Tatiana de Rosnay nació en París y tiene raíces inglesas, francesas y rusas. Criada en
un entorno multicultural, vivió en Estados Unidos durante su infancia y se
licenció en la University of East Anglia (Norwich, Inglaterra). Es autora de
nueve novelas y de diversos guiones. También escribe en la revista Elle y
es crítica literaria de Psychologies.
La llave de Sarah fue la primera novela que escribió en inglés, su lengua materna, y
alcanzó con ella un gran éxito.
Actualmente vive
en París, está casada y tiene dos hijos.
ARGUMENTO
Sarah es una niña francesa, que vive feliz e ignorante de los rumores que
corren y que hacen que su padre esté escondido. Es cierto que tiene que llevar
cosida una estrella amarilla que la distingue de las demás niñas y que parece
que las cosas están más difíciles.
Toma con ello
conciencia de algo que hasta ese momento no había sido consciente: Es judía y
por tanta es diferente a casi todas sus, hasta ese momento compañeras y amigas.
¿
Qué tenía de
malo ser judío? ¿Por qué había gente que los odiaba? "Creen que somos
distintos. Por eso nos tienen miedo". ¿Pero por qué eran distintos?, se
preguntaba? ¿Qué les hacía diferentes? (Página 141)
Todo cambia en la vida de Sarah cuando una noche la policía francesa se
presenta en su casa para llevarse al padre y a toda la familia con él. Pero en
el último momento Sarah consigue esconder a su hermano pequeño disimulado en
una pared, cerrándolo con llave y marchándose con ella, pues piensa que en poco
tiempo volverá a casa para rescatarlo.
Las cosas no salen como Sarah piensa, porque son llevados primero al
velódromo y luego a un campo de concentración en Francia. Pero Sarah no pierde
la esperanza de volver y rescatar a su hermano.
LA LLAVE DE SARAH
Remover el
pasado nunca es buena idea, sobre todo con lo que ocurrió durante la guerra. A
la gente no le gusta que se lo recuerden. Nadie quiere pensar en ello. (Página
379)
Si esta frase no la enmarco en su contexto, bien podría pensarse que se refiere
a la polémica ley de la memoria histórica, y que su autor quiere echar otra
paletada de tierra sobre los muertos. A fin de cuentas están muertos,
enterrados y bien calladitos, sin poder dar testimonio de las barbaries
cometidas.
Bucear en el pasado puede ser delicado. Se encuentran sorpresas
desagradables. La verdad es más dura que la ignorancia. (Página 190)
Mejor la ignorancia, mejor ser tratados como
niños pequeños, no sea que aprendamos algo, olvidando que los que desconocen su
historia, están condenados a repetirla.
Dicho lo
anterior, resulta que como dice el dicho, en todas partes cuecen habas, porque
dichos textos no hacen referencia a la Guerra Civil Española, sino al papel da
Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Un papel que han intentado silenciar
una y otra vez, reescribiendo la historia si hace falta, obviando el papel que
muchos extranjeros jugaron en la resistencia, o el uso de tropas africanas (ver
la película Días de gloria) que regaron con su sangre suelo francés sin
que se reconociera su papel, en muchos casos simple carne de cañón.
Uno de los capítulos más silenciado de esta turbia historia, es la colaboración
francesa con las tropas nazis para la deportación de judíos de Francia, incluso
nacidos en ella a los campos de exterminio en Alemania.
El 16 de Julio de 1942 en el Velódromo de Invierno de París, sin ningún
tipo de condiciones fueron recluidos miles de judíos parisinos, niños
incluidos, como paso previo a la deportación a los campos de trabajo, eufemismo
bajo el que pretendía encubrirse la verdad de unos campos de muerte.
Los niños en realidad no habían sido solicitados por las autoridades
alemanas, pero los franceses creían que enviando familias enteras, daban una
mayor credibilidad a lo de campos de trabajo, porque iba a ser difícil de creer
lo de enviar a los padres y dejar abandonados a los hijos.
Francia envió 80.000 judíos a Alemania. Apenas 2.000 volvieron.Y a todo esto
¿qué opinaba la población francesa? Nada.
Se trataba de la policía francesa, no de loa alemanes. Nadie iba a hacerles
daño. (Página 40)
Y por duro que resulte de asimilar para los franceses, como se recoge en el
libro:
Los enviaron directamente a la cámara de gas. Y fue el gobierno
francés, en autobuses franceses, y en trenes franceses. (Página 180)
Este material como punto de partida, puede dar mucho de sí, máxime si se
añade el punto de vista dramático de una niña protagonista, que todos sabemos
el juego que eso dio con El diario de Ana Frank
El libro está narrado intercalando dos historias que van alternándose en la
narración.
Por una parte la historia de Sarah. Por otra la historia de Julia, una
periodista americana que ya lleva muchos años afincada en Francia, donde se ha
casado y tiene una hija.
En su trabajo la han encargado preparar un reportaje sobre los sucesos de
julio del 42 en el velódromo de París.
Por esas casualidades del destino, descubre que la casa que su marido está
reformando para irse a vivir, una casa que perteneció a la familia de él, está
relacionada con los acontecimientos que está investigando, pues muchas familias
francesas aprovecharon aquellos pisos que quedaron vacíos al ser detenidos sus
ocupantes judíos, para trasladarse a ellos.
Por eso ambas historias terminan convergiendo en una sola, la de Julia
intentando averiguar que pasó finalmente con Sarah.
IMPRESIÓN PERSONAL
No me es extraño leer novelas con esta estructura narrativa de dos historias
que transcurren en distintos planos de tiempo y que terminan convergiendo en un
punto.
El problema es que en este caso hay mucho desequilibrio en el interés de
las mismas, hasta el punto de que parecen escritas por manos diferentes.
Mientras que es muy interesante la historia de Sarah, en ningún momento pude
conectar con la de Julia.
Hasta tal punto es así que para mí cuando en la página 240 se produce la
llegada de Sarah a su casa, con un desenlace no ya sospechado sino inevitable,
la novela cae en picado, sobra el tercio final de la misma.
Sobra porque para mí el planteamiento es equivocado, carece de fuerza
dramática la búsqueda de Sarah, mientras que si lo tenía el sufrimiento de la
misma, el vano intento de reconstruir su vida en América.
Zakher, Al Tichkah. Recordar,
nunca olvidar. Eso marcará su vida. Pero quizás la fuerza dramática de ese
sufrimiento, de meterse en la mente y la piel de Sarah ha superado a la autora,
que ha optado por una vía mucho más pastelera y de salsa rosa.
Parece creer que es más interesante averiguar si finalmente Julia se
separará de Michael, su mujeriego marido. Cosa que por otra parte me trae sin
cuidado, porque ¿por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?
Sexo nada más es lo que Julia tiene y tuvo con un marido mujeriego, brusco,
que no la estima ni considera lo suficiente, incapaz de asumir una nueva
paternidad que le hace sentirse viejo, pero del que Julia sigue prendado de lo
bueno que está, lo simpático que es y la bien que funciona en la cama.
Esa historia,
que termina apoderándose de libro, echa a perder un buen comienzo y lo que
hubiera podido ser una buena novela, una
denuncia sobre la actitud y la colaboración de la población francesa con las
atrocidades nazis.
Y también pierde
la ocasión de profundizar sobre las heridas que la barbarie puede hacer en el
alma humana y sus consecuencias.
No puedo recomendar, y es una pena, la lectura de este libro. Pero puestos
a hacer una recomendación, hay una joya literaria sobre la persecución de los
judíos en Francia: Un saco de canicas
VALORACIÓN: 4/10
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LA PELÍCULA
En el año 2010 se estrenó la versión cinematográfica de La llave de Sarah,
producida en Francia y dirigida por Gilles Paquet-Benner, el mismo que dirigió
Dark Places.
La actriz principal es Kristin Scott Thomas, que fue nominada por este
papel para los César franceses.
Una película pensada, al igual que el libro, para conmover al espectador.
PVP: 17,00 € Editorial: Punto de Lectura, 2015 Encuadernación: Tapa blanda, bolsillo Páginas: 192 PVP: 7,95
AGNÈS
MARTIN-LUGAND
Agnès
Martin-Lugand (1979) es psicóloga clínica y durante más de
seis años trabajó en el capo de la protección de la infancia en
Rouen (Francia). Después de enfrentarse a numerosas negativas por
parte de las editoriales, decidió autoeditar en Amazon La gente
feliz lee y toma café en diciembre de 2012. Rápidamente su novela
alcanzó los primeros puestos y fue el primer caso de autoedición
contratado por una editorial tradicional en Frncia.
Los
derechos han sido vendidos a dieciocho países y próximamente será
adaptada al cine en una coproducción internacional.
ARGUMENTO
Diane,
joven parisina acostumbrada a que todo se lo den hecho o resuelto,
sufre un duro revés en la vida cuando su marido y su hija pequeña
mueren en un accidente de tráfico.
¿Cómo
salir adelante? ¿Cómo retomar una vida que ha quedado vacía sin la
presencia de sus seres queridos? En medio de su crisis, Diane toma
una extraña decisión: abandonar París e irse a vivir a un pueblo
aislado en Irlanda.
LA
GENTE FELIZ LEE Y TOMA CAFÉ
Definitivamente,
los franceses deben ser otra cosa en cuanto a gustos literarios.
Porque esta novela viene precedida de un gran éxito en el vecino
país, una novela lanzada al estrellato tras su autoedición por los
blogs hasta el punto de que fuera finalmente publicada por una gran
editorial francesa.
He
de reconocer que antes de comenzar a leerla ya estaba con la mosca
detrás de la oreja, porque había oído y leído de todo. Pero
total, por solo doscientas páginas podía merecer la pena sacar mis
propias conclusiones.
El
comienzo de la novela recuerda necesariamente a Posdata,
te quiero de Cecilia Ahern,
en que la protagonista tras morir su marido, emprende un viaje al
lugar en este caso al que él un día quiso ir: Irlanda, al que se
encamina pese a las reticencias de su gran amigo y socio Félix:
-No
se te ha perdido nada en ese país de...-¿De
qué?-De
jugadores de rugby comedores de ovejas (Página 26)
Demasiado
semejante ese comienzo en el que una urbanita se traslada a un mundo
rural y aislado. Eso sí, para una película o una novela (mejor para
una película) da la posibilidad de algunas escenas de humor en el
rudo contraste entre ambos mundos, representados aquí por la
parisina Diane y el rudo y huraño Edward, con el que el choque
inicial es inevitable.
También
me recuerda mucho a otra novela de origen francés: La
delicadeza de David
Foenkinos. El principio es también el mismo: una pareja
que es muy feliz ve truncada su existencia cuando él sufre un
accidente de tráfico En el caso de La delicadeza un coche lo
atropella cuando salía un rato a correr y en La gente feliz...
cuando su marido con su hija pequeña salen a dar una vuelta en el
coche mientras ella termina de preparar las maletas.
Pero
ahí se acaba el parecido las virtudes, porque tras ese arranque que
nos hace pensar que vamos a ver como una mujer es capaz o no de
superar el dolor que le supone la muerte de sus seres queridos, la
destrucción de todo su plan de vida, la novela va deslizándose a
una comedia romántica y previsible. Tal vez por eso de la
previsibilidad, la autora intenta dar un giro final a la novela con
el que sorprender al lector.
Y
doy fe de que ha conseguido sorprenderme, porque se saca de la manga
un final que, sin entrar en spoilers, es totalmente incoherente. O
por lo menos incoherente para el lector. Posiblemente esté muy claro
en la mente de la autora, pero no ha plasmado en el papel el por qué
de algunas decisiones, los razonamientos que llevan a los
protagonistas a tomar las decisiones que finalmente toman.
Evidentemente
esa es mi impresión, pero también la he compartido con gente que ha
leído el libro y piensa lo mismo.
Una
novela pretendidamente cargada de sentimientos pero que en la
práctica se queda en la superficie de los mismos sin profundizar en
el alma humana. Que la muerte provoca dolor en los allegados es algo
innegable y profundizar en ese dolor y su superación es sin duda un
buen material de partida para una novela. Pero es una prueba de fuego
para un escritor, de la que Agnès Martin-Lugand no sale airosa.
O
tal vez será que he leído La vida
era eso de Carmen Amoraga,
que coge el toro por los cuernos y realmente entra sin azúcar ni
sacarina a desnudar el alma de una mujer que ha perdido a su marido
tras ser derrotado por el cáncer. En este caso la comparación entre
ambas novelas es odiosa.
Y
menos mal que ya iba avisado que el título de la novela es solo eso:
un título
Me
empujaron, y mi rostro se volvió
involuntariamente hacia mi café literario. El pequeño escaparate
con marco de madera, la puerta en el centro con su campanilla en el
interior, el nombre con el que lo había bautizado hacía cinco años,
“La gente feliz lee y toma café" (Página 29)
Gran
idea la de un café literario. Pero está totalmente desprovechada en
la novela en la que las alusiones a la literatura son casi
inexistentes: una alusión al escritor islandés Arnaldur Indridasson
y poco más.
Por
cierto ¿cómo puede seguir adelante un negocio con apenas unos pocos
clientes a los que no les cobran ni los libros ni las consumiciones?
Y
en cuando a los personajes, aparte de la protagonista y de Edward,
apenas están dibujados. O caen en el más vulgar de los
estereotipos como en el caso de Félix, el amigo homosexual de Diane,
al que más tópicos no le caben encima. Hasta la pluma se le ve
aunque sea un libro y no una película.
IMPRESIÓN
PERSONAL
¿Aún
te queda alguna duda de lo que pienso sobre esta novela? Hay que
reconocer que no todo es negativo, que también tiene algún punto
positivo como lo rápido que se lee, que muy bien puede valer para
una tarde de piscina, sin que haga falta mucha concentración. Es
más, cuanto menor sea la concentración, mejor, más pasarás por
alto sus defectos.
Ahora
bien, el que no me haya gustado a mí, no quiere decir nada, porque
estoy seguro de que será del agrado de muchas mujeres. Y sí, digo
mujeres, porque muy pocos por no decir ninguno son los hombres
aficionados a la novela romántica. Y los pocos que nos acercamos a
la misma en aquellos casos en que se trata de novela de sentimientos
más que romántica propiamente dicha, está claro que esta no es
nuestra novela.
Lo
he dicho anteriormente, pero quiero recalcarlo: no te dejes engañar
por el título, esta novela no va de metaliteratura.
Lectura
facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles
VALORACIÓN:
4/10
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