Mostrando entradas con la etiqueta novela de aventuras. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta novela de aventuras. Mostrar todas las entradas

jueves, 25 de noviembre de 2021

LA PROFECÍA DEL DESIERTO (ANA BALLABRIGA y DAVID ZAPLANA)

 
La profecía del desierto
Ana Ballabriga y David Zaplana

 
 
Título: La profecía del desierto
Autores: Ana Ballabriga y David Zaplana
Edirotial: Umbriel, 2021
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 320
 

martes, 27 de octubre de 2020

LA BRUMA VERDE (GONZALO GINER)

 

La bruma verde
Gonzalo Giner

  

Título: La bruma verde
Autor: Gonzalo Giner
Editorial: Planeta, 2020
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 606
PVP: 21,90 €

 

jueves, 2 de mayo de 2019

EL ORFEBRE (RAMÓN CAMPOS)


El orfebre
Ramón Campos

Título: El orfebre
Autor: Ramón Campos
Editorial: Planeta, 2018
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 334



Editorial: Planeta, 2020
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 336
PVP: 9, 95 €

jueves, 28 de marzo de 2019

MADERA DE SAVIA AZUL (JOSE LUIS GIL SOTO)


Madera de savia azul
José Luis Gil Soto


Título: Madera de savia azul
Autor: José Luis Gil Soto
Editorial: Ediciones B, 2019
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 640


Editorial: B de Bolsillo, 2020
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 640
PVP: 13,95 €

lunes, 29 de agosto de 2016

miércoles, 20 de noviembre de 2013

EL PRÍNCIPE DE LOS PIRATAS (EDMUNDO DÍAZ CONDE)

La leyenda de la dama del mar




FICHA TÉCNICA

Título: El Príncipe de los Piratas
Autor: Edmundo Díaz Conde
Editorial: Algaida
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 425
PVP: 18 €








Editorial: Algaida, 2016
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 320
PVP: 8,00 €








EDMUNDO DÍAZ CONDE

Primera noticia que tengo de este autor, a pesar de que lleva ya algunas novelas en su haber. He aquí lo que de él se nos dice en la solapa de su última novela:


«Edmundo Díaz Conde nació en Orense en 1966. Se licenció en Derecho, carrera que, por convicción no llegó a ejercer jamás.
Ha trabajado como asesor editorial y colaborado, entre otras publicaciones con El Correo de Andalucía y la revista cultural Mercurio.
Residió en Orense, Santiago de Compostela, Madrid y, actualmente en Sevilla.
Su primer novela, Jonás el estilista, mereció el III Premio Ciudad de Badajoz. Su siguiente obra, La ciudad invisible, se alzó con el finalista del XXXIII Premo Ateneo de Sevilla. El club de los amantes fue su tercera novela publicada y El veneno de Napoleón (finalista del Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio 2008) ha sido publicada en Rusia.
Concibe la escritura como una pasión, además de un oficio. Concibe la vida como un oficio, algo menos pasionante.»





ARGUMENTO


«Vuestro padre era un oficial leal al rey, sí, pero ¿quién venera hoy su memoria? ¿Quién recuerda que diese la vida por su nación? Y ¿cómo se lo agradeció su país? Yo os lo diré: su hijo, inválido de una mano, se vio obligado a dejar la escuela. Se convirtió en un jugador, en un pirata, porque los trabajos que mendigaba no salvaron a su madre de la miseria, como muchas otras viudas de marinos. No olvidéis, amigo mío, que España es la peor de las madres.» (Página 36)

Esta es la historia de Íñigo Santa Cruz que, a punto de ser ajusticiado por pirata, es liberado y enrolado para formar parte de la mayor aventura pirata: el asalto a las riquezas españolas protegidas en Panamá.





EL PRÍNCIPE DE LOS PIRATAS

No puedo dejar de sentir una cierta debilidad por las novelas de piratas. Quizás porque una de las novelas que desde mi infancia permanece en mi memoria es La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson. Pero no fue John Silver el único pirata que pobló mis sueños, que Emilio Salgari con su Sandokan vino a sumarse a los mismos con sus piratas malayos.
Sumadle a esa memoria literaria, la cinematográfica, aquellas sesiones de cine con Errol Flynn o Brut Lancaster espada en ristre abordando barcos. Y con eso ya he delatado mi edad. Porque si no, hubiera tenido que hablar de Johnny Deep y su Capitán Jack Sparrow. Da igual, las historias de piratas nunca pasan de moda.

¿Son las novelas de piratas un género literario del pasado? Rotundamente no. Sin salirnos de España, podemos encontrarnos a autores como Zoe Valdés con su Piratas o a Alberto Vázquez Figueroa con su serie sobre León Bocanegra, o hasta la mismísima reina de la novela de aventuras españolas que no es otra que Matilde Asensi con su Trilogíade Martín Ojo de Plata, que especialmente en su primera novela Tierra Firme no es otra cosa que una novela de piratas. Incluso Arturo Pérez-Reverte dentro de su saga del Capitán Alatriste hace una incursión en el género con Corsarios de Levante, por más que esos piratas sean berberiscos y el escenario el mar Mediterráneo.
Y si hasta el extranjero nos vamos, el mismísimo Michael Crichton en su novela póstuma, Latitudes piratas, abordó el género (aunque el resultado no fuera todo lo bueno que cabía esperar de todo un autor de bestsellers).

En esa tradición de novelas piratas se encuadra la novela que hoy vengo a comentaros: El Príncipe de los piratas, de Edmundo Díaz Conde. Una novela de aventuras pura y dura, por más que el trasfondo de la historia nos permitiría considerarla también como una novela histórica porque la historia que se nos cuenta del asalto de los piratas al mando de Henry Morgan a la fortaleza de Panamá, sea una historia real, por más increíble que pueda parecer.
Henry Morgan
Una gesta de la que se hubiera sentido orgulloso cualquier ejército, pero que fue llevada a cabo por un puñado de piratas ávidos de botín.

El tratamiento de la novela es pues de aventuras, sin profundizar apenas en el contexto histórico. Bien es verdad que el autor no es inmune a la influencia de Arturo Pérez-Reverte y su sentido de la decadencia del imperio español y de sus gentes luchando orgullosas pese al abandono de su patria. Mirad si no este par de citas:

«Porque aquí, abandonados a su suerte, estaban los más débiles, los vencidos y arruinados, los envejecidos y humillados, los olvidados de una nación que se resistía a morder el polvo, a sucumbir bajo la bota de las potencias enemigas, pero que olvidaba a sus hombres y a sus mujeres, a sus héroes y heroínas y permitía que unos y otros se consumieran de hambre, sin la menor satisfacción o gratitud.» (Página 83)

«¿Queréis que os diga yo lo que es España? Os lo voy a decir. -Se puso en pie, se acercó hasta la armura de estribor y señalando con el brazo extendido hacia el cementerio de barcos, gritó-: ¡Miradla bien! ¡Eso de ahí es España! .» (Página 107)

Puro Reverte en algunas línes. Porque al margen de esas citas, de la trama novelesca de aventuras o incluso de su pequeña trama amorosa, la novela viene a hablar de la Patria. Lo hace por boca de un capitán rodeado de una tropa de excluidos procedentes de todas partes de nuestra nación, pero a los que a pesar de sentirse abandonados por su patria, se sienten como traidores luchando contra ella o quemando su bandera.





IMPRESIÓN PERSONAL

El Prímcipe de los piratas es ante todo una novela de ritmo muy ágil. No podía ser de otra forma, tratándose del género de que se trata. Una novela digna de ser llevada al cine o ser presentada en forma de serie. Claro, que tratándose de un pirata español difícil es, porque este tipo de piratas requieren una inversión muy alta pues no se puede rodar en el salón de la casa de un amigo, requiere mucho vestuario, exteriores (y no vale el desierto de Almería)complicados y caros efectos especiales en las batallas navales... Lejos de los productores españoles.

Una novela en la que mi única intención al animarme a leerla era pasar un rato divertido disfrutando con una de piratas. Y como tal, mi objetivo se cumplió.


Una novela destinada a cualquier público, sin distinción de edades, dispuesto a disfrutar un rato con una buena historia de piratas.









VALORACIÓN: 8/10



(Las ilustraciones de esta reseña están tomadas del Dossier de Prensa enviado por Editorial Algaida)




Gracias a Editorial Algaida que me facilitó un ejemplar para su lectura y reseña.



Si quieres conocer más novedades editoriales 2013, pincha AQUÍ


Si quieres conocer más reseñas de novela histórica, pincha AQUÍ





martes, 25 de junio de 2013

TRILOGÍA MARTÍN OJO DE PLATA (MATILDE ASENSI)




FICHA TÉCNICA

Autor: Matilde Asensi
Título: Trilogía Martín Ojo de Plata
Editorial: Planeta
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 960
PVP: 23,90 €









Hace unos años Matilde Asensi, una de mis autoras favoritas cuando se trata de leer un libro de aventuras, publicó Tierra Firme, un libro que me apresuré a coger en la biblioteca. Me atrapó desde la primera página con una acción trepidante pero  supuso una pequeña decepción, no tanto por el libro en sí, sino porque al acabar el mismo quedaba muy claro que se trataba de una novela que tenía continuación, porque aunque la acción principal terminaba, estaba claro que solo era el principio.

Efectivamente, con Tierra Firme comenzaba una trilogía. Los libros que la componen esta trilogía de Martín Ojo de Plata son:
-Tierra firme.
-Venganza en Sevilla.
-La conjura de Cortes.

Una vez publicados los tres libros, Editorial Planeta ha decidido editarlos en un  único volumen. La ventaja es que el precio final es muy inferior a comprarlos uno a uno. el inconveniente es que resulta un tomo de muchas páginas y peso, pues no se ha escatimado en papel ni en tamaño de letra.


En esta edición espècial, cuenta además de con las tres novelas, con un prólogo de la propia autora y de y un cuadernillo con contenidos extra, basado en la documentación que ha manejado la autora para escribir estas novelas sobre el Siglo de Oro.





CONTEXTO HISTÓRICO DE ESTA TRILOGÍA


Matilde Asensi
En Tierra Firme estamos a finales del siglo XVI, con un imperio español extendiéndose por el mundo, pero con unos reyes solo preocupados de continuar con sus guerras y financiarlas. Para ello el oro y la plata traídos desde el Nuevo Mundo son fundamentales.
Y para esa guerra es también fundamental el monopolio del comercio. Por ello está prohibido comerciar con las naciones enemigas, aunque ello suponga el desabastecimiento de las colonias. Aunque el hecho de estar prohibido no quiere decir que todo el mundo no lo haga, lo cual en un momento dado es la manera de con acusaciones eliminar tus enemigos.

Es esta vida de las colonias la que se nos narra, como a pesar de la riqueza que hubiera tenido que suponer el oro y la plata (riqueza de la que tampoco pudo disfrutarse en la península, pues fue uno de los periodos de mayor pobreza), el monopolio, el no poder ni siquiera por ejemplo hacer vino para no hacer la competencia a España, hizo que las necesidades fuesen muy grandes, pues hasta ropa para vestir podía faltarles.
De ahí la importancia que los comerciantes viajando de un sitio para otro tenían. Comerciantes que en el fondo se dedicaban al trueque de productos, pues por no haber no había apenas moneda ni metales preciosos, que eran todos enviados a España.

Asistiremos también a todo el entramado económico que este comercio suponía y a como algunos se aprovechaban de ello desde España, con la información de cuáles serían las mercancías que partirían para el Nuevo Mundo, para enriquecerse. Ese es el caso de la familia de los Curvo, enemigos de los Nevares, a los que odian por estar al tanto de una parte de sus sucios manejos.

.

En Venganza en Sevilla dejamos la Tierra Firme que es como se denominaba la zona de islas próxima a la costa, para trasladarnos a Sevilla.
«Quien no ha visto Sevilla, no ha visto maravilla.» (Página 47)

Es una Sevilla de la que Catalina partió siendo una niña y que idealizada en sus recuerdos le supone un choque.
«O yo tenía la memoria muy flaca, o los años en Tierra Firme me habían hecho olvidar la miseria de España.» (Página 52).

La palabra crisis parece que no se nos cae ahora de la boca, pero parece una minucia en comparación con lo que tuvieron que pasar los españolitos de aquella época.

«A pesar de ser súbditos del rey más poderoso del orbe y de vivir en el más grande imperio, los españoles pasan hambre y frío, carecía de lo necesario y sufría de ese embrutecimiento que produce el prolongado infortunio. No era de extrañar, pues, que los más listos y valientes emigraran al nuevo mundo buscando una oportunidad para mejorar su situación y una vida nueva para sus familias.» (Página 52)

Y por más que se hable ahora del déficit del Estado, tampoco tiene nada que ver con aquella España permanentemente al borde de la bancarrota, esperando con impaciencia el oro y la plata que procedente de América entraba por Sevilla, con gran regocijo del pueblo al ver regresar la flota, con un suspiro de alivio por parte del rey, aunque regocijo y alivio harto pasajeros porque según llegaba se iba para pagar la deuda a la banca extranjera, que las guerras le costaban muy caras al reino.
Y mientras el pueblo a verlas venir.

«En las calles se veía la indigencia de las pobres y humildes gentes de Sevilla: los niños descamisados y descalzos bajo el frío, las abuelas vendedoras de huevos fritos que se resguardaban en las esquinas, los pícaros hambrientos comidos a su vez por las pulgas, los padres sin trabajo ni pan para sus hijos que caminaban sin rumbo enseñando los dedos a través del cuero roto de las botas... Esa era la España real, la verdadera, la que no recibía ni un maravedí de las inmensas riquezas del nuevo mundo.» (Página 144)

Todo queda resumido en esta lapidaria frase, muy próxima por cierto a las ideas que Arturo Pérez-Reverte nos cuenta en su Capitán Alatriste, coetáneo de esta Catalina Solís:

España era un gigante con los pies de barro y los Austrias no hacían más que empeorar la situación (Página 53)

Pero por más control que hubiera, España es un país de pícaros y truhanes, siempre aguzando el ingenio para hacerse ricos sin trabajar. De eso también nos hablará, de una Sevilla en la que algunos medraban a costa del oro del rey.

.

En La conjura de Cortés la acción regresa al Nuevo Mundo. Un Nuevo Mundo al que fue lo mejor y lo peor del pueblo español, con algunos personajes como Hernán Cortes que podían al mismo tiempo encarnar lo mejor y lo peor de nuestro carácter. Pero todos los que iban al nuevo continente tenían un rasgo en común: la ambición, bien fuera de riquezas, de poder, o simplemente de cambiar de vida, huyendo de la miseria en la que vivía España en la que el brillo dorado del metal del llamado Siglo de Oro, solo iba a las arcas de unos pocos.
Lejos de España, no fueron pocos los que urdieron intrigas para hacerse con el poder o incluso desligarse del poder de una corona muy lejos de las necesidades y del sentir de los que allí estaban. De una de esas ficticias conjuras es de las que va a tratar esta novela.








ARGUMENTO DE TIERRA FIRME


Estamos a finales del siglo XVI, con un imperio español extendiéndose por el mundo, pero con unos reyes solo preocupados de continuar con sus guerras y financiarlas. Para ello el oro y la plata traídos desde el Nuevo Mundo son fundamentales.

Y para esa guerra es también fundamental el monopolio del comercio. Por ello está prohibido comerciar con las naciones enemigas, aunque ello suponga el desabastecimiento de las colonias.

Es esta vida de las colonias la que se nos narra, como a pesar de la riqueza que hubiera tenido que suponer el oro y la plata (riqueza de la que tampoco pudo disfrutarse en la península, pues fue uno de los periodos de mayor pobreza), el monopolio, el no poder ni siquiera por ejemplo hacer vino para no hacer la competencia a España, hizo que las necesidades fuesen muy grandes, pues hasta ropa para vestir podía faltarles.
De ahí la importancia que los comerciantes viajando de un sitio para otro tenían. Comerciantes que en el fondo se dedicaban al trueque de productos, pues por no haber no había apenas moneda ni metales preciosos, que eran todos enviados a España.

Y es de la vida de uno de estos comerciantes, Esteban Nevares y de sus andanzas de la que se nos habla en el libro.
No es un libro de piratas como he leído en algún sitio. Pero evidentemente hay piratas, porque en estas guerras en las que se veía envuelto el imperio español, el ataque a los barcos españoles con el oro y las mercancías que llevaban era una tentación muy grande.
Piratas, corsarios o contrabandistas, que de todo había y que en el fondo era solo una cuestión de matiz. Porque piratas eran los que atacaban los barcos para robarlos. Pero si lo hacían con una carta de su gobierno con permiso para hacerlo, ya no eran piratas sino corsarios. Y si lo que se dedicaban era a comerciar con el enemigo, entonces eran contrabandistas. Aunque en un momento dado pudieran ser una cosa u otra indistintamente.

Asistiremos también a todo el entramado económico que este comercio suponía y a como algunos se aprovechaban de ello desde España, con la información de cuáles serían las mercancías que partirían para el Nuevo Mundo, para enriquecerse.

Conoceremos también cómo era la esclavitud y el mundo de los encomenderos, aquellos que recibían por parte de España un terreno y encomienda en la que podía hacer trabajar a los nativos, prácticamente en régimen de esclavitud, con la diferencia de que para obtenerlos no tenían que pagar dinero como ocurría con los esclavos negros.






ARGUMENTO DE VENGANZA EN SEVILLA




En Venganza en Sevilla Catalina Solís adopta ya según su conveniencia el papel de Catalina Solís, transformada en una viuda y hacendada rica, o el de Martín Nevares, capitán de barco, hijo de un rico comerciante. 



Sin destripar argumento, el enfrentamiento con la familia Curvo obliga a Catalina Solís a volver a España para salvar al que ha sido para ella como su padre, y del que de hecho su personaje masculino se hace pasar por su hijo.

Ya en Sevilla, un juramento realizado a su padre le obliga a vengar el daño sufrido de mano de la familia Curvo, matando a los cinco hermanos Curvo, tres varones y dos hembras. 

Venganza en Sevilla es la historia de cómo Catalina Solís intenta cumplir con ese juramento, fácil de hacer, pero no tanto de cumplir.





ARGUMENTO DE LA CONJURA DE CORTÉS





Terminbaba Venganza en Sevilla con parte de la venganza cumplida. Pero solo en parte, la misión de Catalina no está terminada, por lo que ha de volver nuevamente a Tierra Firme para completarla:

«Harías bien en recordar en voz alta el juramento que le hiciste a tu señor padre. -No permitas que ni uno solo de los hermanos Curvo siga hollando la tierra mientras tu padre los demás nos pudrimos bajo ella- recité con el corazón encogido.» (Página 22)


Por otra parte, Catalina o Martín decide cambiar su nombre, pues no solamente su carácter ha cambiado, sino también su aspecto físico al perder un ojo. Un ojo que primero tapa con un parche pero luego con un ojo de plata, de ahí el nuevo nombre que decide adoptar:
«En resolución, señor o señora, ¿sois varón o sois hembra? -preguntó con enfado el marqués de Olmedillas, creciéndose por las declaración de Rodrigo. Las risas y exclamaciones de mis hombres tornaron a triunfar sobre os sonidos de la tormenta. Para vuestras mercedes -exclamé, regocijada-, seré en todo momento Martín Ojo de Plata.» (Página 79) 

Sin haber podido cumplimentar su venganza, Catalina se ve envuelta en una aventura que en principio ni le va ni le viene, porque ¿quién es ella para inmiscuirse en una conjura contra el rey de España sin llevarse ningún beneficio de la misma?
«¿Encontrar un misterioso tesoro del grande conquistador Hernán Cortés? ¿Qué motivos podía tener alguien tan acaudalada cono yo para meterse en semejante brete y, por más, sin que nada fuera para mí?.» (Página 138)

Pero participará en la aventura, porque será el modo perfecto de llevar a cabo de una vez por todas su ansiada venganza.




IMPRESIÓN PERSONAL


Desde un primer momento me cautivó este personaje de ficción creado por Matilde Asensi, un personaje que intenta aprovechar lo mejor de la condición de mujer que es, pero al mismo tiempo disfrutando de todas las ventajas que le da su presunta pertenencia al género masculino:
«Yo era yo, Catalina, mas, cuando me disfrazaba de Martín, podía ejecutar todas aquellas cosas que, injustamente y por unas razones tan absurdas como desconocidas, estaban prohibidas a las mujeres. Haría siempre lo que mas me conviniera y si lo que convenía era vestirme de Martín Nevares, me vestiría de Martín Nevares.» (Página 39)

Aunque para poder disfrutar de esas ventajas que la condición femenina le niega en una sociedad tremendamente machista, su personalidad haya tenido que irse amoldando, perdiendo inocencia, una inocencia que queda totalmente truncada con la promesa hecha a su padre de vengar su muerte:

«Mi señor padre, a quien yo tanto añoraba, se quedaría de piedra mármol si viera en lo que se había convertido aquella niña que rescató cierto día de una isla desierta. Aquella inocente y candorosa niña a la que prohijara hoy una elegante dama palaciega, maestra en el arte de la espada, maestre de galeón y más rica de lo que él, que se ataba a trabajar sin que le alcanzara para pagar sus deudas, hubiera soñado nunca con llegar.» (Página 101) 



Eso es sin duda lo mejor de la trilogía y de la última entrega.
Pero, a pesar del cariño que le tengo a Matilde Asensi, también debo decir que la tercera entrega me ha defraudado. Ha sido el remate de una trilogía que ha ido de más a menos, perdiendo un poco de interés en cada nueva entrega.


No quiero con ello decir que el libro sea aburrido, pues no lo es y ha captado mi atención desde las primeras páginas. Ni tampoco puedo decir que el ritmo no sea trepidante, pues lo es al igual que lo había sido en las anteriores entregas. Pero es en esta última entrega en la que Matilde Asensi intenta desarrollar una historia de amor. Y ahí desgraciadamente no consigue convencerme.
Tampoco es ninguna novedad, pues en ninguna de sus novelas, sus historias de amor me han parecido convincentes. Me parecen poco creíbles, muy fantasiosas, demasiado dulzonas y cargadas de tópicos.
A propósito de este tema, en una entrevista publicada en el suplemento dominical de El Mundo en la que le preguntan el por qué de tratar ahora de amoríos, Matilde Asensi además de decir que no es la primera vez que trata historias de amor, dice:

«Los lectores me preguntan por el amor y yo respondo que no soy Federico Moccia, que no es mi tema; mi tema es la aventura y la Historia.».

Como veis, ella misma reconoce que las historias de amor no son lo suyo


Por otra parte, todo el entramado histórico que tan interesante había resultado en Tierra Firme hy cuyo interés se mantenía en Venganza en Sevilla me ha resultado en La Conjura de Cortés poco interesante. Un contexto histórico que parece más un decorado de fondo que un intento de ilustrarnos sobre la España de los herederos de Hernán Cortés.

Y es que sobre la figura de Cortes pasa Matilde Asensi casi de puntillas, haciendo además mucho más hincapié en su lado oscuro, que lo tuvo (mujeriego, cruel, ambicioso) que sobre sus grandes dotes de estratega. Claro, que lo de Cortés es muy opinable. 




VALORACIÓN: 8/10




Si quieres conocer más novedades editoriales 2013, pincha AQUÍ


Si quieres conocer más reseñas de novela histórica, pincha AQUÍ







.






Analytics