viernes, 21 de diciembre de 2012

EL INVIERNO DEL MUNDO (KEN FOLLET)




En lucha contra el totalitarismo

Uno de los libros más vendidos de los últimos meses es sin duda El invierno del mundo de Ken Follet. Aunque el más vendido no es o mismo que el más leído, porque no es un libro apto par lectores poco avezados, por lo que tengo la impresión de que en realidad está decorando la estantería de muchas bibliotecas.

El invierno del mundo es tras La caída de los gigantes la segunda entrega de la trilogía The Century, en la que Ken Follet a través de varias sagas familiares intenta mostrarnos los principales sucesos del siglo XX, con la Primera Guerra Mundial como eje principal en la primera entrega y la Segunda Guerra Mundial en la segunda.
¡El libro más esperado!, una frase recurrente en toda la publicidad que se ha hecho de El invierno del mundo. No creo que sea para tanto, porque por lo menos en mi caso, aunque me gustó mucho La caída de los gigantes, la historia de sus personajes en realidad queda cerrada. No es como en otras trilogías que todo queda por resolver hasta la última entrega. Aquí eso no es posible porque se trata de una historia de cien años, por lo que más o menos cada entrega es la historia de una generación.



Portada de "El invierno del mundo"

Mi gran duda era si dada mi memoria de pez y que había transcurrido bastante tiempo desde la lectura de la primera entrega, sería capaz de no perderme en esta segunda entrega. La verdad es que ni siquiera me ha hecho falta consultar la guía de personajes que viene al principio de la novela. Y eso se debe a que los protagonistas de la primera entrega, tienen en esta segunda un papel totalmente secundario, por lo que basta con pequeños recordatorios que la propia acción va dando al lector, para que éste no se pierda.
Viene a confirmar lo que de antemano sospechaba, que El invierno del mundo es una novela totalmente nueva que parte de la siguiente generación. Una ventaja para el lector olvidadizo que pudiera perderse en la nueva, si bien es una pena que el autor haya dado un carpetazo tan drástico a algunos personajes de la primera entrega.



LA NOVELA


La Segunda Guerra Mundial centra el argumento de esta novela, comenzando por los prolegómenos de la misma, con el ascenso que ya se venía venir de Hitler al poder en Alemania, hasta el inevitable enfrentamiento bélico y la derrota posterior del nazismo.
Son tantos los acontecimientos que sucedieron en este periodo y tantos los escenarios y los frentes abiertos al tratarse de varias generaciones y localizaciones, que el autor tiene que elegir entre unos sucesos y otros, porque si no su novela no se iría como ha hecho a las mil páginas, sino que ni con tres mil tendría suficiente.
Lo que no deja de resultar curioso, son los hechos que Ken Follet ha elegido para mostrarnos o los que ha omitido. No dejan de ser fotos sueltas de un álbum incompleto por lo que más vale que el lector tenga en su memoria información adicional o la visión del conjunto de la Segunda Guerra Mundial será imposible.



Ken Follet

Son muy interesantes algunos de los episodios que nos narra, o al menos lo han sido para mí porque eran aspectos de la historia que no conocía, como el modo en que llegó al poder Hitler y la subsiguiente eliminación de adversarios hasta convertir el parlamento en una pantomima, la importancia que el fascismo tenía en Inglaterra (casi fue un milagro que no triunfara) o el por qué de la victoria de Estados Unidos en la batalla naval de Midway a pesar de la manifiesta superioridad numérica de los japoneses.
Hay episodios cuya ausencia me resulta muy llamativa como la retirada de las tropas inglesas en Dunkerke, la ausencia de Italia (podría llegar a pensarse que no participó en esta guerra), los sucesos del Norte de África (con lo entretenidos que resultaron y ni una palabra sobre ellos) o incluso el exterminio judío sobre el que se pasa de puntillas.
Tal vez como preparación a la tercera entrega, buena parte de esta novela se centra en los servicios de espionaje, algo que si bien es incipiente en ésta época, es el germen de lo que sería una auténtica guerra”caliente” entre las agencias de espionajes durante la “guerra fría” de la que ya se nos comienza a hablar en esta novela.


De todos modos, me ha generado muchas dudas el tratamiento que de los acontecimientos hace Ken Follet, pues están revestidos de un anticomunismo visceral. La visión de la Guerra Civil española es tan pueril que me hace sospechar si no ocurrirá igual con el resto del libro.
Es cierto que por una parte hace una positiva alusión a la labor de España, la primera en oponerse al fascismo:
«Hasta ahora los fascistas se han salido con la suya en todas partes. En Renania y Abisinia simplemente hicieron acto de presencia y cogieron lo que les dio la gana. Gracias tenemos que darle a Dios de los españoles, vaya. Han tenido suficientes agallas para oponerse»




Pero luego tiene una curiosa manera de llamar a uno de los bandos oponentes: Los rebeldes antidemócratas. Y no menos curiosa la justificación que da para no llamar fascista (por más que antes hablara de la lucha contra los fascistas en España) al gobierno de Franco:
«Yo os lo explicaré -terció Joanne-. La diferencia radica en la visión del futuro. Los verdaderos fascistas quieren aniquilar a todos sus enemigos y luego crear una sociedad radicalmente nueva. Los japoneses hacen todo eso en defensa de los grupos de poder tradicionales, la clase militar y el emperador. Por el mismo motivo, España no es fascista en realidad: Franco asesina a gente en beneficio de la Iglesia católica y la vieja aristocracia, pero no para crear un mundo nuevo.»


Menos de recibo me parece aún su análisis de la derrota de las tropas republicanas, que atribuye a la mala actuación de los comunistas, preocupados únicamente de purgar una y otra vez a todo elemento considerado sedicioso y con unas tácticas militares obsoletas y dictadas desde Moscú. Una visión demasiado simplista y partidista, englobada dentro del anticomunismo visceral que recorre todo el libro.
Porque El invierno del mundo lo que finalmente plantea es una lucha contra el totalitarismo, comenzando primero con el fascismo y siguiendo luego con el comunismo, que sin duda será el caballo de batalla de la tercera y última entrega.




IMPRESIÓN PERSONAL


Contraportada de "El invierno del mundo"
La gran dificultad que entraña tanto la lectura como la reseña de El invierno del mundo, estriba en su inmensidad. Inmensidad en su extensión, con casi mil páginas de letra densa y pequeña. Inmensidad en el ingente número de personajes principales y secundarios que desfilan por sus páginas. Inmenso es también el número de escenarios en los que transcurre la novela, con localizaciones en Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España, Alemania, Rusia, Hawai, etc. Inmenso su argumento y los hechos que se nos narran en la novela, imposibles de resumir en unas líneas.
De esta inmensidad derivan sus mayores aciertos y al mismo tiempo sus mayores defectos, comenzando por el peso del libro que hace más que aconsejable su lectura en ebook (que no es barato precisamente), por lo incómodo que resulta intentar leerlo y cargarlo en el transporte público, o simplemente intentar leerlo en la cama.
son tantas las líneas argumentales que están abiertas a la vez en escenarios distintos, que los cambios y pérdidas de ritmo son inevitables, con momentos en los que era incapaz de dejar la lectura, junto a otros en los que sentía el peso del libro, todo lo que me quedaba por delante y la dificultad en volver a arrancar la lectura tras alguno de los parones en la acción (y hay unos cuantos) que me encontraba por el camino.

Si bien es cierto que la trama argumental de El invierno del mundo es menos folletinesca que en otras ocasiones (yo siempre he creído que Follet viene de follet-ín), no es menos cierto que los personajes están bastante más desdibujados (teniendo en cuenta que Follet no se caracteriza por la profundización en sus personajes, los de esta novela no pasarán a la historia). Y eso no es lo peor, sino que además ninguno ha llegado a conmoverme o a quedar grabado con suficiente fuerza en mi memoria.
A pesar de eso, a pesar de los bajones del ritmo, a pesar de su rabioso anticomunismo, a pesar del maniqueismo de sus personajes (buenos muy buenos, malos muy malos), Ken Follet es un experto narrador que se las ingenia para atrapar al lector hasta la última de sus palabras, que consigue que como si de un encantador de serpientes se tratase, te olvides de sus defectos y sigas con la lectura hasta el punto final.


Por eso, y pese a que no es una novela que se acerque a la perfección y a que esté en un nivel de calidad inferior a La caída de los gigantes, su lectura es recomendable. Siempre que tengas suficiente tiempo, claro.


Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles




DATOS TÉCNICOS

Editorial: Plaza & Janes editores
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 960
PVP: 24,90 €



VALORACIÓN: 8/10







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10 comentarios:

  1. A mí me gustó mucho, tanto como el primero. A pesar de ser extenso no se me hizo pesado en ningún momento ni me perdí con los personajes, aunque sí que es cierto que es incómodo de leer por el peso
    besos

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  2. Lo estoy leyendo; me queda un 25% y, como lo compagino con otras lecturas, espero terminarlo la semana que viene.
    A mí me está gustando mucho, la verdad, tanto o más que La caída de los gigantes.
    Yo no creo que haya bajadas de ritmo, en mi opinión se mantiene constante aunque haya escenas que resulten más interesantes que otras, claro.
    Lo de los personajes, creo que estaban más caracterizados en La caída de los gigantes.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Que el libro es un ladrillo de cuidado, que pesa como una losa y todo lo demás, de acuerdo. A mi no me gusta leer en e-reader, pero más de una vez era como para pensárselo. Al final, la mayoría de las veces lo leía en la cama y opté por ponerme un cojín para no tener que soportar el peso. Me acordaba de mi padre casi todas las noches, pues él tenía un atril.

    Si me han gustado tus impresiones, sobre Follett, la historia en general o los personajes en general. Son puntos de vista muy interesantes, aunque no los comparto todos, quizás porque para mi si hay personajes que me llegaron al alma (en particular Carla von Ulrich, aunque sus padres (Maud y Walter) eran mis preferidos en la primera entrega y en esta segunda me conmovieron también).

    Desde el punto de vista histórico, estoy de acuerdo contigo en que hay que tener unos conocimientos previos, que aunque no son necesarios, ayudan a forjarse una idea mejor y enriquecerla. En mi caso, es un periodo de la historia que siempre me ha atraído por por ello, muchas situaciones me resultaban conocidas.

    Y bueno, que no quiero darte la chapa, por lo que sólo puedo decirte que la reseña es genial, independientemente de mis discrepancias.

    Un beso.

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  5. A mi me gusto más la primera parte, se le nota por los diálogos y los acontecimientos que le pertenece al partido laborista. No me gusto para nada la parte del libro que habla de la guerra civil, lo vi poco profunda.

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  6. Hola:
    Te escribo porque te has apuntado al sorteo de Cuéntame una noctalia, pero no te has leído bien las bases. Tienes que enviarme un correo con los enlaces, por favor; si no, no tengo manera de comprobar tus puntos.

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  7. Tengo que leer el primero todavía. Creo que son libros que es mejor compaginarlos con otros, ya que si no, se hacen muy pesados. Leí Los pilares de la tierra y se me hizo enterno, aunque en ningún momento me aburrió, pero los libros tan largos me agobian un poco.

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  8. A mi me gusto mucho, aunque me gusto más el primero,jejej.
    Saludos

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  9. Yo de momento lo tengo de decoración (aunque más bien está de Pongo, porque lo voy moviendo de encima de la mesa); pero primero tengo que leer La Caída de los gigantes, así que le quedan un par de meses de pisapapeles.
    Saludos

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