viernes, 7 de diciembre de 2012

LAS TRES HERIDAS (PALOMA SÁNCHEZ-GARNICA)


Cuando todo cambie



FICHA TÉCNICA


Título: Las tres heridas
Autor: Paloma Sánchez-Garnica
Editorial: Planeta
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 637

PVP: 21,50 € 




INTRODUCCIÓN: UN HOMENAJE A MÓSTOLES


El 2 de mayo sería el día más adecuado para publicar esta reseña. No porque venga a hablar de la Guerra de Independencia, sino como un homenaje a la tierra que me a acogido: Móstoles. Porque mucho antes de que el 2 de mayo fuera designado como fiesta de la Comunidad de Madrid, era ya la fiesta de Móstoles, con celebraciones muy especiales en las que se recrea la declaración de lucha contra el invasor francés.
Pero lo cierto es que al margen de este episodio de la historia de Móstoles, es una población que pese a sus actuales más de doscientos mil habitantes, no aparece en nuestra literatura, salvo que puede que alguna esporádica alusión a la misma como ciudad dormitorio. Y eso es algo que viene suplir Las tres heridas, parte de cuya acción transcurre en Móstoles, tanto en el Móstoles actual como en el Móstoles de la Guerra Civil.

Fuente de los peces (Móstoles)
Si, a pesar de todo, Móstoles tiene historia propia. Si me apuráis, la historia de un pueblo al que a golpe de piqueta no le queda nada de su pasado. O casi, no voy a exagerar, pero poco o nada tiene que ver esta ciudad en la que vivo, con la que pudo existir en los años treinta, en la que aparte de la Iglesia de la Asunción, de la Ermita de Nuestra Señora de todos los Santos y el cementerio, poco más queda. Por no quedar, no quedan ni el nombre de sus calles, que han sido cambiados.
Queda el cementerio del que se nos habla en las novelas. Un cementerio que habla de lo que era Móstoles, porque como buen cementerio estaba a las afueras de la ciudad, al igual que ocurre hoy con el cementerio nuevo. Pero el enorme crecimiento de la ciudad, que ha llevado a multiplicar su población por más de doscientos en menos de cien años, ha hecho que quede situado en pleno centro de la ciudad, aunque si eres forastero, puede que ni te des cuenta de que esos muros son las tapias de nuestro viejo cementerio.

Nos habla la autora de las pequeñas casas derribadas para construir bloques de pisos. Esa es la realidad de Móstoles, en el que apenas quedan algunas casas de lo que era un pueblo de agricultores. Se sigue conservando esa fuente de los peces, prácticamente en la misma ubicación, en una pequeña plaza a la bajada de la ermita del pueblo (lo que era una ermita a la salida es hoy el corazón de Móstoles). Poco más, que el resto, incluida la plaza que había a su lado, donde se encuentra el monumento en homenaje a la proclamación de la guerra contra los invasores franceses el 2 de mayo, lo han cambiado ni se sabe las veces. Queda un homenaje en forma de estatua en recuerdo de los abuelos que iban a sentarse en el muro que había en aquella plaza.
Ni siquiera el edificio del Ayuntamiento, uno de los edificios siempre más bellos y antiguos de los pueblos es un vestigio del pasado, pues es de reciente construcción, como si Móstoles no tuviera pasado.

Todo es nuevo, incluido ese ruido del que nos habla la autora. Y muy nuevo es el parking frente a los juzgados en el que aparca el protagonista del libro cada vez que va a Móstoles a buscar información. Un parking en medio de nuevos edificios, el Juzgado, el Conservatorio y la Biblioteca Municipal de Móstoles, de la que como es habitual, procede este libro que he leído.

Uno de los aspectos que me ha llamado la atención de esta novela es el personaje del médico, Don Honorio, porque no se si es un personaje que existió realmente o es imaginación de la autora. Porque lo curioso es que allá por el año 80, el médico de Móstoles era don Honorio Ruibal, que pasaba consulta en una casa situada aproximadamente en donde se indica en la novela. ¿Existió ese Don Honorio o es un homenaje a este médico de Móstoles al que el municipio ya le ha dado el nombre de una calle? Mucha casualidad me parece que un nombre tan peculiar coincida.
Quiero al acabar este apartado agradecer a Paloma Sánchez-Garnica haber sacado a Móstoles del anonimato (más allá de Encarna y sus célebres empanadillas) para convertirla en protagonista de una novela. Algo a lo que seguro no ha sido ajeno su marido Manuel de Jorge, vecino de Móstoles.





UNA HISTORIA DE LA GUERRA CIVIL




Este libro tiene una banda sonora propia, con la música de Joan Manuel Serrat interpretando el poema de Miguel Hernández Las tres heridas (pincha en el enlace para escucharla):

Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte. Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.


No se trata sólo del título de la novela. Ese espíritu de vida, muerte, amor, heridas, alternando el orden como el poema, están presentes en todo el relato. Como también lo está Miguel Hernández, que en un momento dado aparece como un personaje más del mismo.

«La oscuridad apenas le permitía ver la imagen de la foto, pero Andrés Abad Rodríguez la tenía grabada en su memoria: de pie, junto a la fuente de los Peces, con un vestido hasta la rodilla (que el recordaba de pequeñas flores rojas sobre fondo claro aunque la imagen lo mostraba en colores grises y oscuros), el corte bajo el pecho que dejaba suelta la cintura que ya delineaba la delicada curva del embarazo y un pequeño cuello de encaje, Mercedes Manrique Sánchez miraba tímida a la cámara, una mano sobre la cadera y la cabeza ladeada con una leve sonrisa, feliz y tranquila, ajena a lo que estaba a punto de estallar.»

Con esta alusión a una foto tomada en Móstoles, en la fuente de los peces, comienza la novela. Una foto tomada el 19 de Agosto de 1936, en un momento en que sus protagonistas no sabían lo que se les venía encima, ajenos a las noticias de las revueltas que se estaban produciendo en Madrid, pues solo se escuchaba algo de un levantamiento militar en África, que queda muy lejos.
Sin embargo sus vidas van a cambiar totalmente y Andrés junto con su hermano va a ser hecho prisionero y enviado fuera de su casa. Puro odio de un adversario que fue rechazado en su día por Mercedes, su mujer. Esa foto de los dos juntos que siempre lleva encima, será su nexo de unión con ella, la esperanza de que un día podrán volver a estar juntos cuando todo acabe.


Mercedes por su parte tendrá que huir de Móstoles a Madrid, pues su vida y la del hijo que lleva en su vientre corren serio peligro. Se refugiará en casa de la familia Cifuentes, a cuyo hijo Mario salvaron la vida refugiándole en su casa de Móstoles.

La foto de Andrés y Mercedes reaparece junto a unas cartas en una caja que compara en el Rastro madrileño Ernesto Santamaría, un escritor en busca de una historia que escribir con la que cumplir la promesa que le hizo a su recién fallecida esposa de seguir su vocación literaria.
Con perseverancia y sin más pistas que la fecha y la localidad en que fue tomada la foto, iniciará una investigación para conocer qué fue de aquellos dos personajes.






IMPRESIÓN PERSONAL



Como ya decía en la introducción, el hecho de ser una novela que reflejase la ciudad en la que llevo viviendo muchos años, era un enorme atractivo. Y desde ese punto de vista, la novela no me ha defraudado.
El hecho de tratarse de una novela sobre la guerra civil, es para mi otro atractivo, aunque ya sé que para muchos es un freno. Desde ese punto de vista, ha resultado un tanto desconcertante, pues mientras que en algunos autores ya sabes de antemano cuál es su pensamiento político y lo que puedes esperar del mismo en el desarrollo de la novela, no sabía nada de la autora. Por eso no sabía a que carta quedarme, pues en algunos momentos el lenguaje y el argumentario político de la novela despedían un malsano tufillo fascista.
En parte tiene su lógica cuando la narración está vista desde el lado de la familia Cifuentes, una familia muy conservadora al frente de la cual está el padre, un médico autoritario que no ve el momento de que de una vez termine el gobierno de ineptos que ha llevado al caos a España (parecía por momentos un forofo del PP criticando al gobierno de Zapatero), con unos hijos que no dudan en irse de Madrid para pasarse al bando nacional y combatir al demonio rojo. Una familia en la que las mujeres son menos que nada, con un rancio machismo y un sentido de clases que convierte a la mujer del médico en un ser amargado, rencoroso e insoportable.
Pero si bien esta visión es lógica, puesto que es la visión de una parte, la visión de las izquierdas es al mismo tiempo una visión muy desde la derecha, porque leyéndolas primeras páginas del libro, se hace muy difícil comprender que quedara vivo en Madrid alguien que no compartiera los ideales revolucionarios. No hay ningún equilibrio, todo parece demasiado extremo, mucho más caótico de lo que probablemente fue, porque si todo hubiese sido tan descontrolado, Madrid no hubiese resistido el empuje nacionalista ni siquiera unos días.


A medida que avanza la novela, la autora va consiguiendo un cierto equilibrio en sus planteamientos, mostrándonos los desmanes de ambos bandos a través del personaje mejor conseguido de toda la novela, que no es otro que Teresa Cifuentes, la hija rebelde del doctor Cifuentes, enamorada de Arturo Erralde, el personaje que encarna la izquierda partidaria del orden legal que suponía la república, del pensamiento de izquierdas que busca las libertades pero que no está de acuerdo con los desmanes de una revolución.
Teresa Cifuentes es el personaje más humano de toda la novela, que mediada la misma, nos ofrece una perspectiva y un resumen de lo que realmente es la novela:
«Soy Teresa Cifuentes Martín, y sí, conocí muy bien a la pareja, sobre todo a Mercedes. La guerra nos unió como si fuésemos hermanas, y la paz nos rompió el corazón a ambas.» (Página 328)
Monumento al 2 de Mayo /Móstoles)

Aunque la novela en principio parezca ser la historia de amor de Mercedes y Andrés, en realidad la aparición de este último es muy fugaz, apenas en los primeros capítulos. Algo que por otra parte yo agradecí, pues es un personaje que no me cayó bien, porque pese al gran amor que siente por su mujer, encarna el pensamiento machista de su época:
«No quiero que le meta más sandeces en la cabeza. La mujer está pá lo que está, y cuanto más lee, más estúpida se vuelve.» (Página 50)

Y es que Mercedes, a pesar de no haber aprendido más que las cuatro reglas, tiene en su interior un afán de saber que una maestra del pueblo estimula, por lo que aprende a querer los libros, que después de casada sigue leyendo a escondidas de su marido.
Hablaba de Teresa Cifuentes como el personaje mejor dibujado de la novela. Mercedes no le va a la zaga. En realidad estamos ante una novela muy feminista, que defiende el valor de la mujer, sus ansias y su capacidad para tirar hacia adelante por duras que sean las circunstancias, su afán de aprender y de mejorar. Y son los personajes femeninos los que ganan por goleada, los que mejor descritos están en toda la novela.


Tras un inicio muy conseguido y pese a lo que para mi fueron unas vacilaciones posteriores (por lo menos en cuanto al modo de tratar los sucesos), es una novela que va de menos a más. Incluso la historia de Ernesto Santamaría en la actualidad, que al principio parece solo un mero pegote justificativo, adquiere entidad propia, hasta el punto de que la parte final del relato de las vidas de Andrés, Mercedes y Teersa, la conoceremos por este otro lado.

Cuando todo acabe, porque aunque parezca que el mal nunca va a terminar (sí, la crisis terminará algún día), un día llega a su fin. Y la guerra, pese a todo, terminó. Para unos duró más que para otros. Para algunos todavía no ha terminado. Pero ese día llegó, como para los protagonistas de esta novela.



RESUMIENDO


Una novela que me ha gustado, con la que he disfrutado, a pesar de que sobre todo al principio su ritmo es un tanto irregular. Una novela en la que Móstoles es una parte importante del paisaje de la misma, lo cual como habitante de esta población he agradecido.
No obstante, no figurará entre mis novela favoritas de la guerra civil, porque ésta se limita a ser el paisaje de fondo en el que tiene lugar la novela, pero no profundiza nada en la historia de la misma. Lo cual si por un lado puede ser un inconveniente, por otro puede ser una ventaja para aquellos que huis de todo lo que tenga que ver con la guerra civil española.



FE DE ERRATAS


Una errata geográfica:
«…Cubas de la Sagra un pueblo de Toledo.» (Página 531)
Cubas de la Sagra no pertenece a Toledo sino a la Comunidad de Madrid, si bien es verdad que limítrofe con Toledo.
Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles




VALORACIÓN: 8/10






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6 comentarios:

  1. A mí me gustó, pero en líneas generales me llevé un chasco con 2 personajes: Mario y Teresa. Y bueno, el final tan surrealista me quedó un poco perpleja.

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  2. He visto un monton de reseñas positivas de esta novela, quizás la tuya es la que aún siendo favorable, menos positiva es. Una novela que transcurre en nuestro lugar de residencia ya que parte con muchos puntos de ventaja, yo la tengo pendiente gracias a la iniciativa de Priceminister y sé que me va a gustar, aunque también es cierto que tengo unas expectativas muy altas que igual no se cumplen
    besos

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  3. Había leído la novela en su día y fuiste uno de los culpables de que terminara leyendola. A mi me gustó bastante pero no será mi mejor lectura, porque para mi es mejor El error azul. Se que tu tambien la has leído y no se que pensarás de esta afirmación que hago. En breve intentaré reseñarla para este mes temático historico

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  4. Uyssssss la novela no hijo la reseña, que la novela la he leído hace poquisimo, e in extremis

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  5. Me ha encantado el comienzo, se nota que sientes cariño por Móstoles, tu tierra de acogida. Que el libro sea o no uno de los mejores sobre este época no me lo hace tan llamativo, aunque quizás así sea menos denso. Bicos.

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  6. Ya te dije que quería leerla, aunque cada vez se va retrasando más en el tiempo, pero sigue habiendo muchas cosas que me atraen en ella.

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