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miércoles, 17 de septiembre de 2014

LA RUBIA DE OJOS NEGROS (BENJAMIN BLACK)

Marlowe vuelve a la carga







FICHA TÉCNICA

Título: La rubia de ojos negros
Autor: Benjamin Black
Editorial: Alfaguara
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 329
PVP: 19,50 €









Editorial: Punto de Lectura, 2015
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Páginas: 336
PVP: 8,95 €








Editorial: Punto de lectura, 2016
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 384
PVP: 8,95 €







BENJAMIN BLACK

De él nos cuenta la editorial en la contraportada del libro:

Benjamin Black es el seudónimo de John Banville (Wesford, Irlanda, 1945).En 2005 obtubo el Premio Booker con El mar, consagrada además por el Irish Book Award como la mejor novela del año.Bajo el seudónimo de Benjamin Black ha publicado en Alfaguara El lemur (2009), la serie de novela negra protagonizada por el doctor Quirke, adaptada a la televisión por la BBC británica.








ARGUMENTO

«Era rubia, con unos ojos negros, negros y profundos como un lago de montaña, cuyos párpados se afilaban de manera exquisita en las esquinas. Una rubia de ojos negros no es muy frecuente. Intenté no mirarle las piernas. Evidentemente, el dios de la tarde de los martes había decidido que me merecía un pequeño aliciente.

(...)

Soy muy rica. Quiero que encuentre a Nico Peterson porque así lo deseo. Él no es gran cosa, pero me pertenece. Le pagaré lo que me pida.

(...)

Algo no casaba. Tengo cierta fama como detective privado, pero ¿por qué la hija de Dorothea Langrishe, que se codeaba con quién sabe cuánta gente encopetada, me había elegido a mí para encontrar a su amante? Y, para empezar, ¿por qué se había liado con Nico Peterson? De ser cierta su descripción, no parecía más que un estafador de poca monta con rajes a medida. Las preguntas se sucedían enrevesadas y sin fin, pero el recuerdo de los ojos francos de Clare Cavendish y del brillo inteligente y burlón que los iluminaba, me impedía concentrarme.»





PHILIP MARLOWE

Si hay un detective que ha marcado un género ese es sin duda Philip Marlowe, el detective alcohólico, irónico, mordaz, duro como el diamante pero blando como la mantequilla cuando delante de él aparece una rubia de piernas espectaculares. Philipe Marlowe, el personaje creado hace ya ochenta años por Raymond Chandler.


¿Quién es Philip Marlowe? 

Veamos qué es lo que él mismo nos dice a modo de presentación en El sueño eterno, la que podemos considerar su primera novela, cuando es preguntado por el general Sternwood que va a contratarlo:

«-Hábleme de usted, señor Marlowe. Supongo que tengo derecho a preguntar.

- Por supuesto, pero no hay mucho que contar. Tengo treinta y tres años, fui a la universidad una temporada y todavía sé hablar inglés si alguien me lo pide, cosa que no sucede con mucha frecuencia en mi oficio. Trabajé en una ocasión como investigador para el señor Wilde, el fiscal del distrito. (..) Sigo soltero porque no me gustan las mujeres de los policías.

- Y cultiva una veta de cinismo ¿No le gustó trabajar para Wilde.

- Me despidieron. Por insubordinación. Consigo notas muy altas en materia de insubordinación, mi general.» (El sueño eterno)


Podemos encontrar otra descripción de Marlowe, hecha por el mismo en Adiós muñeca, mientras intenta darse ánimos tras recibir una paliza y ser drogado:
«De acuerdo Marlowe. Eres un tipo duro. Un metro ochenta de acero templado.» (Adiós muñeca)

No es un hombre exigente a la hora de cobrar, entre otras cosas porque no puede permitirse ese lujo:
«-¿Cuáles son sus honorarios?
Veinticinco dólares diarios más gastos... cuando tengo suerte
Entiendo. Parece razonable tratándose de extirpar bultos patológicos de las espaldas ajenasUna operación muy delicada.» (El sueño eterno. Página18)
Y no es exigente porque a veces hasta tener algo que cobrar es un lujo, como le ocurre en Adiós muñeca, en la que atraviesa una mala racha de trabajo:«Hablando en plata, llevaba un mes sin trabajarHasta un encargo sin remunerar era un paso adelante.» (Adiós muñeca)

La pregunta sería: ¿Si gana tan poco, por qué se dedica a esto? La respuesta la encontramos en el siguiente diálogo de Adiós muñeca:
«-Es usted un hombre bien parecido para dedicarse a lo que se dedica.
- El aroma no siempre es de rosas.
- No me refería a eso. ¿Se gana dinero…, o es una pregunta impertinente?
- Dinero más bien poco. Y es mucho lo que se sufre. Pero también es muy divertido.»
 (Adiós muñeca)

No busca camorra, pero no se echa para atrás si la situación lo requiere, aunque si se hace balance de las veces que sale lastimado, habitualmente sale perdiendo.
«Usted también parece buena persona. Pero es demasiado violento.» (El sueño eterno)

Una de las imágenes que Chandler creó con Marlowe, repetidas hasta la saciedad en la novela negra, es la del detective borrachín. Y lo cierto es que a Marlowe le va más de la cuenta un buen trago de güisqui:
«-¿No estará usted un poco piripi, por casualidad?
- Se sabe de ocasiones en las que estuve más sobrio.» (Adiós muñeca. Página 254)

- «¿Sabes? Alguna vez tendrías que probar el agua, aunque solo sea para divertirte un poco.» (Adiós muñeca)

Pero si hay un aspecto del carácter de Marlowe que me cautive, es su peculiar sentido del humor. Marlowe no deja de ser un cínico de lengua muy rápida:
«-Tiene usted un sentido del humor peculiar.
- Peculiar no. Tan solo desenvuelto.»
(Adiós muñeca)

Es Philipe Marlow un personaje que cautiva desde las primeras líneas, por más que tengas claro, que no es ni mucho menos un dechado de perfecciones humanas:
«A veces me pareces una persona excepcional, y otras el peor sinvergüenza que he conocido nunca.» (Adiós muñeca)

Y para terminar esta introducción al personaje, así es como se define a sí mismo en El Largo Adiós(1953):
«Soy un investigador privado con licencia y llevo algún tiempo en este trabajo. Tengo algo de lobo solitario, no estoy casado, ya no soy un jovencito y carezco de dinero. He estado en la cárcel más de una vez y no me ocupo de casos de divorcio. Me gustan el whisky y las mujeres, el ajedrez y algunas cosas más. Los policías no me aprecian demasiado, pero hay un par con los que me llevo bien. Soy de California, nacido en Santa Rosa, padres muertos, ni hermanos ni hermanas y cuando acaben conmigo en un callejón oscuro, si es que sucede, como le puede ocurrir a cualquiera en mi oficio, y a otras muchas personas en cualquier oficio, o en ninguno, en los días que corren, nadie tendrá la sensación de que a su vida le falta de pronto el suelo.» (El largo adiós)


                                                        
Bibliografía de Marlowe

Finger Man (1934, Finger Man). Relato corto
El sueño eterno (1939, The Big Sleep)
Adiós, muñeca (1940, Farewell, My Lovely)
La ventana siniestra / La ventana alta (1942, The High Window)
La dama del lago (1943, The Lady in the Lake)
La hermana pequeña (1949, The Little Sister)
El largo adiós (1953, The Long Goodbye)
Playback (1958, Playback)
Poodle Springs (1959, Poodle Springs) (completada por Robert B. Parker en 1989)
The Pencil / Marlowe Takes on the Syndicate (1961, The Pencil). Relato corto
Perchance to Dream (1991, Perchance to Dream) (Robert B. Parker)
Raymond Chandler's Philip Marlowe: A Centenary Celebration (1988) (colección de relatos de Marlowe por otros autores, ed. Byron Preiss)
Todo Marlowe (2009), todas las novelas de Marlowe en un solo libro (RBA Libros)






LA RUBIA DE OJOS NEGROS

Cincuenta años después, Philipe Marlowe vuelve de nuevo a la vida (literaria, pues su autor no lo mató como hizo Arthur Conan Doyle con Sherlock Holmes) por obra y gracia de los herederos de Raymond Chandler que han elegido a Benjamin Black para que vuelva a escribir una novela con Marlowe como protagonista. Una novela escrita en el siglo XXI pero conservando el espíritu del detective y recreando nuevamente aquellos años cincuenta.
Un reto al alcance de muy pocos autores. ¿Lo habrá conseguido este multipremiado autor con gran prestigio en la novela negra? Esa es la duda a la que como lector, aficionado al género negro y fan de Marlowe me enfrentaba al empezar a leer esta novela. Una pregunta que me imagino que os haréis aquellos que hayáis disfrutado en alguna ocasión con este personaje.

La ambientación está muy conseguida, consigue transportarme a aquellos tiempos cargados del humo de cigarrillos, a aquellas películas en blanco y negro tamizadas por la niebla del humo de los cigarrillos.
También es cierto que consigue acercarse al estilo de Chandler y que La rubia de ojos negros está cargada de frases ingeniosas y cargadas de ironía. Ved si no unos cuantos ejemplos:

«-¿Es usted policía?
-Algo así.
-¿Que significa eso?
-Un sabueso privado.
Soltó una risa sofocada y lanzó un escupitajo
-Un sabueso privado no se parece nada a un policía, excepto en sus sueños, tal vez.
Suspiré. Cuando escuchan que trabajas por tu cuenta, creen que pueden decir lo que les pasa por la cabeza. Supongo que pueden, la verdad (Página 23)

Una pipa es un artículo muy útil cuando quieres parecer inteligente y reflexivo(Página 17)

«Las mujeres no son los únicos seres que no comprendo. Tampoco me comprendo a mí mismo, ni siquiera un poquito (Página 196)

«Pero, por mal que me sintiera, era mejor que esta muerto. Aunque la diferencia fuese mínima (Página 255)

«Debería esperar, dada la forma que he elegido de ganarme la vida, si acaso la elegí y no fue más bien que me vi metido en esta profesión como quien se metido en una alcantarilla al caer por la boca abierta (Página 289)

«-¿Sabes lo que eres? Eres un pedante. ¿Sabes lo que es un pedante? -me preguntó.
-¿Un tipo que adormece a los demás?»(Página 160)

Pero no es menos cierto que este Marlowe me resulta un tanto descafeinado, que le falta un punto de la carga de mala leche y de cinismo que tenía el original, que parece más “blandito”, como si le pesase a Marlowe el paso de los años.






IMPRESIÓN PERSONAL

El reto era difícil, muy difícil me atrevo a segurar si el lector conoce el original, porque si no, está claro que el personaje engancha, que la novela es entretenida y no hay pegas que ponerle.
Otro gallo canta si conoces al Marlowe original, porque entonces es, por lo menos en mi caso, cuando me quedo con la impresión de que a Benjamin Black le falta algo de mala leche, que la carga de crítica social implícita en las novelas de Chandler no está aquí desarrollada.

Pero eso no ha sido obstáculo para que la novela me haya enganchado desde las primeras páginas, para que pese a mi permanente comparación con el modelo original, no haya disfrutado con esta novela, que bien pudiera servir para que aquellos que no conocen a Chandler, se acerquen a él. Los que sí lo conocemos, a lo que nos anima es a revisitarlo.

Es La rubia de ojos negros una novela con una impecable factura, con una trama muy bien construida que hace presentes todas las claves de la novela negra de la que Chandler bien pudo presumir de ser uno de sus creadores






Gracias a Editorial Alfaguara por proporcionarme un ejemplar de La rubia de ojos negros para su lectura y reseña.







VALORACIÓN: 8/10





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domingo, 23 de junio de 2013

ADIOS MUÑECA (RAYMOND CHANDLER)

La maldad, como el amor, no es una cuestión de tamaño


FICHA TÉCNICA
 




Autor: Raymond Chandler
Título: Adios muñeca
Editorial: Alianza editorial
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Paginas: 296
PVP: 11 €




La numeración de todas las citas corresponde a la edición de Todo Marlowe.





RAYMOND CHANDLER

Cuando encuentro un hueco entre los plazos de entrega impuestos por las bibliotecas mi refugio es Todo Marlowe, un libro en el que se recogen todas las novelas escritas por Raymond Chandler que tienen como protagonista a Philip Marlowe, al que podemos considerar junto a Sam Spade, el detective creado por Hammet, los modelos de detectives que han sido copiados hasta la saciedad en todas las novelas posteriores.
Me consta que gracias al boom nórdico, los aficionados a la novela negra han crecido como setas tras un septiembre lluvioso. Lo más curioso es que pocos son los que han leído a los dos grandes genios de la novela negra, a aquellos que podemos considerar sus padres, porque con variantes (evidentemente, que si no serían copias) todo lo escrito con posterioridad les ha tomado como modelo. Hasta el propio Chandler reconoce que se inspiró en Hammet.

Hablar de Raymond Chandler, son palabras mayores.
Él es sin duda el responsable del esterotipo de detective borachín y cínico que ha pasado a la posteridad como modelo para muchísimos autores. Es difícil no encontrar su rastro en muchos de los novelistas actuales.

En la historia de la literatura está escrita ya con letras mayúsculas la figura de su detective Marlowe

Bibliografía de Marlowe
Finger Man (1934, Finger Man). Relato corto
El sueño eterno (1939, The Big Sleep): Marlowe es contratado por un millonario general para que arregle la comprometida situación en que está envuelta su hija pequeña. Para mayor enredo, Marlowe se sienteatraido por la hermana mayor.
Adiós, muñeca (1940, Farewell, My Lovely)
La ventana siniestra / La ventana alta (1942, The High Window)
La dama del lago (1943, The Lady in the Lake)
La hermana pequeña (1949, The Little Sister)
El largo adiós (1953, The Long Goodbye)
Playback (1958, Playback)
Poodle Springs (1959, Poodle Springs) (completada por Robert B. Parker en 1989)
The Pencil / Marlowe Takes on the Syndicate (1961, The Pencil). Relato corto
Perchance to Dream (1991, Perchance to Dream) (Robert B. Parker)
Raymond Chandler's Philip Marlowe: A Centenary Celebration (1988) (colección de relatos de Marlowe por otros autores, ed. Byron Preiss)
Todo Marlowe (2009), todas las novelas de Marlowe en un solo libro (RBA Libros)


Son libros que, como el que hoy me ocupa, han sido llevados en numerosas ocasiones al cine, siendo alguno de ellos auténticas joyas del séptimo arte.

Adaptaciones al cine
El Sueño Eterno - dirigida por Howard Hawks (1946)
Marlowe, detective muy privado - dirigida por Paul Bogart (1969)
El largo adiós (The Long Goodbye) - dirigida por Robert Altman (1973)
Adiós muñeca (Farewell my Lovely) - dirigida por Dick Richards (1975)
Detective privado (remake de "El sueño eterno") - dirigida por Michael Winner (1978)




PHILIP MARLOWE


¿Quién es Philip Marlowe? Veamos qué es lo que él mismo nos dice a modo de presentación en El sueño eterno, la que podemos considerar su primera novela, cuando es preguntado por el general Sternwood que va a contratarlo:
- «Hábleme de usted, señor Marlowe. Supongo que tengo derecho a preguntar.
- Por supuesto, pero no hay mucho que contar. Tengo treinta y tres años, fui a la universidad una temporada y todavía sé hablar inglés si alguien me lo pide, cosa que no sucede con mucha frecuencia en mi oficio. Trabajé en una ocasión como investigador para el señor Wilde, el fiscal del distrito. (..) Sigo soltero porque no me gustan las mujeres de los policías.
- Y cultiva una veta de cinismo ¿No le gustó trabajar para Wilde?
- Me despidieron. Por insubordinación. Consigo notas muy altas en materia de insubordinación, mi general.»
(El sueño eterno. Página15-16)


Podemos encontrar otra descripción de Marlowe, hecha por el mismo en Adiós muñeca, mientras intenta darse ánimos tras recibir una paliza y ser drogado:
«De acuerdo Marlowe. Eres un tipo duro. Un metro ochenta de acero templado.» (Adiós muñeca. Página 282)

No es un hombre exigente a la hora de cobrar, entre otras cosas porque no puede permitirse ese lujo:
- «¿Cuáles son sus honorarios?
- Veinticinco dólares diarios más gastos... cuando tengo suerte
- Entiendo. Parece razonable tratándose de extirpar bultos patológicos de las espaldas ajenas. Una operación muy delicada.» (El sueño eterno. Página18)

Y no es exigente porque a veces hasta tener algo que cobrar es un lujo, como le ocurre en Adiós muñeca, en la que atraviesa una mala racha de trabajo:
«Hablando en plata, llevaba un mes sin trabajar. Hasta un encargo sin remunerar era un paso adelante.»
(Adiós muñeca. Página182)

La pregunta sería: ¿Si gana tan poco, por qué se dedica a esto? La respuesta la encontramos en el siguiente diálogo de Adiós muñeca:
- «Es usted un hombre bien parecido para dedicarse a lo que se dedica.
- El aroma no siempre es de rosas.
- No me refería a eso. ¿Se gana dinero…, o es una pregunta impertinente?
- Dinero más bien poco. Y es mucho lo que se sufre. Pero también es muy divertido.»
(Adiós muñeca. Página 251)


No busca camorra, pero no se echa para atrás si la situación lo requiere, aunque si se hace balance de las veces que sale lastimado, habitualmente sale perdiendo.
«Usted también parece buena persona. Pero es demasiado violento. » (El sueño eterno.Página151)

Una de las imágenes que Chandler creó con Marlowe, repetidas hasta la saciedad en la novela negra, es la del detective borrachín. Y lo cierto es que a Marlowe le va más de la cuenta un buen trago de güisqui:
- «¿No estará usted un poco piripi, por casualidad?
- Se sabe de ocasiones en las que estuve más sobrio.» (Adiós muñeca. Página 254)

- «¿Sabes? Alguna vez tendrías que probar el agua, aunque solo sea para divertirte un poco.» (Adiós muñeca. Página 252)

Pero si hay un aspecto del carácter de Marlowe que me cautive, es su peculiar sentido del humor. Marlowe no deja de ser un cínico de lengua muy rápida:
- «Tiene usted un sentido del humor peculiar.
- Peculiar no. Tan solo desenvuelto.» (
Adiós muñeca. Página 202)


Es Philipe Marlow un personaje que cautiva desde las primeras líneas, por más que tengas claro, que no es ni mucho menos un dechado de perfecciones humanas:
«A veces me pareces una persona excepcional, y otras el peor sinvergüenza que he conocido nunca.» (Adiós muñeca. Página 294)




ARGUMENTO


Marlowe es contratado por Moose Malloy, un gigantón que acaba de salir de la cárcel tras una condena de ocho años, para que localice a su antigua novia, su pequeña Velma, de la que no tiene noticias. Un Malloy que sin pretenderlo va dejando una estela de cadáveres a su paso.
Pero como un caso no es suficiente y Marlowe está sin blanca, acepta a la vez contratado para acompañar a un hombre en el pago del rescate de una valiosa joya que ha sido robada a una mujer. La cosa no acaba bien y dicho hombre acaba muerto en el coche mientras Marlowe permanece inconsciente tras ser golpeado.
Son dos casos que aparentemente no tienen conexión alguna entre sí, pero que al final terminan confluyendo en una misma historia que nos permite ver una ciudad dominada por el poder de la corrupción, una corrupción de la que nadie sale limpio aunque pretenda intentarlo.

Malloy, ese gigantón al que Marlowe define diciendo que «era un hombre grande, aunque no media más allá de un metro noventa y cinco ni era mucho más ancho que un camión de ceveza.»  enamorado de su pequeña Valena. 


ALGUNAS PERLAS


«Parece lo bastante pobre para ser honrado.» (Adiós muñeca. Página 180)

- «¿Qué piensa de ella?
- Apuesto a que a más de uno le gustaría jugar con su liga.»
(Adiós muñeca. Página 259)

- «Me temo que no me gustan sus modales.
- No es la primera vez que alguien se queja. Pero soy incapaz de corregirme.»
(Adiós muñeca. Página 203)


«Aunque fuese un hombre de paja, ninguna le asomaba entre el cabello.» (Adiós muñeca. Página 316)

- «Todos los hombres son iguales.
- Lo mismo sucede con las mujeres…, después de las nueve primeras.»
(Adiós muñeca. Página 319)






IMPRESIÓN PERSONAL



¿Segundas partes nunca fueron buenas? Pues ésta es la excepción, porque la verdad es que aún me ha gustado más que la primera, no sólo porque cada vez está mejor perfilado el personaje de Marlowe, sino porque su trama es más sencilla (dentro de lo enrevesadas y el reguero de cadáveres que Marlowe va encontrándose a su paso) y está mejor resuelta.
Además le he ido cogiendo el gusto al lenguaje de Marlowe, tan cortante, tan preciso, con descripciones de todas las cosas que ve, cuando menos con comparaciones muy ingeniosas. Por ejemplo, hablando de Malloy dice a propósito de su inmensa mano:
«Una mano en la que me podría haber sentado, salió de la oscuridad.» (Página 172)


Mucho más negra que la anterior, pues la sociedad en la que le toca moverse está totalmente corrupta, llena de secretos inconfesables:
- «No es costumbre mía dar a nadie pie para hacerme chantaje.
- Pasa hasta en las mejores familias. Diría que sobre todo en las mejores familias.»
 
(Página 202)

Una sociedad corrupta, con unas autoridades corruptas y unas fuerzas de orden público corruptas también, muchas veces a su pesar:
«Los policías no se hacen deshonestos por dinero. No siempre, ni siquiera con mucha frecuencia. Se ven atrapados por el sistema. Llevan a quien sea a donde tienen que llevarlo; hacen lo que les dicen que hagan o se acabó lo que se daba. (…) Nadie puede seguir siendo honrado aunque quiera. Ese es el problema con este país. Te quedas con el culo al aire si lo intentas.» (Página 324)


Pese a ser la segunda parte, por lo menos en las dos primeras entregas, puedes leerlas en el orden que quieras, no sólo porque son casos aislados y cerrados, sino porque los acontecimientos que ocurren en cada  una de ellas no guardan relación entre sí. Por eso, si no tienes a mano El sueño eterno pero tienes opción de empezar con Adiós, muñeca, no lo dudes, hazlo.




VALORACIÓN: 10/10




PELÍCULA VERSUS LIBRO



Al igual que la primera novela de la serie (El sueño eterno) fue llevada al cine, Adiós, muñeca, también terminó llevándose a la pantalla, bien es verdad que treinta y cinco años después de su publicación.
Pero está muy lejos de ser esa joya que supuso la primera adaptación. Quizás podrían pasarse muchas cosas por alto si no hubieses leído la novela, pero cuando lo has hecho...



Empecemos por lo positivo, que también lo hay. Muy bueno ese comienzo desde una habitación de hotel, momentos antes de llamar a la policía, en que reflexiona sobre el paso del tiempo y la vida que está llevando hasta ese momento:

«La primavera pasada fue la primera en que me sentí cansado, dándome cuenta de que empezaba a envejecer. Quizás tuvo la culpa el asqueroso tiempo que habíamos padecido en Los Ángeles o los no menos asquerosos casos que había tenido; dar caza a maridos huidos y, una vez hallados, dar caza a sus mujeres para que me pagaran.»


Pero cuando le vemos el tipo a Robert Mitchum, sabemos que algo no cuadra, que algo falla. Vale que en El sueño eterno Bogart se quitase años para interpretar al personaje y se los pusieran a éste, con lo que Marlowe dijo tener cuarenta años (Bogart tenía unos cuarenta y seis). Pero los sesenta años de Robert Mitchum, no encaja con la edad que debería tener Marlowe.

Obviando esto, imaginando que los años han pasado y Marlowe ya está en esos sesenta, la película destroza y cambia buena parte del libro, eliminando la joven que se enamora de Marlowe (no iba a cuadrar de ningún modo), cambiando un psiquiátrico por un burdel y muchas otras cuestiones. Pero lejos de hacerse la película más comprensible, lo que logran es que el asunto quede muy embarullado, como si ese barullo fuese una característica de las películas de cine negro a las que quiere homenajear.
Terminó consiguiendo que me durmiera. Y eso es una película en que ocurren tantas cosas, es un pecado mortal.




                      Domingos de cine (19)




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