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martes, 30 de diciembre de 2014

BRASIL (JOHN UPDIKE)

Una leyenda de amor





FICHA TÉCNICA

Título: Brasil
Autor: John Updike
Editorial: Tusquetes
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 283
PVP:







JOHN UPDIKE

De él nos dice la editorial en la solapa interior de esta novela:

John Updike nació en Shillington, Pennsilvania en 1932. Tras estudios universitarios en Estados Unidos en Inglaterra, publicó su primera novela en 1959 con inmediato éxito de crítica y público. Le siguieron quince más con las que fue cosechando los premios más prestigiosos de su país, incluyendo el Premio Pulitzer en dos ocasiones (1982 y 1991)

Tanto la crítica como sus lectores norteamericanos se llevaron una sorpresa cuando Updike se descolgó con Brasil, una novela insólita en su trayectoria literaria, que reúne, con un lenguaje directo y escueto, exuberancia erótica, magia, delincuencia, política y violencia en un país tropical en el que dos jóvenes viven una romántica historia de amor que, en cambio, remite a una célebre leyenda celta.






ARGUMENTO

Creo que esta muñeca está hecha para mí.
Es lo primero que piensa Tristao, un negro de diecinueve años habitante de los barrios pobres de Río de Janeiro al ver en la playa la blancura inmaculada de Isabel Leme, quien a sus dieciocho años es blanca y rica.

-¿Quieres venir conmigo?
-Si, siempre –dijo Tristao
-Entonces, hazlo.
-¿Ahora?
-Ahora es el momento para nosotros.

Es el comienzo de una explosiva historia de amor que les lanzará a una loca huida perseguida por el padre de ella, que quiere poner fin a esa historia de amor entre su hija blanca y un negro sin futuro.






BRASIL

El negro es un matiz del marrón. Lo mismo que el blanco si se mira bien. En Copacabana, la playa más democrática, concurrida y peligrosa de Río de Janeiro, todos los colores se amalgaman en uno solo y gozoso tono carne insolada que reviste la arena con una segunda piel viviente.
Un día hace ya años, no mucho después de Navidad…

Comienza así, casi como si de un cuento o una leyenda se tratase, esta historia de amor. Y realmente, esta historia tiene mucho de cuento o leyenda, un cierto toque de irrealidad en una historia que por otra parte es dura. Porque la vida de los pobres lo es, porque un amor interracial como el de Tristao e Isabel no es fácil de sacar adelante. Aunque quizás, más importante que sus colores sea la diferencia de clases a las que pertenecen, ella una niña de familia muy rica, él de lo más pobre que puebla la ya de por sí depauperadas fabelas.
Claro, que la playa de Copacabana es un refugio en el que esas diferencias desaparecen. Un paraíso en el que niñas bien y aburridas pueden permitirse el lujo de hablar con cualquiera que se acerque a ellas:
¿Qué daño pueden hacernos si les permitimos echarse a nuestro lado mientras tomamos el sol y conversamos? Tu y yo estábamos aburridas. No tenemos nada que puedan robarnos, salvo las toallas y la ropa. Nos hablarán de su vida. O nos contarán mentiras…, será igualmente entretenido. (Página 16)

Comienza así, de un modo insospechado una historia de amor. Pero que se trate de una historia de amor, no es obstáculo para que el autor haga una tremenda crítica social, incluso en medio de una declaración de amor:
-¿Te gusto?
-Sí, más que eso
-¿Piensas que soy una coquetuela? ¿Una mala chica?
-Pienso que eres rica. Y la riqueza vuelve rara a la gente. Los ricos hacen lo que quieren y por eso no conocen el precio de las cosas.
-Pero yo no soy rica. Mi tío es rico, y también mi padre que vive en Brasilia, pero yo no tengo nada propio. (Página 22)

Un amor cargado también de erotismo, un erotismo que parece un fuego que surge de las pieles blancas y negras de los amantes, más allá del "romanticismo":
Así hablan en los arrabales, querida mía. Vulgar romanticismo de la peor especie, que es lo único que tienen los pobres para hacer tolerable su vida. (Página 36)

De cuando en cuando, aparece la voz de otros personajes, que a su paso pueden dejar terribles sentencias como la de una prostituta que además se sabe enferma:
Es mejor una vida corta que ninguna. Hasta la más larga parece demasiado breve en el lecho de muerte. (Página 105)

Una historia que avanza desde la rica mansión del tío de Isabel, hasta las selvas brasileñas, de la riqueza a la más dura de las pobrezas, en las que su amor va poniéndose a prueba:
A medida que la luz iba arrastrándose hacia la terminal, los gallos enjaulados empezaron  a cacarear, y unos críos vestidos con harapos que no llegaban más debajo de los ombligos invertidos de sus tripitas hinchadas andaban tambaleantes de un lado a otro en busca de un lugar donde mear, parpadeando desconcertados, sin saber por qué razón habían nacido. (Página 107) 

Nada parece importarles más que su amor. Cada uno está dispuesto a darlo todo por el otro. A fin de cuentas, ese es su destino.
Tu eres mi destino. Eres lo que siempre deseé. Soñé contigo y entonces apareciste. Soy realmente feliz, Tristao. (Página 167)







IMPRESIÓN PERSONAL

No estoy hablando en este caso de ninguna novedad, pues Brasil se publicó en el año 1994, hace ya pues veinte años. De ahí que no quepa ninguna sospecha de que el libro se haya apuntado a la corriente actual de erotismo que parece inundar la literatura.
Porque de erotismo y sensualidad está esta novela repleto. Eso sí, lejos de la cursilería que parece ser la moda actual. El erotismo no es un fin en sí mismo en Brasil, es un acompañamiento imprescindible en una tremenda historia de amor. Como también es un acompañamiento la crítica social que en todo momento realiza la novela, donde pobres y ricos van recibiendo su respectiva parte de crítica.

Es Brasil una novela que me ha atrapado desde el primer momento, que tiene unos personajes centrales sobre los que se asienta, de una personalidad mucho más compleja de la que en principio pudiera sospecharse. Tal vez sea esa personalidad, muy alejada de la del común de los mortales, la que convierte su historia de amor en una historia épica. Como épica es su huida sin otro bagaje que el amor que se tienen.

Una novela imprescindible para aquellos que buscan historias de amor.




Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles.




VALORACIÓN: 8/10
















miércoles, 10 de septiembre de 2014

EL GUACAMAYO ROJO (MANUEL MACHUCA)

Españoles en Brasil





FICHA TÉCNICA

Título: El guacamayo rojo
Autor: Manuel Machuca
Editorial: Anantes
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 453
PVP: 22,00 €






MANUEL MACHUCA

Conocí a este autor a raíz de la publicación de Aquel viernes de Julio. De él se nos dice lo siguiente en la solapa interior de esta novela:

«Manuel Machuca (Sevilla, 1963) es doctor en Farmacia por la Universidad de Sevilla. Miembro correspondiente de la Academia Peruana de Farmacia, consultor de la Organización Mundial de la Salud y profesor honorario de la Universidad de Buenos Aires (Argentina), ha impartido cursos y conferencias en más de veinte países de Europa y América, publicando más de cien artículos científicos y de opinión en revistas científicas y profesionales de repercusión internacional.

En su faceta literaria es autor de la novela Aquel viernes de julio, coordinador de Relatos de farmacéuticos, un libro en el que participaron más de quince profesionales españoles y de América Latina, ha publicado relatos en la revista argentina Motor de ideas colabora con asiduidad en los diarios del grupo Joly y también ha publicado numerosos artículos en Cambio 16 y Cuadernos para el diálogo.»







ARGUMENTO

Era el último día de enero de 194 cuando el barco que llevaba a Bernardo Ortega y su familia atracó en el puerto brasileño de Santos.

No era ese el destino original de la familia Ortega. Su intención era ir a Cuba para trabajar con un hermano, pero poco antes de embarcar fueron atracados y, al perder su dinero, el cabeza de familia no se atrevió a aparecer con las manos vacías y cambió el destino de su familia y puso rumbo a Brasil.

Cien años después Luis, un joven arquitecto español se ve obligado por la crisis de la construcción a buscar trabajo fuera de España y su destino elegido es Brasil, donde aún conserva algún viejo pariente como la tía Gloria.

Esta es la historia de cien años de una familia luchadora.






EL GUACAMAYO ROJO

-¡Mira, un loro rojo!
-No es un loro, es un guacamayo. Su cola es más larga y es más grande que el amarillo u verde que está al lado. Ese sí es un loro. (Página 19)

Esa es una de las primeras imágenes que la familia Ortega recibe al desembarcar en Brasil a principios del año 1904. Una imagen colorida y cargad de alegría, que poco tendrá que ver con la dureza de la vida que les espera a continuación en una plantación del interior de Brasil donde la familia tiene que ganarse muy duramente la subsistencia.
El guacamayo rojo es la historia de cien años de una familia que marchó de España en busca de una vida mejor, de una posibilidad de supervivencia y que a base de trabajo y esfuerzo fue saliendo adelante.
Una historia que desgraciadamente se repite cien años después (no se engañe señora ministra, cada español que tiene que salir a buscarse las habichuelas fuera de España, no lo hace por aventura sino por la más pura y dura necesidad) en la que un joven español ha de partir hacia Brasil, completando el círculo al reencontrarse con la tía Gloria, un lejano pariente descendiente de aquellos que emigraron cien años atrás a Brasil.

La acción de El guacamayo rojo se narra en dos planos temporales: el actual con las desventuras de Luis al llegar a Brasil y la historia de la familia Ortega cien años antes. Inevitablemente es una historia épica, porque épica es la historia de aquellos que partiendo de la nada tienen que luchar por sacar a una familia adelante. Y eso es lo que hace la familia Ortega, en una tierra desconocida, con costumbres desconocidas, con una lengua que aunque semejante también es desconocida.

No entra Manuel Machuca a explayarse en los motivos de la crisis que provoca la necesidad de que Luis tenga que salir de España. No hay juicios políticos sobre nuestra situación. Ni tampoco profundiza en la situación brasileña, salvo un breve comentario puesto en boca de los protagonistas:
-¿Por qué te has venido a Brasil?
-Bueno, este país está creciendo mucho, tiene un gran futuro...
-Si, siempre tuvo un gran futuro, y me temo que así va a seguir siendo siempre, un país con mucho futuro. (Página 202)


Mucho hay que contar sobre esta familia española emigrada a Brasil. Y ahí está precisamente lo mejor y lo peor de la novela, porque o el autor se iba a mil páginas, o el lector puede quedarse con la impresión con la que yo me he quedado pasados los primeros capítulos: la de hallarnos ante un álbum de familia, en el que Manuel Machuca nos va mostrando como si de fotos se tratase los sucesos más relevantes que les ocurrieron, pero que entre foto y foto faltan muchos detalles que no conocemos.
Por eso como aspecto positivo, el libro tiene un ritmo trepidante en el que no paran de ocurrir cosas. Pero por otro lado hay historias que se quedan cortas, que por sí mismas merecían un libro, como la historia del pariente que trabajó en el cine. O de la misma tía Gloria, que pese a ser un personaje muy importante en la historia presente, no se profundiza en su personaje, prácticamente se hace un resumen de su vida pasada.

Pega menor en cualquier caso, porque lo que viene a significar es que, pese a sus más de cuatrocientas páginas, me hubiera gustado saber mucho más de sus protagonistas.






IMPRESIÓN PERSONAL

Creo que ha quedado claro que me ha gustado El guacamayo rojo. Una historia más completa y atractiva que su primera novela Aquel viernes de Julio que también disfruté.
Una historia emotiva en muchos momentos, cargada de acción. No podía ser de otra manera, porque estamos ante una familia dispuesta a luchar por salir adelante y que no se deja amilanar por las circunstancias, que parece ser la moraleja final de la historia, lo que Luis aprende al conocer a sus lejanos parientes.

Que un libro se te quede corto pese a sus cuatrocientas cincuenta páginas, es muy indicativo de hasta que punto quedé atrapado entre sus historias.






Gracias a Editorial Anantes por facilitarme un ejemplar de El guacamayo rojo para su lectura y reseña.






VALORACIÓN: 8/10




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jueves, 14 de febrero de 2013

ARROZ DE PALMA (FRANCISCO AZEVEDO)









Autor: Francisco Azevedo   
Título: Arroz de Palma
Editorial: ESPASA
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 978-84-670-0781-7
Páginas: 364
PVP: 19,90 €








Reseña publicada también en Momentos de silencio compartido





La familia es un plato difícil de preparar


Gracias a Lectora de Tot y Momentos de silencio compartido me llegó una propuesta de la editorial Espasa para recibir en mi domicilio Arroz de Palma, una de sus últimas novedades con el compromiso de reseñarlo en mi blog.
Junto a la propuesta venía una nota de prensa de la editorial, de la que tengo que decir que el que la hizo se ganó sobradamente el sueldo, porque tras leerla mi respuesta inmediata fue SÍ, me apetece mucho leer esa historia, una historia que se intuye cargada de sensibilidad, como prueban las citas que al final de la misma vienen, en las que nos muestran el concepto de la vida que Antonio su protagonista tiene de la misma.
Altas expectativas, lo cual siempre supone un riesgo, pues muchas veces esperas más de lo que luego te dan y hace que valores peor lo que de otra forma serías más benévolo. Anticipo, que en mi caso el libro no me ha decepcionado.


FRANCISCO AZEVEDO



¿No conoceis de nada a Francisco Azevedo? Yo tampoco. Tampoco es extraño porque es brasileño y esta es su primera novela. Por eso os dejo la nota biográfica que la propia editorial me envía:


Nacido en Río de Janeiro (1951), Francisco José Alonso Vellozo Azevedo –ése es su nombre completo– es un escritor de sólida formación humanística. Un renacentista en versión brasileira y algo mágica.
Estudió derecho, fue diplomático y es dramaturgo, guionista, poeta y novelista.
Su larga carrera como autor teatral incluye las obras Unha Carne y A casa de Anais Nin, que tuvieron muy buena acogida de crítica y público en Brasil y se representaron en varios países más.
Ha escrito también más de doscientos guiones de todo tipo, desde cortos hasta largometrajes, pasando por spots publicitarios y documentales. Su última producción cinematográfica, Ponto final (2011), fue dirigida por Marcelo Taranto y ha sido seleccionada para varios festivales.
Arroz de Palma es su primera novela. En Brasil se convirtió pronto en un fenómeno, gracias al boca a boca, y lleva agotadas ya varias ediciones desde su publicación en 2008.




ARGUMENTO



«Yo aquí en la hacienda. Yo aquí en la cocina, cuatro y poco de la mañana. Isabel aún duerme, el sol se retrasa. Yo aquí, un viejo de ochenta y ocho años. Para los más jóvenes, el Abuelo Eterno, el que no tuvo comienzo ni tendrá fin, el que vino al mundo con esta cara arrugada. Yo aquí, con delantal blanco, picando hierbas aromáticas. Preparo la comida familiar. ¿Tendré fuerzas? 88: dos infinitos verticales. Es una buena edad, será una hermosa fiesta. Tengo práctica. La tía Palma me enseñó a cocinar, yo era joven. ¿Por dónde andará la tía Palma? A veces, pasa tiempo sin aparecer. A veces, la veo deambulando por la casa con mamá y papá y ni siquiera necesito las gafas. Vienen con diferentes edades, alegres o preocupados, habladores o silenciosos. Depende del día, de la hora a la que los vea. ¿Imaginación? ¿Senilidad? Me dejo llevar. ¿Sí? Me sorprendo charlando con ese niño que fui. O escribiendo en alto conmigo mismo. Hablo con mis seres queridos ya lejanos en el tiempo y en el espacio.»

Así comienza el libro, con Antonio a punto de celebrar un gran banquete en el que él es el cocinero y en el que espera reunir a su numerosísima familia, venida de todas partes del mundo. Y Antonio, con una mente dotada para contar y escuchar historias, no puede evitar que su mente divague y vuelva adelante y atrás en el tiempo a sus orígenes, a sus padres que un día se casaron en Viana do Castelo, un pueblecito del norte de Portugal del que con gran dolor de su corazón emigraron a Brasil en busca de una vida mejor para ellos y para unos hijos que en aquellos momentos no tenían.

Una narración en la que da rienda suelta a sus bichos, que no son otra cosa que sus sentimientos, unos sentimientos que quiere compartir con nosotros:
«Lo que quiero ahora es desfogar por el cielo,soltar los bichos que he coleccionado toda la vida. Todos los bichos domésticos, salvajes, útiles y nocivos.» (Página 12)

Y no puede Antonio dejar de recordar la historia de un arroz, el Arroz que su tía Palma regaló a sus padres, un arroz que trajo la bendición a su familia. El arroz que lanzaron a sus padres el día de su boda y que su tía Palma recogió grano a grano del suelo hasta juntar un gran saco que fue su regalo de amor a la pareja:
«Este arroz -plantado en la tierra, caído delcielo como el maná del desierto y cogido de la piedra- es símbolo de fertilidad y amor eterno. Esta es mi bendición.» (Página 20)




LA NOVELA



Me resulta imposible catalogar esta novela, tan cargada de “bichos”, de sentimientos. Unos sentimientos que a la fuerza me han hecho reflexionar sobre mis fantasmas particulares. Una historia que abarca un siglo de historia pero, tan centrada en los personajes y sus historias, que los grandes acontecimientos mundiales apenas parecen rozar a esta familia.
Una historia que por momentos puede parecer deslabazada con sus saltos adelante y atrás. Pero en ningún momento el autor pierde el hilo de lo que quiere contar, y da realismo a la historia de un viejo, que ochenta y ocho años son muchos años, que repasa su vida y la de los suyos, que ve acercarse el momento de comprender el misterio de la terrenísima trinidad: pasado, presente y futuro, tres personas distintas reunidas en una sola.

No es una novela de intriga, ni de acción, ni es una de esas novelas que no se caigan de las manos intentando saber qué es lo que va a pasar de novedoso en la página siguiente o cómo saldrá el héroe adelante en una comprometida situación. Si buscas una novela de ese tipo, Arroz de Palma no lo es.
Se trata por contra de una narración pausada, la mirada de un viejo que reflexiona en voz alta sobre todo lo bueno y lo malo que la vida le ha dado. Mucho más bueno que malo, aunque eso no deja de ser también una forma de mirar la vida y recibirla. Feliz porque en la medida de lo posible ha ido saliendo adelante y sobre todo, porque junto a él ha estado siempre la mujer a la que ama, ha amado y amará. Presente, pasado y futuro del amor.

Una historia que en muchos momentos está cerca de ese llamado realismo mágico, con ese arroz capaz de seguir incorrupto generación tras generación. Un arroz bendición de amor.




IMPRESIÓN PERSONAL


Toda novela está escrita para interaccionar con el lector. Pero en el caso de Arroz de Palma, esa interacción es aún más notoria y necesaria. Es una visión de la vida, que puedes compartir o no, de la que puedes aprender si lo deseas. Evidentemente, no puede ser igual por tanto mi visión de esta novela, la de en mi caso un hombre que es plenamente consciente de que mi pasado es por fuerza más largo que mi futuro, que la de alguien con veinte o treinta años que espera tener todo el futuro por delante.
No puede ser tampoco igual la visión de un padre, que la de un hijo. Como tampoco lo es la de un abuelo (no lo soy, pero tengo amigos que comienzan a serlo) que la de un nieto. Por eso este libro es tan especial, porque cada uno puede ver en él algo diferente.

Yo he disfrutado con este libro, en buena parte porque me gustan estas novelas con un toque de realismo mágico, en parte porque en buena medida o me he sentido identificado con Antonio, o me gustaría poder ver la vida con la calma que él la ve al final de sus días.

Quiero que quede muy claro que no es un libro de autoayuda como a lo mejor pudiera parecer. Pero sin embargo, a mi si me ha servido para reflexionar sobre mi pasado, mi presente y plantearme qué quiero de mi familia y para mi familia en un futuro próximo. De ahí también el cariño con el que lo he leído.

Tampoco es como en un principio pude pensar un recetario de cocina. Por más que el trabajo de Antonio sea como cocinero, solo encontraremos una muy peculiar receta de arroz a lo largo del libro.


Es curioso que esta reseña me haya tocado publicarla en un día tan especial para muchos españoles como el día de San Valentín. Porque Arroz de Palma es ante todas las cosas, una historia de amor. Sería más correcto decir de amores: amor de Antonio e Isabel, amor entre los padres de Antonio, amor de hermanos, amor de padres, amor de tía.
Porque aunque haya muchas facetas en el amor, lo que si nos deja claro este libro, es que solo amando se puede lograr la felicidad. Por eso no puedo para terminar, más que hacer mía una de las frases que podemos leer en esta novela:

«Todos soñamos con un puñadito de arroz que nos de fertilidad, sea cual sea, y amor eterno dondequiera que esté.» (Página 328)



Esta lectura ha sido posible gracias a ESPASA, que me facilitó el ejemplar. Desde aquí mi agradecimiento.



CITAS



«La receta de la felicidad no se copia, se inventa. Uno va aprendiendo poco a poco, improvisando y transmitiendo lo que sabe en el día a día (…) Por poca gracia que tenga, por malo que sea el sabor, la felicidad es un plato que tienes que probar y comer.» (Página 16)

«Cada hijo es un aprendizaje, una lección de vida. Y, al mismo tiempo, muchos deberes, ejercicios complicados, que nosotros los padres, vamos intentando resolver con paciencia cada día a lo largo de la vida.» (Página 43)

«Ser madre es deshilar fibra a fibra el corazón. Ser madre es padecer en un paraíso.» (De “Ser madre” de Henrique Màximo Coleho Neto)

«Un nieto es bueno para la salud. Si un abuelo es un padre con azúcar, un nieto es un hijo con proteínas, vitaminas y sales minerales. El abrazo de un nieto cada veinticuatro horas sustituye perfectamente cualquier tipo de medicación.» (Página 26)

«De jóvenes, queremos lo mi posible, y eso es bueno, porque el error nos da preparación física y aliento para la realización de nuestros sueños. De adultos, aprendemos poco a poco a contentarnos con lo posible -el éxito posible, la salud posible, la belleza posible, la osadía posible- y eso es bueno, porque la moderación nos va enseñando el desapego necesario para, llegado el momento, poder dejar la vida que es vigorosa y demasiado hermosa.» (Página 272)

«Miente el que dice que el viejo vive de recuerdos y el joven vive de esperanzas. Vivo de los dos. Los recuerdos y las esperanzas aliñan mis actos, le dan sabor a mi presente.»

«Puedes llorar a gusto. Las lágrimas son la forma más elevada de purificación.»

«La vida es un caleidoscopio. De nada vale girar el cilindro despacio. ¿Tanto cuidado para qué? Cuando menos lo esperamos, los trozos de cristal caen unos sobre otros y forman el impredecible dibujo. Lo bueno es que el nuevo cuadro hace olvidar el anterior. Siempre. ¿Exagero?»



VALORACIÓN: 8/10





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