.
Comenzando con Ramiro
Sancho, Inspector de
policía del Grupo de Homicidios de Valladolid. Castellano recio, aunque entre
sus grandes aficiones no se encuentre el fútbol sino el rugby. Quizás sea una
cuestión genética la de ese inspector que difícilmente puede pasar
desapercibido con sus casi ciento noventa centímetros y su pelo rojo.
Pero rugby y cerveza aparte, es
amante de la buena comida, el buen vino y sobre todo de los refranes, herencia
de su padre, lo cual lleva a uno de los personajes en un momento dado a
replicarle con otro refrán:
«Hombre refranero, maricón o pordiosero.» (Página 121)
Una variación del que yo conocía: «Hombre
refranero, hombre puñetero.»
Como regalo un par de refranes más
que no me resisto a poner:
«El que mee lejos y cague fuerte, no debe temer a la
muerte.»(Página 322)
«El poco hablar es oro y el mucho es lodo.» (Página 121)
Si singular es Ramiro Sancho, no lo
es menos el que termna convirtiéndose en su compañero de investigación: Armando
Lopategui “Carapocha” un psicólogo
criminalista especialista en trazar perfiles, uno de esos niños que en la
guerra civil fueron enviados a Rusia donde se convirtió en agente de la KGB y
luego de la Stasi.
Sus duelos dialécticos (y
gastronómicos) con Ramiro Sancho son una de las delicias que podréis encontrar
en esta novela.
Y completando la terna Augusto
Ledesma el asesino (nada de presunto).
Diseñador gráfico y experto en documentoscopia, un modo muy lucrativo de
ganarse la vida.
Poco a poco iremos penetrando en la
infancia y la vida de este asesino en serie.
IMPRESIÓN PERSONAL
Este verano aproveché la promoción
que realizaba El País, que vendía
algunas buenas novelas negras junto al ejemplar del día, para hacerme con esta novela
de la que había oído hablar muy bien.
A pesar de que el libro comienza
espectacularmente con un asesinato que, en la práctica sucede más tarde, me
costó un tanto engancharme a la trama del libro. Culpa mía, lo reconozco, que
no siempre el momento que escogemos para leer es el adecuado.
Lo cierto es que según avanzaba la
trama, me iba envolviendo cada vez más por los personajes que la poblaban, por
el pelirrojo policía y el “ruso” que se había pegado a él. Sin desdeñar la
peculiar personalidad del asesino en cuestión.
Mucho mérito tiene el autor de no
sólo mantener la atención del lector cuando desde un primer momento sabe quién
es el asesino, sino de acrecentarla en cada capítulo.
No es un libro cuya intriga se
centre en el quién o el cómo, sino en el por qué, en la lucha para desentrañar
una madeja aparentemente imposible, de esas que como ocurre en la vida real,
solo será posible resolver si el asesino se confía y comete un error.
El final es impactante. A la altura de lo que hemos estado leyendo hasta ese
momento. Con ello consigue el autor un doble propósito, haberme entretenido y desear
leer la siguiente novela, Dies irae (que sale a la venta en octubre de 2013)
En conclusión, una
buena novela negra que no necesita recurrir a los escenarios habituales (Valladolid debería felicitar al autor por situar allí
la acción), ni a los estereotipos del detective borrachín y
amargado por funestos sucesos en su vida para captar la atención del lector.
VALORACIÓN: 9/10
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