La bibliotecaria
Salley Vickers
 

 Título: La bibliotecaria

Autora: Salley Vickers

Traducción: María José Díez Pérez

Editorial: Destino, 2019

Encuadernación: Tapa blanda

Páginas: 448

PVP: 20,90 €

EBook: 8,54 €

 

SALLEY VICKERS

 
Esto es lo que la editorial nos cuenta de la autora:
 
Nacida en Liverpool, la novelista Salley Vickers trabajó como limpiadora, bailarina, modelo de un artista y psicoanalista antes de escribir su primera novela, Miss Garnet’s Angel, que se convirtió en un bestseller gracias al boca oreja. Escritora de una gran sensibilidad y habilidad para captar la condición humana, Vickers fue descrita por un crítico como “una novelista de la gran tradición inglesa de la seriedad moral”. Sus títulos incluyen Instances of the Number 3, Mr Golightly’s Holiday, The Cleaner of Chartres y Cousins.
 
 
 
 
ARGUMENTO de LA BIBLIOTECARIA 

«Sylvia Blackwell sólo tenía veinticuatro años cuando, en 1958, aceptó el empleo de bibliotecaria de la sección infantil en East Mole».

Así comienza esta novela, que ya desde el título y con estas primeras líneas deja muy claro de qué va a tratar la novela: de la vida de una joven que llegó a un pequeño pueblo con la ilusión de compartir con los niños la aventura de leer.
 
 
 
 
LA BIBLIOTECARIA
 
Pertenezco a ese grupo de lectores que cuando ve en el título la palabra biblioteca, bibliotecaria o librería, se siente irremediablemente atraído por el libro que lo contiene, Cierto que las editoriales conocedoras de ello, lo utilizan como un gancho, pero este es de esos casos en que te guste luego o no el libro, no hay engaño. La bibliotecaria es efectivamente la vida de una joven, de su vocación por los libros y su lucha por conseguir transmitir a los niños su pasión por la lectura.

«Los niños son los ciudadanos del futuro y aquello con lo que se los alimenta y nutra conformará conformará el destino de nuestro mundo y el destino de nuestro asediado planeta. Tenemos el deber, el deber moral, de asegurarnos de que no alimentamos sólo el estómago de nuestros niños, sino también su imaginación». (Página 401)

 
Creo que son unas palabras con las que todos los que estéis leyendo esta reseña estaréis de acuerdo. Los que tenemos pasión por la lectura intentamos inculcarla no solo a los que nos rodean, sino de un modo muy especial a los pequeños.
Esta novela es sin duda un homenaje muy especial a los que han hecho de esa vocación lectora una profesión y un modo de vida: los bibliotecarios.

«Nuestros bibliotecarios son los héroes olvidados que han servido y protegido lo mejor de nuestra civilización». (Página 402)

Es el caso de la protagonista de esta novela, que va a ejercer esta profesión no en una gran ciudad, sino en un pequeño pueblo, donde todos conocen la vida de todos y donde parece que no vas a poder pasar la página de un libro sin que lo sepan tus vecinos.
Un sitio pequeño con sus comidillas, sus envidias y sus luchas por esas pequeñas cuotas de poder que se convierten el sentido de la vida para alguno de los habitantes del lugar.
De ahí que Sylvia tenga desde el primer momento que luchar ya en la propia biblioteca con un jefe que no quiere que su estatus cambie con la llegada de una joven con ideas y ganas de hacer cosas diferentes.
Una joven que se vuelca desde un primer momento con los niños, comenzando por los de sus vecinos y la de todos aquellos que va conociendo. Pero que además no tiene reparos en comenzar una relación adúltera con un médico recién llegado a esta pequeña comunidad.
 
Por la novela desfilarán una gran cantidad de libros, especialmente infantiles, cuyos títulos vienen recogidos al final de la novela. Por cierto, que he comprobado que he leído más de los que suponía antes de empezar.
 
 
 
 
OPINIÓN PERSONAL
 

Cubierta original

El punto de partida y la idea de La bibliotecaria, son de entrada muy interesantes: mostrarnos el funcionamiento de una biblioteca a partir de la vida de una joven que intenta sacar adelante su vocación en una biblioteca en la que los niños son los grandes olvidados de la misma. Todo ello además en una pequeña comunidad que hace que esa lucha pueda por momentos ser muy difícil cuando hay que pelear contra el inmovilismo de las fuerzas vivas del lugar.
Una buena idea pero que no termina de cuajar, más que nada porque viene aderezada con una historia de amor de esas que rechina, que yo en ningún momento pude creerme. Si hubiera sido una película, hubiera dicho que no había “química” entre los protagonistas de la misma. Pero esto no es una película sino un libro y si como lector no te crees una historia, no es culpa de los protagonistas ni del director, sino del que ha escrito la novela.
 
Tampoco me ha gustado el final, desarrollado a modo de un largo epílogo de casi cincuenta páginas en la que la historia de un salto hasta la actualidad para contarnos que pasó con aquellos personajes en lugar de rematar la historia sin saltar de época.
Entiendo que lo hace para rendir en esas páginas un homenaje a los libreros y a los escritores, pero no es menos cierto que una historia que parecía que se iba desinflando, la desinfla del todo al contarla, casi deprisa y corriendo mezclada entre los recuerdos de sus protagonistas.
Una lástima, porque el libro tiene cosas interesantes. Tal vez si lees La bibliotecaria tras esta reseña, con unas expectativas mucho más bajas de aquellas con las que yo partía, te guste más la novela que a mí.
 
 
 

VALORACIÓN: 6/10

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