Un
marido comprado
Título:
La alcoba escondida
Autor:
Almudena Navarro
Editorial:
Roca
Encuadernación:
Tapa dura
Páginas:
254
PVP:
17,90 €
ALMUDENA NAVARRO
Esto es lo que de sí misma dice la autora en su página web:
Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Valencia. También tengo un Máster en Gestión de Calidad y ejercí como financiera hasta quedar embarazada de mis dos gemelas: Eugenia y Victoria. Fue en un determinado momento, mientras esperaba a que mi pequeña Eugenia se recuperase de una operación, cuando decidí recurrir al "polvo de hadas" que impulsaría mi vida en otra dirección...... La que la llenaría todavía más de magia, y combiné las lecturas de mi adorado George R.R. Martin, las novelas históricas sobre Roma —con Santiago Posteguillo a la cabeza—, a P.D. James, Jane Eyre, Julia Navarro y Matilde Asensi, María Dueñas e Isabel Allende con la redacción de la que sería mi primera novela: La papeleta en blanco.
ARGUMENTO
Enriqueta
era una mujer práctica, que no se desvía nunca de su objetivo:el
control. Un control que ejerce sobre todo y todos los que la rodean.
Domina así el pequeño pueblo manchego en el que vive, cura
incluido, que no se libra de ver corregido en público hasta sus
sermones. Dominio total sobre su familia, sobre su marido Enrique,
sobre sus hijas Milagros y Rocío.
Dos
hijas con un carácter totalmente diferente. Y con aspiraciones
diferentes también, porque Milagros tuvo problemas al nacer, de ahí
que tenga una mano tullida y que su inteligencia esté “disminuida”.
Una persona distinta, como dice su madre y con unas
aspiraciones limitadas que pasan por permanecer protegida junto a los
suyos.
Rocío
en cambio tiene muchas ganas de volar, de volar muy alto y lejos de
aquel pueblucho que la asfixia. Sueña con vivir en Madrid, con
fiestas, teatros, óperas, lujos, grandes trajes, junto a un marido
que sea todo un galán. Rocío es la hermana pequeña, pero ha de
actuar como la hermana mayor protegiendo a su hermana, algo que
siente que limita sus aspiraciones.
Enriqueta
no está dispuesta a dejar las cosas al azar, máxime si este azar
difícilmente solucionará el futuro de su hija Milagros, por lo que
compra para ella un marido. Si, como suena. Enrique, un joven y
prometedor abogado acepta casarse con Milagros.
Son
los años previos a la guerra civil española, aunque eso parece
quedar muy lejos para un pueblo apartado de todo. Pero no podrá
escapar a la realidad de unos tiempos convulso donde, caída la
monarquía, la República anda en busca de un camino para España,
con unos partidos políticos que andan a la greña, divididos entre
izquierdas y derechas, intentando fijar ese rumbo. Una pugna que
desembocará en la guerra civil, a cuyos primeros compases
asistiremos en esta novela.
LA
NOVELA
Probablemente
algunos ya hayáis reculado con el argumento diciendo ¡otra
novela sobre la guerra civil española!.
Cada cual tiene sus gustos que no voy a discutir, pero allá vosotros
si os perdéis la novela solamente por eso, porque si quiero dejar
claro que no
es otra más. No es más de lo mismo.
Desde ese punto de vista, nos encontramos con un argumento
original,
en el que Madrid
no es el escenario principal
sino
solamente el decorado de fondo de parte de la trama.
Es
más, solo una mínima parte de la acción transcurra durante la
guerra civil, es
la fase previa a esta guerra la que ocupa la mayor parte de la
novela,
con un enfoque totalmente novedoso al mostrarnos la situación
española no desde el centro, no desde Madrid como lo hacen la
mayoría, ni siquiera desde Barcelona como lo hacen otras, sino desde
un pequeño pueblo de la Mancha.
Esa
ambientación rural es sin duda uno de los grandes hallazgos de esta
novela. Lo es porque nos muestra una forma diferente del
poder, no el de las grandes decisiones que se toman en las capitales,
sino del día a día de un pueblo dominado por un hacendado que es el
propietario de las tierras y casi de las vidas de los que en él.
La
vida transcurre de un modo diferente, con intereses diferentes, donde
el puesto que se ocupa en el camino que lleva a la iglesia para
asistir a la misa del domingo puede tener una gran importancia, donde
las relaciones personales están regidas por un rígido protocolo no
escrito en ninguna página, donde la fama y el honor tienen un
sentido que no se alcanza en las grandes ciudades, donde el qué
dirán puede marcar para siempre la vida de una persona.
Para
que la novela pueda funcionar, requiere de un protagonista dotado de
una gran fuerza, de una personalidad que traspase las páginas del
libro para captar al lector. Y ese personaje es Enriqueta,
esa mujer que todo y a todos domina, que marca la vida de los que la
rodean, por las buenas o por las malas. Y si algo se resiste sus
propósitos, se compra su voluntad y en paz. Una mujer que lleva los
pantalones en casa, con un marido que la adora y que a pocas
decisiones de su mujer es capaz de plantar cara. Y lo de llevar los
pantalones llega un momento en que deja de ser una metáfora para
convertirse en una realidad cuando descubre lo cómodos que son para
trabajar y para moverse. Claro, que su situación le permite situarse
por encima de algunos qué dirán. De algunos, solo de algunos, que
otros qué dirán también marcan su vida.
«Así
era doña Enriqueta, controladora, perfeccionista, mujer de pocas
palabras y de mucha acción. Mucha gente del pueblo, en cuanto la
divisaba a lo lejos, cambiaba su itinerario de puro miedo. Preferían
no cruzarse con ella y así evitar que les tuviera rondando en la
cabeza, ni para buenas ni para malas.»
(Página
20)
Junto
a Enriqueta poco a poco emerge otro personaje que acaba siendo el
protagonista indiscutible de la novela: Enrique.
Ese joven abogado que Enriqueta “compra” como marido para su hija
Milagros. Un acuerdo conveniente para todo menos para el amor. Un
amor que finalmente Enrique terminará descubriendo, aunque no junto
a Milagros ya que «el
amor era algo de igual a igual. Las dos personas tenían que estar en
el mismo plano.»

Dos
protagonistas que dan pie a dos partes bien diferenciadas en la
novela, la que va de 1929 a 1932 y la que va de 1933 a 1936. La
primera transcurre fundamentalmente en el pueblo manchego, con los
manejos de Enriqueta. La segunda es la que toma a Enrique como
protagonista y nos muestra cómo es la política en una pequeña
provincia como es Cuenca.
Dos
partes, dos historias y dos estilos narrativos diferentes. Algo que
puede provocar un cierto desequilibrio en el lector, pues siendo
mucho más novedosa la segunda parte, puede cansar a lectores que en
el fondo lo que quieren es una historia sencilla, sin tanto trasfondo
histórico ni político. Pero un trasfondo que a mi me ha resultado
muy instructivo, aunque siempre me quede como en buena parte de las
novelas históricas la duda de si estamos o no juzgando con
conocimientos y mentalidad actual hechos de hace ochenta años.
Porque
la dicotomía derechas-izquierdas no es nueva, si bien es verdad que
hace años las diferencias eran mucho más pronunciadas, no como
ahora que en muchos casos parecen más de lo mismo. Pese a todo,
cuando vamos hacia una exacerbación de las posturas, no está de más
el comentario que hace Enrique: «Yo
no soy fascista, soy de derechas.»
Mis
dudas se centran sobre todo en el discurso centrista de Enrique. El
centro no existe le dicen. Y se sigue diciendo, porque finalmente hay
que inclinarse hacia uno u otro lado. Pero gracias a ese discurso
podemos conocer los pensamientos tanto de los partidos de derechas
como los de izquierdas de aquella época y al mismo tiempo cómo
funcionaba el juego político. Que juego era y juego sigue siendo
para algunos.
IMPRESIÓN
PERSONAL
No
tengo ningún problema en leer novelas en torno a la guerra civil
española. Y esa en realidad es en torno, porque dicha guerra solo
aparece muy al final del libro. Y es que tan interesante o más que
la propia guerra civil son los hechos que llevaron a la misma, y que
en muchas novelas sólo son unos breves capítulos casi de
introducción, como lo que sucedió al acabar la misma, estos sí,
mucho más presentes en las novelas.
De todos modos, aún
resultándome muy interesante toda la parte de la trama política, no
es menos cierto que en algún momento ralentiza el ritmo del libro.
Más o menos en función de lo que te interese dicho tema.
Me
ha gustado el dibujo de los personajes,
si bien es verdad que profundiza fundamentalmente en dos: Enriqueta y
Enrique, quedando el resto más difuminados. Pero más difuminados no
es lo mismo que borrosos.
La
personalidad de Enriqueta es avasalladora, una personalidad que no
puede dejar indiferente al lector y que difícilmente podrá olvidar.
No menos interesante es Enrique, con el que la autora consigue
hacernos creíble a un personaje que, pese a ceder a la tentación de
un matrimonio comprado y pactado que le permitirá acceder a un
estatus de propietario del que carece, sigue manteniendo su
integridad y su honradez como hombre, como político, intentando
defender unos ideales democráticos en un tiempo equivocado en el que
las pasiones políticas están totalmente polarizadas, donde no hay
lugar para los matices intermedios.
La
mera presencia de estos dos personajes es motivo suficiente para leer
este libro.
No
es menos cierto que algún otro personaje como Rocío posiblemente
dieran para más, que se hubiera podido profundizar algo más en él.
Sobresaliente
también la ambientación. Especialmente porque nos
presenta un escenario novedoso llevando la acción
a un escenario rural como la Mancha poco transitado desde El
Quijote. Sobresaliente también el escenario político que
nos presenta, entre otras cosas porque nos presenta una visión de
los entresijos políticos que determinaron finalmente la guerra civil
española.
Hasta
aquí pocas variaciones, salvo una nueva edición y algún añadido
en las frases tomadas del libro, en la reseña que en su día hice
sobre La papeleta en blanco,
que es el título original que tenía esta novela cuando fue
publicada en Amazon. Uno de los primeros textos que leí en dicho
formato y una de mis primerísimas reseñas en este blog.
Algunas
pegas ponía, comenzando por el nombre de la novela, que para nada me
convencía. Nada de lo que en su día reseñé como negativo
permanece en esta nueva versión una vez que ha sido editada por
Roca. No se trata sólo del
título (mucho más adecuado el nuevo), ni de aquellos fallos
(tampoco eran muchos)que como decía con una buena edición y
corrección desaparecerían, sino que incluso lo que menos logrado de
la novela también ha cambiado: su
final.
Un
final que había sido objeto de dos versiones, pues en una primera
quedaba muy abierto a la espera de hacer una segunda parte y la
segunda en que se agregaba un nuevo capítulo y un epílogo final que
resultaba un tanto precipitado y del que decía:
«Sigue
siendo un final un tanto abrupto, que hubiera requerido unas cuantas
páginas más para conseguir que la novela, si no perfecta, por lo
menos quedara más redonda.»
No
es así en la nueva versión en papel que podéis comprar. Ha quedado
un final que ha hecho que mi valoración final suba notablemente. Es
más, he disfrutado más de la novela en esta segunda lectura que en
la primera.
Por
eso, donde decía que podía merecer la pena leerla, ahora lo afirmo:
Almudena
Navarro
es una
autora que, aunque le quede camino por recorrer, merece la pena que
le dediquemos un tiempo.
Merece
la pena sumergirnos en ese ambiente que consigue crear, merece la
pena conocer a Enriqueta y Enrique, merece la pena leer este libro.
VALORACIÓN: 9/10
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