Victoria
Paloma
Sánchez-Garnica
Autora:
Paloma Sánchez-Garnica
Editorial:
Planeta, 2024
Encuadernación:
Tapa dura
Páginas:
480
Maqueta de Móstoles en el Museo de la Ciudad |
Paloma en su presentación en Móstoles |
Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido,mi nombre está en la atmósfera, en la brisa
y ocultos a través de tu sonrisa
lágrimas de dolor.
Pues mi recuerdo tu memoria asalta,
y a pesar tuyo por mi amor suspiras,
y hasta el ambiente mismo que respiras
te repite ¡mi amor!
Museo de la Ciudad (Móstoles) |
Hotel Palace |
Hotel Palace |
Plaza Santa Ana (Madrid) |
La mujer en casa y con la pata quebrada, que es donde tiene que estar. (Página 751)
Roberta Moreti era consciente de cómo funcionaban las cosas en aquella España de Franco: no estaba bien visto que la mujer trabajase fuera de casa, salvo escasas excepciones y para puestos muy determinados propios de su condición; incluso se pensaba que las que tenían el capricho de emplearse estaban quitando, con su actitud, el trabajo a un hombre, privándole de la oportunidad de hacer lo que era su derecho: ganar dinero y desarrollarse profesionalmente, mientras que la damisela empeñada en obtener dinero por su cuenta hacía dejación de sus obligaciones, aquellas que le correspondían por su condición de mujer: el deber moral e ineludible de atender los quehaceres de la casa y de cuidar a los hombres, primero al padre o hermanos varones, luego al esposo, al que debía guardar respeto y sumisión, además de dedicarse a traer niños al mundo para hacer una España grande y libre.(Página 365)Mujeres manipuladas, atrapadas en un mundo, sin darse muchas de ellas cuenta de la prisión en que estaban metidas:
Mujeres aburridas de sí mismas, de sus vidas, de sus maridos, de sus hijos; mujeres chismosas o calladas, sometidas a la autoridad patriarcal, sin autonomía, sin capacidad de decidir más allá de cómo colocar la alacena de su cocina o qué traje ponerse los domingos para ir a la iglesia; mujeres corrompidas en los confesionarios por curas sin escrúpulos que las arrojan a una vida de hipócrita santidad convirtiéndolas en afroditas embusteras; mujeres que se conforman con una educación cortada, de una calidad interior a la del hombre, recibiendo materias muy definidas y limitadas al mismo ámbito quw sus madres y abuelas, por lo que nunca terminan de salir de esa espiral nefasta que se lleva por delante muchas mentes privilegiadas anulando futuros genios (Página 763)
Los hombres piensan que el mundo les pertenece y pueden hacer y deshacer lo que crean conveniente, incluyendo la vida de sus mujeres. Lo malo es que si les dejamos, lo seguirán haciendo hasta el final de los tiempos (Página 268)
Hija mía, los hombres no cambian, somos las mujeres quienes nos tenemos que adaptar a sus gustos, a sus formas, a sus modos. Cuanto antes te convenzas de esto, mejor para ti. (Página 796)
Está dentro de tu alma y de la mía -le susurró mientras sus cuerpos se balanceaban en medio del silencio-, escúchala, siéntela latir en tu corazón y que recorra tus venas... Es la sonata del silencio, nuestra sonata, tuya y mía, solo tuya y mía (Página 776)