viernes, 1 de febrero de 2019

ELENA SABE (CLAUDIA PIÑEIRO)


Elena sabe
Claudia Piñeiro


Título: Elena sabe
Autor: Claudia Piñeiro
Editorial: Alfaguara, 2019
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 200




CLAUDIA PIÑEIRO

Esto es lo que la editorial nos cuenta de la autora:

Claudia Piñeiro nació en el Gran Buenos Aires en 1960. Es escritora, dramaturga, guionista de TV y colaboradora de distintos medios gráficos. Ha obtenido diversos premios nacionales e internacionales por su obra literaria, teatral y periodística. Es autora de las novelas Las viudas de los jueves, que recibió el Premio Clarín de Novela 2005; Tuya (Alfaguara, 2005); Elena sabe,Premio LiBeraturpreis 2010 (Alfaguara, 2007); Las grietas de Jara, Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2010 (Alfaguara, 2009); Betibú (Alfaguara, 2011), Un comunista en calzoncillos (Alfaguara, 2013), Una suerte pequeña (Alfaguara, 2015) y Las maldiciones (Alfaguara, 2017). Ha publicado también cuentos para niños, obras de teatro y el libro de relatos Quién no (Alfaguara, 2018). Varias de sus novelas han sido llevadas al cine y la televisión. Es una de las escritoras argentinas más traducidas a otros idiomas, lo que hace que sus libros sean leídos y disfrutados por miles de lectores en todo el mundo.






ARGUMENTO DE ELENA SABE

Rita aparece muerta colgada en el campanario de la iglesia. Pero su madre se niega a creer que se haya suicidado porque para algo es su madre. Elena sabe.
La investigación se da por finalizada pero no cejará en encotnrr al culpable, aunque tenga que ir en busca de ayuda lejos de su casa, para que alguien investigue, porque su cuerpo, atacado por el Parkinson no la permite apenas moverse.






ELENA SABE

Elena sabe se publicó en el año 2007 y ahora en 2019 ha sido reeditada por Alfaguara. Gracias a ello, no se me ha escapado una gran novela.
Claudia Piñeiro obtuvo en el 2018 el Premio Pepe Carvalho que acaba de recibir ayer 31 de enero en el certamen de Barcelona Negra. Tal vez por eso esperaba una novela negra. Más aún cuando arranca con una madre intentando averiguar quién es el que ha matado a su hija.
Pero por más que aparezca un cadáver, que haya un comisario al que incluso cuando dan por cerrado el caso comisionan para hablar con la madre que le va contando quiénes y por qué pueden haber querido matar a su hija, no es para nada una novela negra. O cuando menos, no es una novela negra al uso, por más que algo de intriga sí que encontramos.

¿Qué es entonces Elena sabe? Es el viaje de una heroína. Cierto que todas las madres tienen algo de heroínas, pero ésta lo es en grado sumo. Ha perdido a su única hija, y con ella ha perdido su identidad. ¿Cómo ha de llamarse a aquellos que han perdido su hijo?:
«Madre, Elena, usted sigue siendo eso, usted siempre será eso. Amén, dice ella». (Página 86)

Como los héroes, ha de emprender una larga travesía, que en su caso es mucho más larga, porque ya no es dueña de su cuerpo ni de sus movimientos, controlados rígidamente por el tiempo durante el cual la medicación le hace efecto y se lo deja de hacer. Elena padece el Parkinson, aunque no esa variedad temblorosa, sino una mucho peor que va agarrotando el cuerpo:
«Elena sabe desde hace un tiempo que ya no es ella la que manda sobre algunas partes de su cuerpo, los pies por ejemplo. Manda él. O ella. Y se pregunta si al Parkinson habría que tratarlo de él o de ella, porque aunque el nombre propio le suena masculino no deja de ser una enfermedad, y una enfermedad es femenina. Como lo es una desgracia». (Página 15)

Todo aquello que damos por descontado y realizamos sin pensar, para ella supone un esfuerzo terrible. Algo tan sencillo como caminar, se convierte en un ejercicio y un esfuerzo agotador.
«Elevarse. Avanzar en el aire. Bajar. Elevarse, avanzar en el aire, bajar. De eso se trata. Apenas de eso. De caminar para llegar a tomar el tren de las diez». (Página 21)

Además, sólo tiene una visión limitada de la vida, pues su esternocleidomastoideo, ese nombre que le ha enseñado junto con otros términos como levodopa le ha ido enseñando el médico, le impide levantar la cabeza y mantiene su mirada fija en el suelo. La de cosas que tiene que adivinar mirando los pies de la gente.
Pero nada detendrá a esta madre porque, Elena sabe, o cree saber. Porque al final de este viaje Elena sabe que encontrará la verdad.







OPINIÓN PERSONAL

Es cierto que no llevo mucho año recorrido, aunque ya lleve doce lecturas en el cuerpo, pero hasta ahora Elena sabe es lo mejor que he leído este año y seguro que acaba el año entre mis mejores lecturas. Una sorpresa que quiero compartir con todos vosotros para que os animéis con su lectura, porque además tiene la virtud de ser una novela corta (doscientas páginas justitas) de letra grande que se lee en un suspiro.
Un lenguaje directo, rápido, sin florituras, como un puñetazo directo a la boca del estómago que te deja sin aire. Si lees Elena sabe, no podrás volver a mirar a los enfermos de Parkinson de la misma manera, una vez que gracias a esta novela te hayas metido en la mente de alguien que padece esta enfermedad, de esta madre que por encima de todo tiene que saber lo único que no sabe: ¿quién ha matado a su hija?
Una hija con la que nos mostrará lo difíciles que pueden ser a veces las relaciones madre/hija por más que se quieran. Lo difícil que puede ser aceptar una enfermedad por parte del cuidador y del que la padece. Pero pese a todo siguen siendo una madre y una hija.

Una novela que nos conducirá hacia un final sorprendente del que nada voy a deciros, pero que supone un cierre perfecto para este viaje que emprende Elena y con ella el lector.

Anímate, no te pierdas esta novela.




VALORACIÓN: 10/10


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1 comentario:

  1. Tengo ganas de leer a la autora, aunque no sé por cuál empezaré aún.

    Besotes

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