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martes, 1 de agosto de 2023

LA SOSPECHA ETERNA (PABLO ALAÑA)




La sospecha eterna

Pablo Alaña

 

 
Título: La sospecha eterna
 Autor: Pablo Alaña
 Editorial: Versátil, 2022
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 360

 

miércoles, 13 de noviembre de 2019

LA TORTUGA QUE HUÍA DEL JAGUAR (MARTA QUINTÍN)


La tortuga que huía del jaguar
Marta Quintín



Título: La tortuga que huía del jaguar
Autor: Marta Quintín
Editorial: Versátil, 2019
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 237


martes, 12 de febrero de 2019

jueves, 4 de mayo de 2017

EL ÚLTIMO VIAJE DE TISBEA (RAFAEL AVENDAÑO Y JUAN GALLARDO)

El último viaje de Tisbea
Rafael Avendaño y Juan Gallardo





 
FICHA TÉCNICA

Título: El último viaje de Tisbea
Autor: Rafael Avendaño y Javier Gallardo
Editorial: Versátil, 2017
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 251







viernes, 2 de diciembre de 2016

jueves, 18 de febrero de 2016

LA LLUVIA EN LA MAZMORRA (JUAN RAMÓN BIEDMA)

La lluvia en la Mazmorra
Juan Ramón Biedma




FICHA TÉCNICA

Título: La lluvia en la Mazmorra
Autor: Juan Ramón Biedma
Editorial: Versatil, 2015
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 398
PVP: 21,00 €
Ebook: 5,99 €









JUAN RAMÓN BIEDMA

Nos dice la editorial en la solapa interior

Entre las numerosas biografías falsas que circulan sobre Juan Ramón Biedma podemos concluir sin demasiadas garantías que nace en Sevilla, estudia Derecho y se dedica durante años a la gestión de emergencias, actividad que comparte con la de editor, locutor de radio y guionista y crítico cinematográfico, así como con la colaboración en diversas publicaciones y antologías.
El manuscrito de Dios (2004) supone su debut literario, al que le siguiera otras seis novelas, entre ellas, El imán y la brújula (2007) que consigue los premios Hammett, NOVELPOL y Crucedecables a la mejor novela policiaca. En el 2015 publica Tus magníficos ojos vengativos cuando todo ha pasado, obra galardonada con el Premio Valencia de Novela Negra.
Sus obras, continuamente reeditadas, citadas y seguidas por un numerosísimo grupo de lectores incondicionales, han sido traducidas hasta ahora al portugués, griego, alemán, ruso y turco.






Las diez cartas para el Rey


ARGUMENTO

«Iba siendo raro cruzarse con un vendedor de barquillos; Primo de Rivera, que hasta hacía pocos años era considerado por tantos como el gran salvador de la patria, estaba llevando al país a la miseria y cada vez había más desempleados, gente que no podía costearse ni los más pequeños lujos». (Página 16)

La novela va a narrarnos los tres últimos días del mandato del general Primo de Rivera, tras solicitar en un escrito el apoyo de los militares para seguir gobernando. Unas cartas destinadas a Alfonso XIII pueden cambiar el rumbo de la historia y en su búsqueda, por diferentes motivos, se ven involucrados los personajes de esta novela: un sereno, una profesora, una escritora y el escritor Enrique Jardiel Poncela.







LA LLUVIA EN LA MAZMORRA

La lluvia en la Mazmorra es una peculiar y singular novela, metaliteratura en estado puro, mezcla a la vez de novela histórica y de novela negra, con un lenguaje y un estilo muy peculiares del que hablaré más adelante.
Esa singularidad proviene del hecho de que uno de los protagonistas del libro es un personaje real, el escritor Enrique Jardiel Poncela, al que toda la novela rinde un merecido homenaje.
Por ello, muchos (si no todos) de los parlamentos con que dicho personaje nos deleita a través de la novela, están extraídos de dichos del autor o de fragmentos de alguna de sus novelas u obras.

La descripción que se nos hace del autor es la siguiente:
«Enrique Jardiel Poncela es un hombre flaco, de baja estatura, feo, punzante y ligeramente bizco, pero si cualquiera pasa el tiempo suficiente con él, corre el peligro de percibirlo como un tipo fornido, alto, agraciado, encantador y de mirada hipnótica, así que al final no sabrá a qué atenerse e intentará seguir frecuentándolo en busca de un perfil algo más definido». (Página 44)

Y este es el autorretrato que nos ofrece de sí mismo Enrique jardiel Poncela en el prólogo de su novela Amor se escribe sin hache:
«Soy feo, singularmente feo, feo elevado al cubo. Además, soy bajo: un metro sesenta de altura, como advertí en el prólogo de otro libro (1). Y con esas dos primeras declaraciones, me supongo ya fuera del alcance de las lectoras apasionadas.
Soy delgado, de pelo negro, ojos oscuros, rostro afilado, orejas pequeñas, barba cerrada (afeitada con "Gillette") y cuello planchado (con brillo). Mis facciones, que se animan en la conversación, tienen, cuando no hablo, una expresión dura, tirando al enfado».

El gran mérito, entre otros, de Juan Ramón de Biedma en esta novela, es acercar a Enrique Jardiel Poncela a los lectores actuales, pues sus análisis siguen siendo de plena actualidad y su humor no ha perdido ni un ápice de fuerza.
¿Podría alguien decir que su análisis de España (salvo lo de las tazas rotas que hoy día no se recicla nada) no podría estar escrito hoy día?:
«España ha estado siempre a pique de la ruina y al borde del abismo, como lo está ahora, y, sin embargo, ha subsistido, subsiste y subsistirá, porque es un país creado y organizado para subsistir, pase lo que pase. ¿No has observado que en las casas los cacharros rotos son los que más duran? Si a una taza se le rompe el asa, la taza es eterna. Pues eso es España, una taza a la que le rompieron el asa los celtas, y que por ello vivirá siempre». (Página 273) (Exceso de equipaje)

O esta definición de dictadura:
«La dictadura es un sistema de gobierno en el que todo lo que no está prohibido es obligatorio. Ni a los estudiantes ni a nadie debería extrañarles que les molieran a palos». (Página 271)

Su concepto de lo que es el humor, sigue plenamente vigente:
«Basta con decir una gran verdad para que todo el mundo se ría pensando que se trata de un rasgo de humorismo». (Página 271)

Y es ese sentido del humor el que va impregnando toda la novela, hasta el punto de que sin darnos cuenta, nos va endulzando una historia por otra parte cargada de traiciones, muertes y crímenes:
«Perdone si no me tomo casi nada muy en serio. Los burros y los hombres formales, esos si se toman las cosas en serio, Pero es que un hombre formal solo se diferencia de un vagón de burros en que hace menos bulto y en que va al café a discutir de política». (Página 66)

Incluso aquellos temas en que hubiera podido quedar desfasado, siguen teniendo gracia al mostrarnos la visión que en  otros tiempos tenían de realidades nacientes como el mundo del cine:
«Voy en rarísimas ocasiones al teatro, pues tengo interés en conservar el perfecto equilibrio de mis nervios, y ese equilibrio se perturba a la vista de las sandeces abazofiadas que se representan. En cambio, voy bastante al cine, porque, como está establecido que es un espectáculo inferior, las cosas buenas que veo en el me parecen superiorísimas». (Página 49) (Amor se escribe sin hache)


Metaliteratura no solo por la presencia de Enrique Jardiel Poncela y del que como os he mostrado se dan numerosas citas (no mencionadas) y del que se cita una obra: Amor se escribe sin hache
«Él da a entender que es un tipo descreído y cínico, sobre todo en lo que escribe, no sé si ha leído el prólogo de su novela, Amor se escribe sin hache». (Página 174)

También se hace un juicio de valor sobre el teatro de la época, o se citan textos de otras obras, como por ejemplo “La venganza de don Mendo” de Muñoz Seca, del que dos alocados policías recitan diversos fragmentos de la misma o el “Purgatorio de San Patricio”, de don Pedro Calderón de la Barca, del que se representa un fragmento en un peculiar teatro.


La influencia de Enrique Jardiel Poncela va aún más allá en la novela, pues algunas de las disparatadas situaciones que nos muestra el autor, parecen sacadas de una obra de Jardiel, como ese conde encerrado en el sótano/bodega de su casa (como el hombre que se queda a vivir en su cama sin salir de ella de “Eloisa está debajo de un almendro”) o esas escenas en casa del conde repletas de personajes y situaciones absurdas.

Hasta la estructura de la novela es peculiar, pues está escrita a modo de obra de teatro, con algunas descripciones que se asemejan a la que en las obras de teatro se nos dan y con unos diálogos que vienen precedidos por el nombre del que habla en mayúscula. No alteran para nada el ritmo, pero consiguen crear una atmósfera teatral. 


Teatro Español de Madrid
Novela histórica en un sentido amplio de dicho concepto, pues va a describirnos la situación de España tanto política, como social y cultural, concretamente de Madrid, durante tres días (26 al 28 de enero de 1930).
Es un recorrido por las calles y suburbios de Madrid, con parada y fonda en alguno de sus bares y restaurantes, pero de un modo muy especial en el Teatro Español, donde tiene lugar el asesinato de la actriz Ana Ermitaño que provoca toda la trama de la novela.
Un paseo que nos lleva a ambientes muy diferentes, desde el teatro, los palacios de la alta sociedad como el de la Mazmorra del conde de Alivenza, del que procede el título de la novela, las apuestas clandestinas de alto riesgo, un teatro de autómatas, el tráfico clandestino de cadáveres, fábricas donde se explota a niños con gran riesgo para su salud, o los misteriosos Cementerios Ambulantes.
«Entre las abundantes obligaciones derivadas de las posesiones del conde, en lo que más mimo y cuidado ponía era en la Mazmorra, la residencia familiar del paseo de la Castellana, donde el mejor Madrid se miraba con envidia». (Página 40)



Al mismo tiempo, La lluvia en la Mazmorra tiene características de novela negra o de misterio, que en este caso los límites entre uno y otro género están aún más difusos. Una trama que es la que mantiene la tensión, para saber no tanto el quién, sino los motivos finales del asesinato de la actriz y la suerte que correrán las supuestas cartas que ella tenía que entregar al Rey.
Pero el mismo ritmo de la acción, hace que también La lluvia en la Mazmorra sea en muchos momentos un thriller trepidante, con vueltas y giros en la trama y la suerte que van corriendo los protagonistas. Porque el único que sabemos que está a salvo de todo mal es Enrique Jardiel Poncela, o por lo menos eso es lo que la historia nos dice de él.


Pero para que todo pueda funcionar de un modo correcto, son necesarios unos buenos personajes. Y en esta novela los hay. No solo el trabajadísimo personaje de Enrique Jardiel Poncela, sino aquellos que le acompañan en la aventura, comenzando por Hernán Ruiz el sereno, una profesión que tuvo mucha importancia en Madrid y que yo llegué a conocer en sus momentos finales.
Un personaje al que ha dotado el autor de muchas características de protagonista de novela negra, con un trabajoso pasado y un futuro que se le torna cada vez más negro
«Distingue a lo lejos al sereno con el aire a Ronald Colman que hace su ronda sin aparentar verla. Un tipo triste, casi misterioso, que le abre en silencio el portal». (Página 28)

Junto a él Marcela, la hija del médico del Teatro Español y que, como reza en su tarjeta de visita es dramaturga:
«Ella era escritora, su oficio era, o sería, el de levantar misterios donde no había más que la mondada y pelada realidad». (Página 28)

Otra mujer nos acompaña en el reparto: Antonia Vilches, profesora en el primer colegio de discapacitados (Maria Montesori) que se fundó en Madrid y que tiene a su cargo a la hija del Conde de Alivenza.

Y finalmente el Conde de Alivenza, un personaje que tiene el poco gusto de morir para resucitar en su propio velatorio y correr a refugiarse en su sótano, dejando a los asistentes a su velatorio perplejos y en espera de que salga de su voluntario encierro.






IMPRESIÓN PERSONAL

Nos dice Luis Alberto de Cuenca (Profesor de Investigación del CSIC) en el prólogo de la novela:
«La novela de Biedma tiene un protagonista de excepción, tanto para el propio escritor, que lo ha admirado siempre, como para este lector que les habla, que lo ha amado desde su remota niñez».

Algo parecido me pasa a mí, pues según cuentan mis padres, yo nací con Enrique Jardiel Poncela. O, para ser más exactos, mientras yo nacía, mi padre se leía con gran deleite las obras completas de Enrique Jardiel Poncela. Un autor con el que siempre he disfrutado. Tal vez por eso me ha gustado tanto esta novela, porque combina con gran habilidad los momentos humorísticos que provoca Enrique Jardiel Poncela, con elementos de novela negra, de misterio, histórica, con el ritmo y la acción de un thriller y unos personajes que rápidamente se apoderaron de mí.
Todo ello envuelto en una atmósfera singular, mezcla de teatro, con un toque gótico en alguna de sus escenas, con elementos de género negro, con humor… ¿Qué más se puede pedir?

Una agradabilísima sorpresa esta tragicomedia criminal de los años treinta en cuatro prólogos, tres actos, dos epílogos y un comentario del autor como se nos define en su primera página. Sí, ya desde el primer momento esa división en actos y cuadros, nos da una idea de ese carácter teatral de la novela.



Gracias a Editorial Versátil que me ha proporcionado un ejemplar de La lluvia en la Mazmorra para su lectura y reseña.




VALORACIÓN: 9/10


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martes, 12 de enero de 2016

EL GRAN LEO (MARIO REYES)

El gran Leo
Mario Reyes


 
FICHA TÉCNICA

Título: El gran Leo
Autor: Mario Reyes
Editorial: Versatil, 2015
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 189
PVP: 16,00 €








MARIO REYES

De este autor nos cuenta la editorial en la solapa interior:

Mario Reyes (Puerto de Sagunto, 1971) es periodista freelance y escritor a tiempo parcial. Ha colaborado con los mejores medios de comunicación del país y también con algunos de los peores.
Ganó el Premio de Investigación Periodística Raimon Barnils en 2008 con un reportaje sobre la influencia del nacionalismo en la ciudad de Valencia durante la Segunda Guerra Mundial, y ha publicado varios relatos en diferentes antologías temáticas. Además, se han entrenado un par de obras de teatro suyas: Yo Groucho, y Las cartas de Gloria
Su página web www.marioreyesescritor.com reúne toda la información necesaria, pero también la superflua sobre este escritor.






Aventuras y desventuras de un editor de libros


ARGUMENTO

Lo que van a leer a continuación es una especie de puzzle donde irán apareciendo los elementos que les ayudarán a comprender a uno de los grandes desconocidos de un negocio que agoniza desde hace décadas. Sí, en una época de transformación como la que estamos viviendo, los libros están siendo devorados, pero no por los lectores, sino por los balances contables. (Página 11)

Leo Blum es un editor de éxito, o mejor sería decir de éxitos, que empezó desde cero en una difícil y competitiva profesión, hasta llegar a lo más alto y envidiado de la misma:
Leo empezó desde abajo, prácticamente excavando el subsuelo cultural de la ciudad como si fuera un arqueólogo literario en busca de autores. Su primera palada fue un pequeño anuncio en la prensa local que decía: “Editorial busca autores noveles. Mejor si tienen talento”. (Página 19)

Buena parte de su éxito la debe a su gran hallazgo: Marc Carmona, un autor que es una auténtica mina de oro, pues cada libro que escribe vende aún más que el anterior. El problema es que descubre que Marc solo es capaz de escribir cuando se siente infeliz. La felicidad mata su vena creativa:
Leo contemplo a Marc y se dio cuenta de una cosa muy importante: su autor más famoso, el que le estaba reportando más dividendos, escribía cuando las cosas le iban mal. Y lo hacía de una manera brillante. El dolor se transformaba en fama y dinero.
(…)
Una idea le vino a la mente: no podía permitir que Marc fuera feliz porque no escribiría nada interesante… económicamente hablando. (Página 35)

Todo sea por el bien de su cuenta económica, a Leo no va a quedarle más remedio que impedir a toda costa que Marc sea feliz.






EL GRAN LEO

El gran Leo es una sorprendente novela de humor, que tiene la virtud de introducirnos en el mundo de la literatura a través de su lado más oscuro: el de la edición. Y lo hace a través de un peculiar personaje: Leo Blum, un enamorado de los libros:
Hay gente que no puede vivir sin un teléfono móvil, o sin un coche deportivo… pero la pasión de Leo eran los libros. Aunque parezca que hoy en día los libros no estén de moda, a Leo siempre le encantó leer para poder perderse por los mundos imaginarios que les proponían las páginas de los volúmenes que tenía almacenados. (Página 14)

Aunque una cosa es que a Leo le gusten los libros y otra que no quiera hacer negocio con ellos. De hecho es a lo que decidió dedicarse:
Leo sentía respeto por un libro bien escrito, pero todavía más por el dinero. Bueno, por la posibilidad de hacer dinero. (Página 28)

Ahora bien, todo su éxito con los negocios no va acompañado por una vida sentimental feliz. De hecho Leo es un hombre solitario al que solo le quedan sus libros y su negocio:
Esta clarividencia para los negocios no le funcionó a Leo nunca con las mujeres. Dios le dio un ojo clínico para los negocios, y otro miope para sus relaciones sentimentales. (Página 17)

Por momentos, El gran Leo es una crítica mordaz contra los supuestos éxitos editoriales. Basta con ver lo que nos dice de la trama de las novelas de Marc que tanto éxito de público están alcanzando. (Lo de la crítica es otra cosa, que para ellos también hay un buen palo a través de la figura de un crítico que se cree el no va más en inteligencia y clarividencia literaria):
La trama seguía por los mismos cauces que su anterior obra. Joven inadaptado que se encuentra perdido entre los partidos de fútbol con los amigos, borracheras y amores imposibles. En fin, aventuras de fin de semana que podrían convertirse en un boom literario con dos o tres retoques. (Página 29)

La portada, y eso que recortan la parte superior que es la que viene en el marcapáginas, nos da una idea muy visual de quién es este peculiar editor. Una imagen que no se nos borrará de la cabeza durante toda la novela.
¿Han visto alguna vez una fotografía de Leo Blum? ¿No? Si tuvieran acceso a una de las pocas que se han publicado verían en ella a un elegante caballero recién salido de los años 50 del pasado siglo con pinta de vivir todo el año en la Costa Azul francesa. (…) Pajarita, pañuelo a juego con la pajarita, y zapatos, que si son italianos mejor que mejor. (Página 12)

El gran mérito de El gran Leo, aparte de hacernos reír, es que nos pongamos de parte de un personaje tan peculiar y que deseemos que siga frustrando la felicidad de su escritor. Yo por lo menos sufrí y disfruté con él cuando una tras otra va deshaciéndose de las novias de Marc. Bien es verdad que consigue que ninguna te caiga lo suficientemente bien como para sentir lástima por ella: ni la vegetariana a ultranza, ni la esotérica, ni la niña de papá, que finalmente se vuelve la más resistente y no está claro si conseguirá con ella sus propósitos.


En cuanto al estilo de Mario Reyes, por los párrafos que he puesto, podéis ver que no es dado a las grandes parrafadas, sino que opta por un lenguaje directo y sencillo, sin enrollarse en largas descripciones que, por otra parte, no se hacen necesarias para visualizar a sus personajes ni los sitios por los que transitan (por más que se muevan por una ciudad y un pueblo que en ningún momento se identifica con un lugar concreto)






IMPRESIÓN PERSONAL

Si de lo que se trata es de pasárselo bien con una novela y además de paso reírse con ella, El gran Leo consigue su objetivo. Es cierto que estas novelas normalmente se olvidan en seguida, al poco tiempo de leerlas, pero en el caso de El gran Leo, con esos personajes tan peculiares, con un malvado que está pidiendo a gritos una versión cinematográfica (lo cierto es que es un argumento muy de comedia española y Leo muy bien podría estar interpretado por Antonio Resines) perdurará en mi memoria bastante tiempo.

La lectura es muy rápida, no solo por lo entretenida (peripecias a cual más disparatada), sino por una edición y una letra grande en una novela que por otra parte roza las doscientas páginas.

Una novela muy recomendable para los que quieran pasar un buen rato con una lectura.





VALORACIÓN: 8/10




martes, 10 de noviembre de 2015

NOVEDAD EDITORIAL: MORENA, PELIGROSA Y ROMÁNICA (PEDRO FEIJOO)

Morena, peligrosa y románica
Pedro Feijoo



FICHA TÉCNICA

Título: Morena, peligrosa y románica
Autor: Pedro Feijoo
Editorial: Versátil, 2015
Encuadernación: Tapa blanda
Paginas: 348
PVP: 20,00 €






PEDRO FEIJOO

Como me ha parecido muy amena y en cierto sentido da una pista por su estilo de por dónde irán los tiros de esta novela, os dejo lo que en la solapa interior se dice sobre el autor:

Nacido en Vigo en 1975, Pedro Feijoo es escritor a tiempo completo, excepto cuando reflexiona sobre temas trascendentes como por qué el mar no se sale. Como novelista ha publicado las obras Los hijos del mar y La memoria de la lluvia, por las que ha recibido algunos de los más prestigiosos premios literarios, como el Arzobispo Juan de San Clemente, Sarmiento, o el Xerais de Noela en condición de finalista. Para compensar, los menos prestigiosos los ha perdido todos.
Se rumorea que guarda un intenso pasado como músico, aunque él lo niega una y otra vez. Comentan las malas lenguas que, además, también es Licenciado en Filología y Literatura Gallega, si bien para alivio de la filología general y de sus potenciales alumnos en particular, lo cierto es que nunca ha ejercido como tal.






Dejad que os exponga un argumento




ARGUMENTO

Imagínese usted la cara de un agente al abrir la puerta y darse de narices con tres gallegos, un chino, un gato y una réplica de una virgen del siglo XII. (Página 252)

Pero antes de encontrarnos con semejante estampa en tierras catalanas, comencemos por el principio, presentando al protagonista de esta alocada aventura:
Mi nombre, como bien les acaba de advertir y repetir mi vecina la señora Gladys Chismes, es Dante. Dante Odeón, para servirles a ustedes y, muy probablemente, también a Dios, Y soy agente, sí. (Página 27)
(…)
Exacto, amigos, esta sí es mi profesión, agente artístico. (Página 30)

Un hombre que más que vivir, sobrevive en espera de tiempos mejores en un loft, una manera muy bonita de llamar a su vivienda:
Mi suntuoso loft (una cochiquera de la que, me temo, todavía no han retirado los cadáveres ocultos que con absoluta certeza algún día provocaron las manchas de humedad que hay por todas las paredes) es en realidad una auténtica... Bueno, baste con apuntar que hay por ahí contenedores de basura mejor aireados que esta caja de zapatos en la que vivo. (Página 28)

Su vida cambia cuando llama a su puerta su vecina, la señora Chismes, porque sin pretenderlo ni quererlo, se ve envuelto en un robo imposible:
No sé, pero si me permiten que les introduzca un argumento, lo cierto es que no deja de llamarme la atención lo fácil que, llegado el momento, resulta llevar a cabo ciertos actos delictivos a priori aparentemente mucho más complicados. Me refiero a cosas como vender la Torre Eiffel, robar el Códice Calixtino o, qué se yo, hacer desaparecer como por arte de magia los ahorros de miles y miles de preferentistas. (Página 298)






MORENA, PELIGROSA Y ROMÁNICA

Tras un prólogo que a modo de monólogo nos introduce en la novela, en la que el autor nos habla de lo humano y lo divino, más bien de lo divino, comienza esta disparatada novela.
Y comienza jugando el autor en casa, o sea, en Vigo, que al igual que ocurría en Hijos del mar, es protagonista destacado de la narración:
Por si no son ustedes de Vigo, o no tienen el placer de conocer sus zonas residenciales y urbanizaciones de lujo... (Página 27)

Una acción que se traslada más tarde a Barcelona, y de un modo muy especial al Monasterio de Montserrat en Barcelona, otro de los protagonistas de la novela y del que Pedro Feijoo nos hará una peculiar visita guiada. Y de paso, comenta con humor algunas de las peculiaridades catalanas:
A ver, ¿cuál es el problema con los cafés? Quiero decir, ustedes y yo sabemos lo que es un cortado, ¿verdad? Pues claro: un café con un golpe de leche. Pues no. Si tú vas a Barcelona y pides un “tallat”, que así es como se dice “cortado” en catalán, lo que te sirven es un café con leche. Y no intentes explicárselo, que no hay nada que hacer. (Página 116)

Al frente de este disparate que consiguen convertir esta novela en lo que el autor define como una comedia dantesca, está Dante Odeón, un agente artístico capaz de cosas imposibles, como representar a un xilofonista manco, a un hipnotizador que solo es capaz de hipnotizarse a sí mismo, o montar eventos imposibles:
Ya... Hombre, es verdad que montar el “Primer Festival de Claqué para gente en silla de ruedas” fue bastante complicado. (Página 187)

Un hombre que tras su permítame introducir un argumento, es capaz de dar la vuelta a la realidad para presentarla del modo más favorable a sus intereses. Como es por ejemplo el estado de sus cuentas:
A eso que ustedes llaman deudas yo lo calificaría como “plazos de pago flexibles”... (Página 187)

¿Quién si no se atrevería a llevar a cabo el robo más alucinante de la historia no ya de España sino del mundo mundial? Bien es cierto que no lo hace por gusto sino obligado por las circunstancias. Y tampoco está solo, sino que está rodeado de un peculiar grupo, con personajes tan entrañables como Miqui Chismes, un ex boxeador con menos luces que la cueva de un oso:
Peleé en veinticinco combates y los gané todos menos veinticuatro. (Página 198)

Miqui Chismes que forma parte de la Banda Peligro:que es como han dado en autodenominarse, formada también por Atila Prudencio y su hija Linda Love (de la que Miqui está perdidamente enamorado), Mulato Wilson y Jordi Panerola (un catalán entre gallegos)a los que irán nuevos y singulares personajes como Andresito, que pese a lo que su nombre aparenta es un chino.

Una novela en la que podremos encontrar una visión de la vida muy peculiar:
Por mucho que en los carteles vean ustedes todo tipo de destinos exóticos, la vida no es más que un viaje incómodo, en un asiento demasiado estrecho, y siempre lejos, muy lejos, de primera clase... (Página 86)

Y verdades incontestables de la realidad cotidiana:
Es una verdad innegable el hecho de que a todo el mundo le alegra el día un par de videos de niños y gatitos. ¿De qué iba a existir You Tube si esto no fuera así? (Página 297)

Todo ello bañado, eso sí, no por las aguas del Atlántico o el Mediterráneo, sino por el peculiar humor de Pedro Feijoo.






IMPRESIÓN PERSONAL

Los que buscáis una novela seria, absteneos de leer Morena, peligrosa y románica, pues es un puro disparate cómico, repleto de humor y con una acción que va creciendo página a página.
Una comedia de enredo o, como la define su autor jugando con el nombre de su protagonista, una comedia dantesca.

Salvando las distancias, me ha recordado a algunas de las novelas de Eduardo Mendoza, con las que está emparentada por ese humor disparatado con el que repasa la realidad española, o gallego/catalana en este caso. Tampoco hay tanta diferencia entre un peluquero sin clientes y un agente artístico sin artistas. Por haber, hay hasta un chino (como en El enredo de la bolsa y la vida).

Me he reído mucho con Morena, peligrosa y románica, siempre a la espera del próxima argumento que sin duda introducirá Dante Odeón, o de la siguiente vuelta de tuerca en la acción, que a saber cómo consigue salir del embrollo cada vez mayor en que se va metiendo Dante al frente de una panda de incompetentes.

Morena, peligrosa y románica es un giro total respecto a Hijos del mar, su anterior novela, con la que lo único que tiene en común es que parte de ella transcurre en Vigo, pues tanto en la temática como en la puesta en escena o en su lenguaje, nada tienen que ver.





Gracias a Editorial Versatil que me ha proporcionado un ejemplar de Morena, peligrosa y románica para su lectura y reseña.






VALORACIÓN: 8/10



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