Este hipnotista no me hipnotizó
DATOS TÉCNICOS
Título: El hipnotista
Autor: Lars Kepler
Editorial: Planeta
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 540
PVP: 21,50 €
Editorial: Punto de Lectura, 2018
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Páginas: 616
PVP: 11,95 €
LOS AUTORES
Lars Kepler es
en realidad el seudónimo de un matrimonio, Alexander Ahndoril y Alexandra
Coelho Ahndoril, que prefirieron escribir bajo un seudónimo hasta que las
grandes ventas del libro les hicieron salir del anonimato (cosas de la fama).
No obstante, seguirán publicando bajo este seudónimo, la serie que han empezado
con este libro.
INTRODUCCIÓN
No sé a vosotros, pero a mí me llaman la atención los libros que están en la
lista de los más vendidos, porque en principio algo tendrán, aunque ese
"algo" a veces sólo sea una buena campaña de promoción.
Entre ese éxito de ventas y que el tema del
hipnotismo, de que una persona pueda comete actos en contra de su voluntad o de
su naturaleza inducida por otros da pie a interesantes argumentos, me animé a
leerlo con interés.
Empezaré por el principio, por lo que los autores en
la primera página nos cuentan sobre qué es el hipnotismo:
«En la mitología griega, el dios
Hipnos es un muchacho alado que lleva en la mano una amapola. Su nombre significa “sueño”. Es hermano gemelo de la muerte e hijo de
la noche y la oscuridad.
Nada más adecuado que una amapola, porque la aparente inocencia de la misma
(Papaver rheas), esa flor roja tan frecuente en nuestros campos, deja de serlo
cuando del fruto de una de sus variedades (Papaver somniferum) se obtiene el
opio, aunque sea con un trabajo de chinos (nunca mejor dicho), fruto a fruto
dándole un corte a determinada profundidad y en un momento determinado del día
para recoger el látex que brota por el corte y en el que se encuentra el opio,
potente inductor al sueño (entre otras cosas).
Sueño, muerte, noche y oscuridad, términos que en muchos casos van
entrelazados.
El término «hipnosis» fue utilizado
por primera vez con su significado actual en 1843 por el cirujano escocés James
Braid. Con esa palabra describió un
estado similar al sueño, de aguzada atención y gran receptividad. Hoy en día está científicamente demostrado
que casi todas las personas son susceptibles de ser hipnotizadas, aunque aún varían las opiniones sobre la
utilidad, la fiabilidad y los riesgos de la hipnosis. Probablemente esta ambivalencia tenga que
ver con que se ha hecho un mal uso de la misma por parte de embaucadores,
artistas y servicios secretos de todo
el mundo.»
En el fondo, la realidad es que a la hora de pensar en la hipnosis, prevalece
en mi ese aspecto de montaje de espectáculo, tan falso y trucado como esos
espectaculares números de desaparición.
Desde un punto de vista puramente técnico, es fácil
llevar a una persona a un estado de conciencia hipnótico; lo
difícil es controlar el desarrollo, acompañar al paciente, analizar y manejar
el resultado. Sólo con una amplia experiencia y una gran capacidad es
posible dominar verdaderamente la hipnosis profunda. En todo el mundo no
hay más que un puñado de verdaderos expertos en hipnosis con cualificación
médica.
ARGUMENTO
Una familia es salvajemente asesinada. Solamente Joseph,
el hijo de quince años, a pesar de las múltiples puñaladas recibidas consigue
sobrevivir.
Nada se sabe de las posibles motivaciones para tan horrendo crimen, por lo que
urge localizar a Evelyn, la hermana mayor, cuyo paradero se desconoce, pues se
sospecha que puede ser la próxima víctima del asesino.
Por eso el inspector Joona Linna convence al psicoterapeuta Erik María Bark
para que vuelva a practicar la hipnosis diez años después de haberlo dejado, e
intentar saber qué pasó y cómo salvar a Evelyn.
Al hacerlo, se ponen en marcha sucesos que afectarán gravemente a la familia de
Erik
LOS PERSONAJES
Inspector Joona Linna
He aquí lo que de él se dice en la págna web de libro:
«Lo que hace incómodo a un personaje no
es su origen. Es, sobre todo, su testarudez. Joona
Linna es un detective de origen finlandés. Vive y trabaja en Estocolmo desde
hace años, pero nunca se ha
llegado a integrar en la ciudad. Desde luego, su carácter no ayuda: es muy
tozudo, poco le importan los
honores y las medallas, y cuando está seguro de tener razón, no tiene miedo de enfrentarse a quien sea,
ni a sus superiores, para demostrarlo. Pero el caso que cae en sus manos la noche del 8 de diciembre parece demasiado,
incluso para él... »
Pensaba que era cosa mía que el inspector me resultara antipático, pero ya veo
que no le cae bien ni a sus propios autores. No es tanto su tozudez, como el ir
de sobrado por la vida. No soporto esa infalibilidad (por más que sea
literaria). Y no es algo nuevo en mí, que nunca soporté el desprecio de Poirot
(el célebre inspector de Agatha Christie), ni me hacía gracia el
"Elemental, querido Watson" de Sherlock Holmes.
«-Te
creo, siempre tienes razón, ¿no es así?
Si, así es.
-Si una no te cree, luego tiene que soportar que vengas diciendo “¿Qué te había
dicho?”. » (Página 549)
El hipnotista, Erik Maria Bark
He aquí lo que de él se dice en la página web del libro:
«Psicoterapeuta de gran competencia y
profesionalidad, Erik se niega a practicar, desde hace diez años,
la disciplina que le concedió
notoriedad y reputación: el hipnotismo. El motivo es muy concreto y permanece
oculto en su pasado... Pero la
noche del 8 de diciembre cambiará la situación para siempre: cuando su hijo
hemofílico es secuestrado por uno (o unos) desconocidos, ya nada podrá seguir
oculto. »
Es este un personaje mucho más conseguido. Su pasado y el por qué de su actitud
es algo que iremos descubriendo poco a poco con el discurrir da las páginas,
contribuyendo a mantener la atención y la tensión del lector.
Su capacidad para el hipnotismo no se ve como algo teatral o circense, sino
como un fruto de la investigación y el trabajo científico.
Frente a la infalibilidad de Joona Linna, se nos presenta como alguien mucho
más humano, con problemas matrimoniales, con un hijo enfermo al que cuida con
esmero, y con un lado oscuro: su no confesa adicción a las pastillas.
IMPRESIÓN PERSONAL
¿Novela negra? Más bien su color es el rojo que
salpica las primeras páginas y que de vez en cuando vuelve a reaparecer. La
portada es una timidísima reproducción del crimen con el que comienza la
novela, porque parece casi un crimen "limpio".
LO MEJOR
Sin duda lo mejor de este libro es la
capacidad que tiene para atrapar al lector entre sus páginas. Lo
más curioso es que no es el crimen inicial, del que en no muchas páginas
sabemos ya quién es el culpable y por tanto disminuye considerablemente la
tensión, sino otra trama, al principio aparentemente secundaria, como es el
secuestro de una persona, que obliga al hipnotista a bucear en su pasado, aquel
que le llevó a tomar la decisión de abandonar la práctica del hipnotismo en
busca de las claves que permitan la resolución del secuestro.
LO PEOR
Puede parecer mentira que un libro que atrapa y que
tiene una correcta resolución final de la trama tenga una valoración tan baja.
Porque su valoración real es un cinco, un aprobadillo muy raspado.
Es así porque a mi parecer tiene dos graves defectos:
-De los dos protagonistas, me fue imposible empatizar con el
inspector. Ya expliqué antes como no soporto esa arrogancia,
esa infalibilidad que impide ver el lado humano del personaje.
-Con todo, no es eso lo peor, sino que en algunos
momentos los hechos narrados son inverosímiles.
Podríais pensar que tratándose de hipnotismo, es posible que en un momento dado
no sea necesario recurrir a un tanto de fantasía. Pero no es así, esa es
precisamente la parte más creíble del libro.
Me ha traído a la memoria a Dan Brown, el gran especialista en momentos increíbles,
como aquel de un hombre cayendo desde un helicóptero a gran altura y llegando
sano y salvo al suelo..
No quiero destriparos la trama (si lo has leído no me importa aclarártelo por
privado), pero hay en ella un par de acontecimientos imposibles capaces de
descalificar completamente el libro.
¿Recomiendo el libro? Pues ni sí, ni no, sino todo lo contrario. Es
un libro muy entretenido, un tanto gore en algunos pasajes, aunque no tanto
como para dejarlo, pero que requiere la complicidad del lector para aceptar
pulpo como animal de compañía para seguir leyendo.
Si tú eres de los que no admites fallos en los guiones o en la trama, mejor no
lo empieces.
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