Autora: Marta Querol Editorial: B DE BOLSILLO Encuadernación: Tapa blanda Páginas: 528 PVP: 9,99 €
MARTA QUEROL
Esta es la biografía que de la autora nos presentan en el interior del libro:«Nace
en Valencia y estudia Ciencias Económicas y Empresariales. Tras más de
veinte años como profesional reconocida en el mundo de la Gestión de
Calidad, un golpe emocional e abre los ojos a su verdadera vocación, la literatura. El final del Ave Fénix, su ópera prima queda finalista en el Premio Planeta de 2007, y se convierte en un best seller cuando su autora decide publicarla en formato digital. Columnista en el periódico Las Provincias durante cuatro años, participa en diversas publicaciones, programas de radio y tertulias culturales.»
ARGUMENTO
«El
2 de noviembre de 1934 comenzaron los dolores de parto. Ya era hora,
pensó Lolo con rabia mientras se agarraba con fuerza el vientre. El 3 de febrero de ese mismo año se había casado con Gerard Lamarc, un joven y apuesto francés, y lo último que hubiera querido era concebir un hijo tan pronto. Dolores contaba diecinueve años, estaba en plena juventud y la noticia del embarazo la pilló por sorpresa.»
Con el nacimiento de Elena Lamarc, hija de Dolores Atienza, comienza El final del Ave Fénix,
una novela qu da un repaso a buena parte del siglo XX español. Lejos de
Madrid, lejos de Barcelona, escenarios habituales de las novelas
españolas, para darnos a conocer la vida de la burguesía levantina, pues
la acción se centra en Alicante y posteriormente en Valencia. Dolores
y Elena, madre e hija, tan distintas la una de a otra, pero al final
con unas vidas que confluyen paralelas en un mundo en el que las
apariencias son más importantes que los sentimientos.
EL FINAL DEL AVE FÉNIX
No
es fácil inscribir esta novela en un género determinado, porque tiene
su toque de historia romántica (no confundir con rosa), su toque
folletinesco y su toque histórico. Ahora bien, es una novela histórica un tanto peculiar. La propia autora lo explica en una nota final: «Mi
intención ha sido hacer una novela realista y humana, que retrate una
pequeña parte de la España reciente con sus luces y sus sombras, y alejada de polémicas políticas. No es un libro sobre guerras, posgueras y dictaduras, sino
sobre personas que sobreviven en el contexto histórico que les toca
vivir y cuyos conflictos personales son la única guerra que liberan cada
día. Soy consciente de que hubo muchas Españas más y que yo me
he basado en una de ellas, pero creo que de esas otras Españas ya hay
mucha literatura.»
Muy ajustado este comentario
de la autora a la realidad de la novela. Porque al margen de una riada
del río Turia en Valencia que se nos describe en la novela, no aparecen
protagonistas reales. No trata de la historia de España. Pasa casi de
puntillas sobre la guerra civil y sobre la reconstrucción posterior. Es
simplemente el contexto en el que se desarrolla la historia. Un
contexto que como comenta es poco usual, porque al final siempre acaban
siendo Madrid y Barcelona las protagonistas principales de las
historias, mientras que aquí vamos a trasladarnos a Alicante y Valencia.
Capitales también, pero con un ambiente mucho más pueblerino y cerrado
de lo que podríamos encontrarnos en las otras ciudades mencionadas. Encontraremos
algunos datos que pueden sorprender mucho, porque estamos hablando de
una parte reciente de nuestra historia y, por más increíble que pueda
parecernos, apenas hace sesenta años, una mujer casada no podía abrir
una cuenta el banco sin el permiso de su marido. Ser mujer no es nada
fácil hoy día, pero aún era más duro hace unos años. Aunque también
haga una incursión en el mundo obrero a partir de la historia de Carlos
Company, un hombre de origen muy humilde, el mundo que se recrea
fundamentalmente en El final del Ave Fénix es el de la rica burguesía levantina, que sobrevivió a la guerra para volver a renacer con sus negocios. De
uno de estos negocios se nos habla a través de la madre de Elena. Una
tienda que se especializa en ropa y artículos para el bebé. Muy curioso
ver como ha ido evolucionando este mundo de las tiendas de ropa. Es un
retrato de una sociedad timorata e hipócrita, en la que las apariencias
priman por encima de cualquier otro postulado. Una sociedad en el que
las mujeres miran para otro lado ante las infidelidades de sus maridos,
siempre y cuando estos sepan mantener las apariencias y permitirles
mantener un elevado ritmo de vida y de gastos. Un mundo dominado por los
hombres en el que la mujer es poco menos que un objeto decorativo.
IMPRESIÓN PERSONAL
La historia en principio resulta muy atractiva, tanto por el contexto en que se desarrolla, como por los personajes que la pueblan y el entramado folletinesco que nos plantea en muchos momentos. Sin embargo tiene para mi un punto débil: la nula empatía que me provoca Elena, su protagonista principal. Aunque
analizándolo con calma, no puede esperarse otra cosa, porque esa es
precisamente la personalidad de Elena, una mujer inasequible al
desaliento, dispuesta como el Ave Fñenix a resurgir en todo momento de
sus cenizas, un espíritu indomable, una profesional capacitada y
ambiciosa que, una vez fijados sus objetivos no parará hasta
conseguirlos. Una mujer que despierta en los demás admiración por su
fuerte personalidad y por ese espíritu de lucha, por su gran capacidad
de trabajo y por sus dotes de mando. Pero admiración no es lo mismo que
simpatía, pues la amabilidad y la dulzura no son sus principales
atributos, por lo que sus empleados la admiran y estiman pero no la
quieren. Justo lo mismo que a mi como lector me ha ocurrido. Tampoco
es sencillo empatizar con los personajes masculinos, pues su modo de ver
la vida, muy propio de los años en que transcurre la acción, está muy
lejos del mío. Y pese a todo lo anterior, el libro me ha gustado. Es
uno de esos libros en que la acción te atrapa, te lleva hacia adelante
como ese río Turia desbordado arrasando lo que hay a su paso. Porque una
cosa es no empatizar con los protagonistas y otra muy distinta que no
sean creíbles. Porque hombres como los que se nos presentan en la novela
hay muchos. Y mujeres dispuestas a hacer la vida gorda para mantener su
estatus también. Curiosamente lo que más me ha llamado la atención
del libro son su capítulo inicial y el final. Dos capítulos que nada
tienen que ver con la historia en sí, pues nos narran en el primero de
ellos la muerte de Elena (no destripo nada, es el primer capítulo) y el
epílogo en que se nos cuentan unos pocos hechos un poco antes de su
muerte. Una historia que está narrada por la hija de Elena. Y me han
gustado porque en ellos la gran sensibilidad de Marta Querol como
escritora salen a relucir. Ambos capítulos son un canto a la vida, justo
en el momento final con la muerte como protagonista. Y son esos
capítulos los que me animan a leer el próximo libro de esta autora,
porque admiro a aquellos escritores que a través de sus letras nos
transmiten tantos sentimientos como los que he podido ver en esos
capítulos y en buena parte del libro. Esta lectura ha
sido posible gracias a Shaka lectora en cuyo blog gane el
concurso que organizó por su segundo aniversario, obteniendo este libro
del que hoy os he traído la reseña. VALORACIÓN: 8/10