El
dragón negro
Fernando
Benzo
Autor: Fernando
Benzo
Editorial: Planeta, 2025
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 480
FERNANDO
BENZO
ARGUMENTO de
EL DRAGÓN NEGRO
Al frente de la investigación, y sin más medios que ellos mismos, ponen a Estela Domínguez y Roi Conde. Dos policías de grupos diferentes y personalidades opuestas.
EL DRAGÓN
NEGRO
«Su trabajo era cruzar datos, en tratar de detectar, entre toneladas de información irrelevante, algo que llevase a algo que permitiese averiguar algo que tuviera interés para alguien. La aguja en el pajar». (Página 75)
«Ellos odian, aún más que nosotros, a las ovejas negras de su comunidad. Al final, unos pocos generan un rechazo contra los chinos que los perjudica a todos en sus negocios. (…) Wang es la puta oveja negra más grande de todas. O, mejor dicho, es el puto dueño de todas las ovejas negras» (Página 91)
«En las charlas de café o copa entre polis, cuando se repasaban cotilleos y personajes, no era raro que ap0areciera el nombre de Roi Conde. Un tipo solitario, arisco y con tendencia a pelearse por igual con superiores, compañeros y subordinados. (…) Lo utilizaban se servían de su talento como policía, pero a la vez no querían ni verlo». (Página 81)
«Ella no contestó. Como era habitual, hicieron la mayor parte del trayecto en silencio, que era la mejor forma que tenían de no discutir». (Página 116)
En el fondo, la investigación parece puro paripé, con dos únicas personas de diferentes departamentos y más despistadas que un pulpo en un garaje. Es más, todos quieren que cierren rápido el caso como un ajuste de cuentas entre bandas sin entrar en más detalles.
«¿Alguien se plantea darnos más medios para esta investigación? Porque solo somos dos policías pululando por la calle sin saber muy bien qué hacer». (Página 151)
«La única razón por la que su muerte ha llamado la atención y se ha armado un poco de revuelo ha sido porque los mataron a los cinco a la vez. (…) Porque, ya sabes, al fin y al cabo, solo son inmigrantes. Sangre de segunda» (Página 221)
Y junto a esa inmigración, el peculiar y desconocido mundo chino, tan desconocido y diferente al mundo occidental, comenzando con esa simbología tan diferente del dragón, como el que da título a esta novela:
«El dragón siempre trae consigo motivos para la felicidad. El dragón oriental no tiene nada que ver con el dragón occidental. El dragón chino es un ser positivo. (…) No se parece en nada a ese dragón de las historias occidentales, siempre enemigo de los hombres y con ansia destructora». (Página 271)
Pero ese dragón beneficioso es el dragón
rojo. Junto a él, como contraposición, ese ying y yang de su cultura, está el
dragón negro:
El dragón negro es una novela tan negra
como ese dragón del título. Aunque en muchos momentos tiene el ritmo de un
thriller, un género del que toma prestados unos giros que hacen que la novela
sea una sucesión de sorpresas. En algún caso tan impactantes que aún me estoy
recuperando de alguna de ellas.
Una novela que transcurre fundamentalmente en Madrid, pese a unas breves incursiones en Barcelona y en China. Así tiene que ser, porque es en el polígono Cobo Calleja de Fuenlabrada (junto a la carretera de Toledo) donde se encuentran todas las naves de distribución en España de la mercancía china que llega a nuestro país.
Junto a una gran trama y a un ritmo tan trepidante, hay que añadirle unos personajes impactantes, incluidos algunos secundarios de auténtico lujo, como esa Virginia, la chica pija que se enamoraba y se casaba con un quinqui como era Dardo en Los perseguidos y que aquí reaparece tras haberse ido a Argentina, para cerrar el tema de una herencia. O el primo de Wang, ese que le ha acompañado desde China en su huída.
Una novela muy recomendable para este
verano, que en el momento de escribir esta reseña parece habérsenos echado de golpe
encima a finales de mayo. Porque es muy entretenida y está muy bien escrita.
Si quieres comprar el libro pincha en la imagen correspondiente:
«Wang es el dragón negro, el que trae consigo el mal». (Página 311)
OPINIÓN
PERSONAL
En esta foto de la cubierta, siu podemos apreciar la imagen del dragón grabada sobre la misma.
Una novela que transcurre fundamentalmente en Madrid, pese a unas breves incursiones en Barcelona y en China. Así tiene que ser, porque es en el polígono Cobo Calleja de Fuenlabrada (junto a la carretera de Toledo) donde se encuentran todas las naves de distribución en España de la mercancía china que llega a nuestro país.
Junto a una gran trama y a un ritmo tan trepidante, hay que añadirle unos personajes impactantes, incluidos algunos secundarios de auténtico lujo, como esa Virginia, la chica pija que se enamoraba y se casaba con un quinqui como era Dardo en Los perseguidos y que aquí reaparece tras haberse ido a Argentina, para cerrar el tema de una herencia. O el primo de Wang, ese que le ha acompañado desde China en su huída.
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