martes, 7 de abril de 2015

UNA HERENCIA PROBLEMÁTICA (DAVID J. SKINNER)

Antonio Cerezo, el detective que resuelve casos entre café y café.





FICHA TÉCNICA

Título: Una herencia problemática
Autor: David J. Skinner
Editorial: Libros Mablaz
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 207
PVP: 13,95 €






DAVID J. SKINNER


Ya me pasó hace poco con un autor catalán, que a pesar de firmar con su nombre real Tony Hill, parecía que dicho nombre era un pseudónimo para hacerse pasar por extranjero y vender más. Es el mismo caso de David J. Skinner, nombre real del autor que con ese apellido que me trae recuerdos del jefe de los agentes Mulder y Scully de Expediente X.
Pero David es un madrileño (por lo menos de nacimiento) de 38 años, de padre americano (de ahí su apellido) y madre española que un día decidió lanzarse a la aventura de la escritura y a mediados de 2011 comenzó a escribir novela y ya tiene, según nos dice en la contraportada del libro tres novelas que próximamente serán publicadas.
Mientras tanto ha ido matando el “gusanillo” con relatos cortos que han sido emitidos por la emisora Radio 21 o que incluso como ”El hombre eterno” ha sido finalista del Segundo Certamen de Relato TerBi.

Entre sus novelas publicadas:
La amenaza
August, pecado mortal
Una herencia problemática







ARGUMENTO

Antonio Cerezo vive un buen momento profesional como detective. Nada más resolver un caso de infidelidad, tiene un nuevo trabajo: Tiene que demostrar que el testamento en el que un hombre dejaba todo a su ex mujer, dejando sin nada a su sobrina que le cuidó en sus últimos momentos, es falso.
Un caso complicado, pero no tanto como la trama en la que se ve envuelto, en el que su pasado, aquel que le apartó del cuerpo de policía, vuelve a presentarse en su vida.






UNA HERENCIA PROBLEMÁTICA

Una herencia problemática es la novela ganadora del II Premio de Narrativa Libros Mablaz y ha sido finalista del Segundo Premio Wilkie Collins de Novela Negra . Nos enfrentamos en ella a una novela negra con un buen componente de novela policiaca y de thriller. Un detective, antiguo inspector de homicidios que tiene que investigar una posible herencia falsa y que al mismo tiempo se ve envuelto en una compleja investigación que le involucra con una importante red de tráfico de drogas.
Trascurre así la novela entre las dos tramas hasta un final que cierra completamente una de ellas (el caso de la herencia), pero que deja sin cerrar definitivamente la otra, dejando una puerta abierta para una posible continuación, algo que el autor deja claro en sus agradecimientos finales:
Espero que la hayas disfrutado y que te quedes con ganas de más. Si es así, tranquilo, habrá más. (Página 207)

Resulta curioso en esta novela comprobar la ubicación de la misma, porque no está situada la acción en ninguna ciudad concreta, con referencias geográficas que lo orienten o lo despisten al citar lugares que el lector no conoce. Una ciudad que muy bien pudiera ser Madrid (Barcelona no porque no hay ninguna referencia al mar), pero que muy bien pudiera situarse en cualquier ciudad del mundo. Basta con que el protagonista se llame Anthony para situarla en Estados Unidos sin que nada chirrie en la mente del lector.

Una novela de doscientas páginas de fácil y rápida lectura, con un protagonista (fundamental para cualquier novela con aspiraciones de poder convertirse en una serie) que da la vuelta a los tópicos de los detectives de novela negra, resultando sencillo y creíble a un mismo tiempo. Un Antonio Cerezo que hará la delicia de muchos lectores (o al menos eso espera el lector y el que esto escribe)






ANTONIO CEREZO

Siempre que me enfrento a un nuevo personaje de novela negra, como es el caso del detective Antonio Cerezo, me pregunto si será un nuevo compendio de tópicos, o será un personaje con personalidad propia.
En principio, el hecho de ser un detective privado porque por una historia del pasado se vio obligado a deja el cuerpo de policía, ya resulta altamente sospechoso. Sin embargo, pronto comienzan las diferencias, porque Antonio Cerezo es un “huelebraguetas” (no lo define así en la novela, pero es el nombre con el que en muchas otras se llama a los que se dedican a husmear las infidelidades en los matrimonios). Y lejos de hacerlo a disgusto porque no le queda otro remedio para comer, Antonio parece disfrutar con el tema, pues se encuentra muy alejado de los homicidios que tenia que investigar cuando era policía.
Como detective no le había ido mal: comenzó poniendo anuncios en todos los periódicos que pudo, ofreciéndose como investigador para agencias de seguros y demás. De ahí le salió algún que otro caso, pero no vio mucho futuro en ello, así que cambió el chip y empezó a anunciarse buscando maridos o esposas que quisieran descubrir si sus parejas les estaban siendo infieles. Nunca llegó a imaginar la cantidad de gente que comenzó a llamarle. (Página 9)

No tiene secretaria, por lo que puedes pensar que como tantos otros detectives es un muerto de hambre a la espera de un caso con el que poder pagar las facturas (como casi todos los grandes detectives clásicos del género), pero no, resulta que a Antonio le va muy bien con esta situación, en la que se está ganando un buen dinero.
Caso de infidelidad resuelto (es un decir, porque al marido le entrega las pruebas de que su mujer le está poniendo los cuernos), y a la espera de otro caso que no tarda en llegar, cuando se presenta en su despacho una atribulada sobrina. Atribulada no porque se haya muerto su tío, sino porque esperaba la riquísima herencia del mismo y en el último momento ha ido a parar a su ex mujer. Nuevamente conviene olvidarse de los tópicos, porque ni rubia despampanante (ni de bote ni natural), ni mujer fatal que convence al detective para que intente demostrar que el testamento es falso. En realidad Antonio cae rendido ante lo suculento del talón que la mujer le pone por delante.

¿Y qué hay de la adicciones? Porque Antonio fumar no fuma. Y de hecho no recuerdo que en la novela se fume (lo mismo para que pueda ser llevada al cine, que hoy está muy mal visto que fume alguien salvo que sea el malo malísimo de la película). Y en cuanto a lo de beber..., creo que cae alguna cañita con un bocadillo de chorizo en la novela.
Pero no os vayáis a pensar que Antonio es perfecto. Noooo. Que tiene un vicio que hoy por hoy no está mal visto (salvo por los cardiólogos) que es tomar café. Vamos, que se toma tantos cafés a lo largo de la novela, que Una herencia problemática bien podría estar subvencionada por Cafés de Colombia.
-¿Sigues con tu vicio del dichoso café?
-Me temo que sí, lo cierto, es que hay días que bebo más café que agua. (Página 73)






IMPRESIÓN PERSONAL

No todas las novelas tienen que tener más de cuatrocientas páginas. Vienen muy bien estas novelas cortas, entre doscientas y trescientas páginas, suficientes para poder desarrollar la personalidad de sus personajes y una trama convincente, que sirven para pasar un buen rato con su lectura.
Ideal como novela de distracción y, pese a ser una novela negra, no es de esas complejas y extrañas que hacen sufrir y pensar al lector. Me recuerda más bien a uno de esos episodios de series de policías o detectives americanas que podemos ver en nuestras televisiones. Puro esparcimiento.

Una novela negra un tanto “light”, apta incluso para aquellos que no son aficionados al género. Por mi parte, dispuesto estoy a leer su más que probable continuación.




Gracias a David J. Skinner que me ha facilitado un ejemplar de Una herencia problemática para su lectura y reseña.







VALORACIÓN: 7/10





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10 comentarios:

  1. Pues tienes toda la razón. Muchas veces este tipo de lecturas ágiles a los que nos gusta la novela negra y policíaca, son como un bálsamo.
    NO me sonaba de nada el autor así que me lo apunto.

    Bs.

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  2. Hola!!

    Tiene buena pinta y eso que no conocía nada del autor ni de la novela.
    Besos!!

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  3. Hola!!

    Tiene buena pinta y eso que no conocía nada del autor ni de la novela.
    Besos!!

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  4. Pues yo que soy muy aficionada al género me lo apunto. Y el hecho de que sea más light como dices también está fenomenal. Un poco de frescura en medio de algunas novelas tan densas viene muy bien.
    Bs.

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  5. No lo conocía pero tiene buena pinta.
    Saludos

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  6. Había visto el nombre del autor por ahí pero no he leído nada suyo... probaré en breve!

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  7. Pues tiene buena pinta para pasar un rato bastante entretenido. Y además vienen bien estas lecturas más cortitas y ligeritas.
    Besotes!!!

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  8. Lo anoto para futuras lecturas, que vienen bien de vez en cuando este tipo de novelas =)

    Besotes

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  9. Me gusta lo que cuentas sobre esta novela. No me importaría leerla. Tiene muy buena pinta. Saludos.

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  10. Me encantan las novelas cortas porque me alivian un poco la carga. Un beso! Me la apunto!

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