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domingo, 3 de marzo de 2013

COMER, REZAR, AMAR (ELIZABETH GILBERT)

Chick-lit + Libro Autoayuda = Lectura interruptus






FICHA TÉCNICA



Editorial: Suma
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 352
PVP: 19,50 €





Llevan tanto tiempo anunciando la película de Julia Roberts (porque en el fondo se trata de eso, de "su" película) que al saber que estaba basada en un libro, pensé que una película en la que se habían gastado tanto dinero, tendría que estar basada en un buen libro, y de hecho era un libro que en Estados Unidos tenía mucha fama.
Antes de que con la película el libro se pusiese de moda en España, lo solicité en la librería. La imagen que veis, es realmente la que tiene la portada con la que se editó en España, porque ahora al rebufo de la película, se ha reeditado con una portada totalmente distinta en la que se recoge un fotograma de la película, por supuesto con la imagen de Julia Roberts.
No se han limitado a cambiar la portada, sino que le han cambiado hasta el título, recortando el título original de Comer en Italia, rezar en la India, amar en Indonesia, por el mucho más sucinto, pero que curiosamente coincide con el título de la película de Come, reza, ama. Claro, que recortados los países, podían haberse quedado directamente en Italia, donde se puede comer muy bien, rezar (no será por falta de Iglesias o del mismísimo Vaticano) y amar (pocos sitios tan románticos, sin entrar en la fama de amantes de los italianos)


Difícil la catalogación de este libro, porque en el fondo, no es una novela, sino uno de esos manuales de autoayuda disfrazado en forma de novela. Eso ya hubiera debido servirme de advertencia. Pero, ni por esas.
Aún no había empezado a leer el libro cuando por fin se estrenó la película en los cines. Las críticas que escuché en la radio, de esas que considero fiables, más lo que leí por ahí, me desinflaron por completo. Demasiados errores, demasiada ñoñería, demasiado irreal. Pero aún me quedaba el libro, por más que la película la hubiera descartado ya.

Y empecé el libro no voy a decir con muchas ganas, porque previamente se lo había pasado a mi mujer que me lo devolvió diciendo que aquello era infumable (otra que no quiere ya ver la película), que no tenía ni pies ni cabeza la protagonista.
Lo de los pies no lo sé, pero lo que si puedo asegurar es que la protagonista, por más que en mi imaginación la vez con los rasgos de Julia Roberts, con lo que ya tiene muchísimos puntos ganados, cabeza no tiene, salvo para adornar su cuerpo.



Pero antes de adelantarme, voy al comienzo del libro, que en si parece bastante prometedor y que en realidad justifica el por qué del éxito obtenido (porque es un auténtico éxito de ventas en Estados Unidos).
En su introducción nos habla de los "Japa" esos abalorios de cuentas utilizados en el hinduismo para recitar mantras que derivaron en nuestros rosarios. Tienen 108 cuentas, normalmente de madera. Ciento ocho que es un número con significado, pues sus cifras suman nueve, que es tres por tres y el tres es el número del equilibrio como las tres patas de un taburete o el misterio de la Santísima trinidad. Aunque según el dicho español tres eran tres las hijas de Elena, tres eran tres y ninguna era buena.
El caso es que a semejanza de los japas, la autora ha dividido el libro en ciento ocho capítulos encuadrados en tres episodios, a saber: Italia, India e Indonesia. Teniendo en cuenta que el libro tiene unas trescientas cincuenta páginas, sale una media de tres páginas por capítulo. Ideal para gente poco acostumbrada a leer, de esas que requieren un número mínimo de páginas por capítulo, de las que avanzan a uno o como mucho dos minicapítulos por día.

Y ya sin más, nos mete la autora en materia en Italia, donde acaba de encontrar una pareja para intercambio de idiomas: ella hablará en italiano y el otro hablará en inglés. Pero la cuestión es que se ha prometido a sí misma un año de abstinencia y está temiendo y deseando a la vez que el macizo que ha tomado por compañero de idiomas pase a la acción. Es como si no puedes comer pasteles y te metes en una pastelería. O que no quieras probar alcohol y te vayas a una vinacoteca. Como punto de partida para conocerla no está mal, una masoca con promesas de pacotilla que quiere incumplir para luego tener mala conciencia.

Es entonces cuando da un salto atrás para decirnos que ha llegado allí desde una situación muy desgraciada, tras la ruptura de su matrimonio con un divorcio traumático y un posterior romance (léase folleteo) que sólo la ha traído más disgustos.
Lo de la ruptura del matrimonio es de chirigota porque ¿Puede considerarse de recibo que a las primeras de cambio diga Ya no quiero estar casada y se quede tan pancha? La cita es textual, en un momento dado, de buenas a primeras, cuando se han cambiado a una casa superpreciosa, supercara y superpija, un día se levanta y dice "Ya no quiero estar casada". Sin más, sin que medie una tercera persona, sin que el marido la haya hecho o dejado de hacer algo. Simplemente como alguien que estando en el postre, de repente dice que ya no le apetece más tarta.


Y según planta al marido después de semejante ataque de madurez, continúa enla misma línea liándose con un cuerpo. Porque definirlo de otra manera no es correcto, se lía con una persona por su maravilloso físico. Un amor de película, hasta que le vuelve a entrar la neura y la depre. Cuando está con la depre el otro no la soporta, por lo que se separan. Cuando en la separación ella termina recuperando su fuerza, vuelven a juntarse hasta la próxima. Muy equilibrado todo como veis.
Ya en la ruptura con su marido, se dedica a dejar charcos de lágrimas en el cuarto de baño, algo que volverá a repetir con frecuencia. Y en uno de estos arrebatos lacrimales, decide que aunque hace tiempo que no lo haga y no sepa hacerlo, va a rezar.
No se qué tendrán los cuartos de baños para la iluminación mística (dicen que allí fue donde se inspiró Lutero), que sale convencida de haber escuchado la voz de Dios. Bueno, en realidad es la misma suya, pero es como si Dios la hubiese hablado.


Más que depresiva, yo creo que es bipolar, porque pasa de las más profundas depresiones, a los mayores arrebatos, como la de liarse con el macizo, o el de irse de viaje para encontrarse a sí misma.
De que no es muy normal da fe la propia definición que de ella misma hace:
Soy el ente vivo más cariñoso del planeta, una especie de cruce entre un perro labrador y un percebe.

No me lo he inventado yo, que está copiado literalmente. ¿Alguien es capaz de explicarme que ha querido decir la autora? Porque lo del San Bernardo podría entenderlo, ya que tiene fama de animal bondadoso y protector. Pero ¿lo del percebe? ¿Quiere decir con eso que se pega a ti como el percebe a la roca y si lo arrancas se lleva detrás un trozo de tí (vaya cariño)? ¿O que es fría y viscosa (que manera de querer)?
Volviendo al misticismo, ya os decía que en el cuarto de baño se reencuentra con Dios (paso de contaros las simplezas que nos cuenta para decirnos que cree en Dios y en que tipo de Dios cree, porque están a la misma altura que las tonterías que ha dicho Stephen Kawking para negar su existencia.

El caso es que termina dando con un gurú al que le manifiesta su deseo:
Creo que lo que quiero hacer es aprender a vivir en este mundo y disfrutar de sus placeres. Pero también quiero entregarme a Dios.

Es la versión moderna de la vela a Dios y la vela al diablo. Quiero disfrutar a tope de los placeres sin que eso me quite puntos para el cielo. Se ve que la autora no es capaz de llegar más lejos en su misticismo. Aunque más adelante comete el pecado imperdonable para mi mujer de citar a la gran mística, a Santa Teresa (No citarás a Santa Teresa en vano, dice mi mujer). Citas de alguien que no se ha leído para nada su obra, con lo cual vuelven a ser patochadas.

Imposible que consiga una frase feliz como la que en su día me dijo un amigo y tengo grabada en mi corazó, algo que resume de verdad un deseo yuna filosofía de vida: Se feliz, y si te da tiempo se bueno. Porque si realmente eres feliz, no te hará falta ni tendrás tiempo de intentar ser bueno, porque ya lo serás, pues la felicidad va unida indisolublemente a la bondad.

Su divorcio se convierte para ella en un auténtico trauma, pues aunque dice que pasa de todo y que se lo da todo al marido, no tiene un duro para seguir manteniendo los gastos de su carísima casa. Y por otra parte, el marido harto de sus tonterías (que de repente te planten sin más y encima a los dos días se larguen con un tío cachas no contribuye a calmar los ánimos), la planta cara y la exige dinero por los derechos de autor de ella.
Desesperada, escribe un manifiesto a Dios que hace que todos la vayan firmando. y, ¡oh sorpresa!, se produce el milagro, el marido firma y todo se soluciona sin más dilaciones.

Hasta ahí. Mi capacidad de leer estupideces con la lista de libros que tengo detrás es muy finita. Porque si en tan solo cincuenta páginas he sido capaz de encontrar todas estas tonterías, ¿os imagináis qué hubiera podido pasar si llego hasta el final?


CONCLUSIÓN FINAL

Espero que estas palabras os hayan sido de excepcional utilidad a la hora de no haceros perder el tiempo y el dinero con un libro que sólo si eres amante de los libros chick-lit (y ni por esas) y de autoayuda (esos que solo ayudan a su autor a hacerse rico) podrá gustarte.

Aunque seguramente ni por esas.


De un libro malo, difícilmente podía salir una película buena, así que Julia Roberts en realidad lo que hizo más que rodar una película fue tener unas vacaciones pagadas con un viaje alrededor del mundo. Una película no apta casi ni para sus fans más acérrimos.

De todos modos, os dejo el trailer de la película





Lectura facilitada por Obra Social Caja Madrid




VALORACIÓN: 2/10


                

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