martes, 16 de diciembre de 2014

MANOS SUCIAS (CARLOS QUÍLEZ)

Manual del perfecto corrupto





FICHA TÉCNICA

Título: Manos sucias
Autor: Carlos Quílez
Editorial: AlRevés
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 246
PVP:






CARLOS QUÍLEZ

No conocía a este autor. Creo que es muy importante su biografía a la hora de entender hasta que punto no está hablando de oídas en esta novela. Dice de él en la contraportada de la novela:

Carlos Quílez Lázaro (Barcelona 1966), licenciado en Periodismo por la Universidad de Barcelona, máster en Periodismo Judicial por la Universidad Autónoma de Madrid, fue director de Análisis de la oficina Antifraude y Contra la Corrupción de Catalunya entre el año 2009 y 2014, y actualmente es director de investigación del diario Economía Digital.
Es autor de las siguientes novelas y relatos de no ficción: Atracadores, Asalto a la Virreina (JUNTO A Andreu Martín), Mala vida (ganador del premio Rodolfo Walsh de la Semana Negra de Gijón, 2009), La soledad de Patricia (premio Crims de Tinta, 2009) y Cerdos y gallinas (2012)






ARGUMENTO

Un sargento de la Guardia Civil, un comisario del CNP, un agente de los Mossos d´Esquadra y una famosa periodista se unen para poner al descubierto la mayor trama de corrupción en la historia de nuestro país.
Una aventura en la que pondrán sus vidas en peligro, pues la implacable mafia rusa está detrás de todo el entramado






MANOS SUCIAS

Una novela sobre la corrupción que se parece demasiado a la verdad

Éste es el subtítulo que podemos ver en la portada de la novela. Dicen que la realidad supera siempre a la ficción. Miedo da pensarlo tras leer esta novela que, por mucha ficción que sea, da en todo momento la impresión de ser una crónica periodística de la realidad actual española en la que se han cambiado nombres o disimulado los mismos.
Así, el tesorero corrupto del partido del Gobierno se llama Cérdenas. La presidenta de Castilla León se llama Maria Dolores...


Nos lo pueden vender como quieran, pero en la práctica, hay una única palabra que define la situación que estamos viviendo y que tan bien se refleja en esta novela:
-La cosa no va por ahí. No va de mafia y mafiosos. Nosotros ya hemos lidiado en esas plazas. No, la cosa es más sutil, pero yo diría que mucho más escandalosa, si cabe. Algo que no se ve, pero que está ahí. Y lo pudre todo. Como un virus en manos de algún loco poderoso e hijo de puta con carné político o con cargo público.
-¡Corrupción! (Página 31)


Nada nuevo bajo el sol, desde que el hombre es hombre siempre ha habido quiénes han intentado enriquecerse doblegando la ley, de un modo u otro a su favor
Hecha la ley, hecha la trampa. Y si la trampa no funciona, pues para eso se inventaron los sobornos, joder. Y todos tenemos un precio. (Página 166)

Para algunos, es casi una obligación, es aquello a lo que se sienten llamados desde que nacen:
Los ricos tenemos la obligación de ganar dinero. Si ese es nuestro sino... Pues hagámoslo sin reparos y a ser posible en compañía de nuestro amigo Oban, que nos ayudará, como siempre ha hecho, a saber qué hacer con tanto dinero. (Página 166)

Yanko suponía la escenificación de la teoría policial de los vasos comunicantes del crimen organizado: el dinero ni se crea ni se destruye. Se mueve de las manos de lo legal a los bolsillos de quienes viven de lo legal y estos nuevamente recurren al marco legal para poder almacenarlo y disfrutarlo con impunidad. (Página 178)

Si nos preguntamos cómo es posible, qué mecanismos utilizan para poder conseguirlo, Manos sucias es un perfecto manual para entender cómo y de qué manera se hace:
La ingente cantidad de dinero público que la trama Yanko obtenía en forma de contratos de infraestructura concedidos por la administración pública, esquilmó un poco más las ya paupérrimas cuentas y fondos del Estado Contratos concedidos ilegalmente y a los que se habían de sumar los correspondientes sobrecostes en las obras y las comisiones generadas y pactadas.
(…)
Corrupción pura. Corrupción de moqueta perpetrada por psicópatas con pedigrí social, con doble vida, depredadores desalmados incapaces de inmutarse por el daño directo y severo que provocan a la sociedad y al Estado de derecho. (Página 178)

Todos nos preguntamos cómo es posible que esto ocurra. La explicación a esta pregunta se nos da, de un modo muy sencillo en esta novela:
Debería serlo como lo es en prácticamente toda Europa. Pero como somos uno de los pocos países civilizados donde el delito de enriquecimiento patrimonial injustificado para cargos y funcionarios públicos no está contemplado en el Código Penal, así nos va. En este país, si de la noche a la mañana pasas de la bici al Jaguar, nadie te pregunta nada. Al contrario, la gente te admira y te hace la pelota. “Mira, por ahí va un triunfador...” (Página 143)

Sumadle a eso la ceguera de los dirigentes de los partidos políticos, mirando a otra parte con tal de engrasar su maquinaria electoral, aquella que les lleva a alcanzar el poder. En el siguiente párrafo probad a sustituir el nombre de Cérdenas por el de otro famoso tesorero de partido que ahora está en la cárcel y pensaréis que estáis leyendo la prensa:
Los cocineros del partido, naturalmente, sabían a qué se dedicaba Cérdenas y conocían el alcance de su trama, entre otras cosas, porque no era un elemento aislado. (Página 217)






IMPRESIÓN PERSONAL

Tanto se parece a la verdad, que he creído estar leyendo la realidad con unos personajes a los que se ha cambiado el nombre. Cuando leo la prensa diaria, con esta acumulación de casos que van saliendo a la luz, de esas contratas millonarias que en algunos casos ni dan servicios ni dan nada, lejos ya de aquellas recalificaciones de terrenos que suponían directamente millonadas para los concejales de urbanismo y obras públicas y luego leo este libro, veo que son el mismo perro con distinto collar.
El sistema que tan bien se nos describe en Manos sucias, ha ido evolucionando con el paso de los años, agotada y explotada ya la burbuja inmobiliaria. Se ha vuelto mucho más sofisticado, más difícil de demostrar, pero no por eso menos notorio y público, algo que hasta ahora mismo no ha parecido importar a los líderes de los partidos políticos, parte necesaria e interesada en los mismos.

Una novela compleja y en algunos momentos densa, porque tanto los mecanismos de los que se sirven los corruptos, como los mecanismos que se siguen para desenmascararlos son complejos. Ahí es donde sin duda la experiencia profesional de Carlos Quílez es fundamental, máxime cuando como es el caso se mezcla la policía autónoma catalana, la nacional y la Guardia Civil. Sin olvidarnos de ese peculiar mundillo judicial compuesto por abogados, jueces fiscales. Un poder judicial que como se ve en esta novela no es tan independiente como debiera. (Claro, que comparado con lo que estamos viendo estos días con lo del juez Ruz, casi parecen unos angelitos y los manejos políticos un juego de niños)

Duele leer Manos sucias, porque por más ficción que sea, no he podido sustraerme durante su lectura a ver que, cambiados nombres y casos, es lo mismo que estamos sufriendo en este país.

Una novela que de tanta información como nos ofrece, no puede seguir un ritmo rápido. Se echa de menos un poco más de agilidad para su lectura, un poco más de acción. Algo que queda compensado en parte con un final de auténtico infarto.
También esta ingente información va en contra del desarrollo de los personajes. No es que no estén perfectamente definidos, que no parezcan reales (todos los personajes para bien o para mal don demasiado reales), sino que apenas se desarrolla su vida privada, esa que permite empatizar con ellos. Por eso, salvo el caso de Patricia la periodista y Elsa su becaria, me he quedado con una cierta sensación de frialdad ante ellos.

Pese a estas ligeras faltas que he destacado, el resultado global es muy positivo. Merece la pena leer Manos sucias, porque por desgracia ese mundo que tan bien describe Carlos Quílez es el que estamos viviendo en este país. Y adoptar la postura del avestruz, meter la cabeza debajo del ala y pensar que no pasa nada, es una manera más de contribuir a que los corruptos sigan campando a sus anchas.

Manos sucias, un gran título. Lástima que las manos se laven tan fácilmente (que se lo digan si no a nuestra casta política), pero no ocurra lo mismo con esas almas corruptas que ensucian, corroen y corrompen todo lo que está a su alrededor.





Gracias a Editorial AlRevés que me ha proporcionado un ejemplar de Manos sucias para su lectura y reseña.







VALORACIÓN: 9/10



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12 comentarios:

  1. Toca un tema que está de mucha actualidad.

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  2. No lo conocía y parece muy real,a veces la realidad supera a la ficción, apuntado queda, besotes!

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  3. Real como la vida misma.
    Lo tengo pendiente

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  4. Ya había leído alguna otra reseña poniéndola bastante bien. Miedo dan estas lecturas. Besos.

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  5. El tema se me hace bastante pesado, así que creo que esta vez ni será.
    Gracias por compartir :)
    Besos!

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  6. Yo últimamente he decidido desconectarme de la realidad en el ámbito literario. Con lo asquerosamente mal que funciona este mundo, y este país en particular, prefiero leer algo que me ayude a evadirme, así que a pesar de las buenas reseñas que está teniendo, es una lectura que por el momento no me anoto.
    Besos.

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  7. Muy buenas opiniones estoy viendo de este libro. Tendré que leerlo.
    Besotes!!!

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  8. Me espera en la estantería, y si todo va bien espero no hacerle esperar mucho. Tengo muchas ganas de leerlo. Besos

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  9. Apuntadísimo desde ahora mismo, me llama muchísimo la atención. Besos.

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  10. Lo tengo apuntado, pinta genial!
    Además las pocas reseñas que llevo leídas son bastante positivas, así que pica el gusanillo =)

    Besotes

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  11. Estoy leyendo Cerdos y gallinas y estoy de acuerdo con lo que dices, es compleja y me está costando porque el autor conoce tan bien los entresijos que yo al menos a veces me pierdo entre tanta cantidad de delincuentes, su jerga y los entramados de las diferentes policías que operan. Pero está muy bien y muy real.

    Bs.

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  12. Muy interesante. La frase "una novela sobre la corrupción que se parece demasiado a la realidad" ya ha sido capaz de ganarme y hacerme interesante esta historia.

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