Es sin duda lo mejor de este libro, los
personajes que nos presenta, con unas historias que sin tener que ser
extraordinarias, tienen la virtud de engancharme como lector.
- Ariel Burano: Toda su vida ha sido el fútbol, a
pesar de la oposición de su padre que no termina de entender ese deporte ni que
la gente pierda el tiempo con él. Su gran oportunidad ha llegado con su fichaje
por un gran equipo de la capital madrileña, que le hace abandonar su Buenos
Aires para trasladarse con sólo veinte años a Madrid.
No viene acompañado por todo un séquito familiar como han hecho otros jugadores
argentinos, sino por su hermano mayor. Pero esta compañía va a durarle poco
pues su hermano se mete en un lío y para proteger a Ariel debe regresar a
Argentina, dejándole sólo.
El atropello de una chica del que se siente culpable, le hace acercarse a ella
para pedirla disculpas. Lo que nunca había pensado es que dicho acercamiento
iba a acabar en una historia de amor con una menor de edad y además con la
presión de las cámaras de fotos, siempre pendientes del más mínimo desliz de un
famoso.
La adaptación al fútbol español no resulta fácil y las cosas no le salen como
esperaba.
- Sylvia: Con sus recién
cumplidos dieciséis años, no es la típica adolescente descerebrada. Vive en una
situación difícil, con sus padres recién separados y la madre que se ha ido a
vivir a Zaragoza, expectante ante un nuevo mundo que le va a tocar vivir, sin
estar a gusto con su cuerpo y deseando conocer esa realidad llamada sexo.
Con lo que no contaba ella era con enamorarse de
un futbolista, a ella que ese deporte nunca le ha gustado ni llamado la
atención. Una historia de amor que sabe que ha de vivir día a día, disfrutando
del presente, pues no cree que pueda tener futuro.
- Lorenzo: Se siente un fracasado en toda regla.
No sólo se ha ido al garete su matrimonio, sino que su vida laboral ha
terminado en total fracaso, con un negocio que le ha dejado en la ruina e
incapaz a sus años de comenzar una nueva vida laboral.
- Leandro: Padre de Lorenzo y
abuelo de Sylvia, de entre todos los fracasados o aspirantes a fracasados, este
es el personaje más llamativo, porque tras una vida llena de fracasos, o así lo
ve él, a su edad no puede permitirse uno más. Y sin embargo es lo que está
punto de sucederle con la muerte de su mujer Aurora. Porque no consiguió en la
vida ninguno de sus objetivos. Aspiraba a ser un gran concertista de piano,
algo que consiguió su amigo y compañero de infancia, y se quedó en un simple
profesor de música.
«El encuentro
con Aurora había sido la salvación de una amargura incontenible, la fuerza
para levar adelante una existencia que no había sido la soñada».
(Página 378)
A sus años, sin esperanzas, ni
perspectiva ni ambiciones, sólo queda la más profunda amargura
«Se refugió en el baño y lloró
frente al espejo, con amargura, al contrario de cómo lloran los
bebés, con esa desesperación de los que saben que van a ser
calmados. No, lloró con la sorda contención de los que ya no esperan
consuelo de nadie». (Página 451)
SABER PERDER Y EL FÚTBOL
No es Saber perder un libro sobre
el fútbol, pero es cierto que el fútbol es una parte importante del mismo. Eso
no quiere decir que si no eres seguidor de este deporte o no te guste, no vaya
a hacerlo el libro, porque lo que nos muestra es una parte del entramado de ese
mundillo que no sale habitualmente a la luz, con los miedos de los jugadores,
sus esperanzas, la prensa deportiva, los directivos, las juergas de chavales
jóvenes que en muchos casos están desplazados muy lejos de sus hogares, el
entramado económico que se mueve, etc.
Pero insisto, es sólo una pequeña parte del libro, necesaria para contarnos la
historia de uno de sus protagonistas, Ariel Burano, un joven de veinte años que
ha dejado Buenos Aires para venir a Madrid fichado por uno de los equipos de la
capital.
He dicho uno de los
equipos de la capital, porque el autor en ningún momento pone nombre a dicho
equipo. Había leído que era para no cerrar puertas a ningún posible lector al
decantarse por uno u otro equipo de la capital (léase Real Madrid o Atlético de
Madrid, porque el Getafe no cuenta a estos efectos).
Una vez que me he leído el libro, tengo claro
que ese no es el motivo, sino que poner nombre al equipo por el que ficha
Ariel, sólo podría traerle problemas al autor al decir toda una serie de cosas
sobre fichajes, jugadores o directivos, que de esta manera se convierten sólo
en arquetipos sin que se le pueda acusar de que está hablando de tal o cual
persona.
Sin embargo, a poco que seas seguidor del
fútbol, queda muy claro que David Trueba se está refiriendo en todo momento al
Real Madrid.
Veamos algunos claros ejemplos. ¿En qué
equipo de la capital el portero suplente tiene el culo plano de estar sentado
permanentemente en el banquillo? Porque en los últimos años muchos han sido los
entrenadores del Real Madrid, pero uno solo su portero: Iker Casillas(hasta que
llegó Mourinho, pero el libro es anterior)
«A su lado está Poggio el
portero suplente que calienta banquillo desde hace cinco años de manera
ininterrumpida, lo que me convierte en el culo mejor pagado del mundo
junto al de Jennifer Lopez, asegura de sí mismo». (Página 36)
También se nos habla de
un jugador que no quería cederle el número siete a la camiseta y se hace
referencia a un veterano, que si analizamos lo que se dice de él, no puede ser
otro que Raúl, que curiosamente tiene también cinco hijos (si bien es cierto
que el quinto nació después de publicarse la novela:
«Habló de
algunos jugadores, de Dani Villar, que había sido el más crítico con el
fichaje de Ariel, es buena gente, pero perdió la punta física que se
necesita en tu posición, da cierta pena ver arrastrarse a un tipo que es
millonario por los campos de juego-: -Pero claro, retirarse es un trauma y más
si tienes cinco hijos y una mujer como la suya».
(Página 116)
La siguiente afirmación, no es válida
para el Atlético de Madrid, que se conforma con clasificarse para la Champions
o para Europa. Sólo puede hacer referencia al Real Madrid:
«Estaban sextos en la
clasificación, cuando solo valía ganar». (Página 118)
Y hablando de la
afición, todos sabemos que la afición del Atlético de Madrid está siempre
volcada con su equipo a pesar de las múltiples trastadas que le hace, mientras
que a del Real Madrid es tan exigente, que no se queda conforme con que su
equipo gane los partidos. Además le exige que lo haga bonito. Una grada muy
difícil de contentar:
«Ganarse a la
grada es cuestión de un detalle, a veces de un azar. Hay mediocres a los
que han querido a morir y genios a los que no entendieron jamás. Luego
gusta mucho el populista, el que corre con el alma hacia un balón inalcanzable, el
que pide al público que anime, el que abronca a sus compañeros cuando van
perdiendo. Habría que sancionar a los que más sudan en los partidos». (Página 459)
Sumadle a eso un comentario con el que
comienza el libro, que si bien es cierto que es válido para muchos presidentes
de fútbol, es especialmente cierto en el Presidente del Real Madrid:
«El presidente era un hombre
curtido en los negocios de la construcción». (Página 32)
Para rematar este
capítulo futbolístico, una definición de este deporte que aparece en el libro y
que tiene su miga:
«El fútbol es
un deporte muy raro al que juegan unos eternos adolescentes descerebrados y
millonarios, pero que mueven unas maquinarias que hacen feliz a cientos de
miles de descerebrados mucho menos favorecidos económicamente». (Página 484)
IMPRESIÓN PERSONAL
Es posible que al ver tanto fútbol en
este comentario, estés desechando directamente esta novela. Sería una lástima
que lo hicieses, porque el fútbol es solo una parte de la novela, en la que
además no es necesario entender nada de este deporte para seguirla, porque lo
importante es que nos narra los sentimientos y las sensaciones de un joven
chaval que está luchando por abrirse camino en ese mundo.
Como decía antes, es una
historia de personajes. Personajes que tienen algo en común entre todos, y
no me refiero a sus lazos familiares:El
fracaso.
Me ha traído a la memoria la lectura de este libro a Los girasoles
ciegos de Álvaro Méndez, porque en su día titulé el
comentario del libro comoHistoria de cuatro derrotas. Y justamente aquí,
vemos que todo va camino también de cuatro derrotas.
Sin embargo hay una diferencia fundamental y es que mientras que en Los girasoles ciegos esas
derrotas eran sinónimo de amargura y desesperanza, en Saber perder hay un atisbo de que las cosas
pueden cambiar, de que la derrota no es aplastante y decisiva, sino solo una
etapa más en la vida.
A pesar de ser un libro triste (las
derrotas siempre lo son) hay
un atisbo de esperanza. De hecho el título del libro, creo que es toda una
declaración de intenciones. Porque a poco que analicemos nuestra vida, veremos
que está llena de derrotas. ¿Quién
no ha sufrido una derrota o un fracaso en su vida? La vida no es
una competición deportiva, y aunque lo de hay que saber perder suena a consejo
de entrenador tras una inesperada derrota, lo cierto es que ¡ay de los que no aprendan a perder! .
Volviendo al símil futbolístico, recuerdo que Casillas, portero del Real Madrid
y de la selección nacional de fútbol, cuando en el mundialito caímos derrotados
en semifinales frente a Estados unidos dijo: «Esta derrota nos hará más fuertes de cara al
futuro». Acertó y luego ganaron el Mundial. Y es que las derrotas nos
enseñan nuestras limitaciones, nuestros errores, nuestros puntos débiles. De
ellas puede aprenderse mucho más que con los triunfos.
Saber perder es reconocer nuestras limitaciones, pero no es darnos por
derrotados, sino estar dispuestos a continuar con la batalla por la vida.
Y de eso es de lo que nos habla el
libro. No hay en él ningún triunfador, pero no todos reaccionan igual frente a
la derrota. Leandro siempre ha sido un perdedor y la pérdida de Aurora le va a
dejar sin lo único que él considera como una victoria, cuando además ya no le
queda tiempo para intentar nada en la vida. Lorenzo anda también de fracaso en
fracaso, pero aún sigue intentándolo, aún quiere creer que la vida puede volver
a depararle algo bueno. Sylvia y Ariel no están convencidos de que lo suyo sea
un fracaso, la vida es joven para ellos y no sabe si volverá a darles otra
oportunidad. En cualquier caso, han disfrutado del presente y quedan con
espíritu abierto de cara al futuro.
Animaros con este libro, no quedaréis
defraudados