Una pregunta de difícil respuesta
FICHA
TÉCNICA
Título:
¿A qué llamas tu amor?
Autor:
Pilar Muñoz
Editorial:
Palabras de agua
Encuadernación:
Tapa blanda
Páginas:
416
PVP: 17,95 €
PILAR
MUÑOZ
Mª
del Pilar Muñoz Álamo nació en Pozoblanco (Córdoba), en agosto de
1967. Con ocho años de edad dejó su pueblo natal y se trasladó a
la capital cordobesa donde reside desde entonces. Es licenciada en
Psicología –especialidad en Psicología Clínica- por la UNED y
funcionaria de la Administración General del Estado, desempeñando
actualmente su labor profesional en el Ministerio de Trabajo e
Inmigración. Su formación académica y su propio temperamento han
hecho que posea una visión crítica, pero constructiva, de la vida,
de la sociedad, de la personalidad de cuantos la rodean y en
particular, de la actitud hacia la mujer, lo que unido a su eterna
afición a la escritura ha constituido el origen y la razón de ser
de Ellas también viven, el primer libro que publica.
ARGUMENTO
-¡En
qué me he equivocado! Se lo di todo, me entregué a él en cuerpo y
alma desde el mismo momento en que lo conocí y no he dejado de
amarlo desde entonces. (Página 49)
Tras
diez años de matrimonio, Jana se replantea su vida en común con
Julio y decide empezar una nueva andadura sin él. Es entonces cuando
conoce en su trabajo a Hugo, un hombre que la lleva a descubrir que
el sexo es algo que la gusta, con lo que disfruta. ¿Pero esta nueva
realación es solo sexo o es amor? ¿Es eso lo que quiere para su
vida?
¿A
QUÉ LLAMAS TU AMOR?
-Me
amas... -repetí-. ¿A que llamas tú amor, Julio?
-A
lo mismo que tú, supongo -contestó ligeramente a la defensiva.
-No,
me temo que no. No estaríamos separados si tú entendieras por amor
lo mismo que entiendo yo. (Página 87)
Ese
es el párrafo que da título a la novela y en el que se resume el
espíritu de la misma. Una pregunta nada retórica y que va dirigida
no sólo a Julio, el protagonista de la novela, sino a todos aquellos
lectores que tengan el gusto de leerla.
¿Qué
entiende cada uno de nosotros por AMOR? Porque al final
esa es la cuestión, que probablemente cada uno tenga un concepto de
dicha palabra,hablando siempre de las relaciones en pareja totalmente
diferente. Y esa diferente concepción de dicha palabra, solo puede
ser fuente de desencuentros.
Hablamos
lenguajes distintos. Utilizamos el mismo vocabulario, pero le
asignamos un significado diferente, no interpretamos los mensajes de
igual forma. Nosotros no conjeturamos, no vaticinamos las probables
consecuencias de una hipotética decisión para reaccionar y buscar
soluciones. Lo hacemos cuando ya es evidente, cuando es palpable que
estamos a punto de perder aquello que amamos.
(Página 269)
Así,
a matacaballo, sin más presentaciones he entrado a divagar sobre
una novela mucho más compleja y profunda de lo que a primera vista
pudiera parecer. Un libro que es difícil de reseñar sin
desnudar el alma del que sobre él escribe, en el que es difícil no
sentirse reflejado en alguno de los personajes que por la novela
circula.
Novela
coral, por más que Jana asuma la mayor parte del
protagonismo, en la que Pilar Muñoz
vuelve a profundizar sobre el alma
humana y sus sentimientos. Se
sirve para ello, al igual que lo hiciera en Los colores de una vida
gris, de un grupo de amigas que en sus charlas van desnudando sus
almas intentando seguir adelante en el día a día Una lucha que en
esta novela nada tiene que ver con el dinero,sino con los avatares de
su vida profesional y sobre todo sentimental.
La
gran diferencia frente a los escritos anteriores es que Pilar
Muñoz intenta, pese a que la mayor parte del protagonismo
recae en personajes femeninos, un acercamiento al punto de vista del
hombre. Imprescindible dicho punto de vista al abordar las relaciones
de pareja, el por qué triunfan o siguen adelante.
No
se trata del manido “Los hombres son de Marte y las mujeres de
Venus”. Es algo más complejo pero de lo que no siempre se toma
conciencia: nuestra forma de pensar, actuar y manifestar lo que
sentimos es totalmente diferente:
Hombres
y mujeres somos distintos, biológica y psicológicamente, y mientras
no entendamos eso y lo respetemos será difícil mantener una
relación de pareja que funcione. No percibimos las cosas de la misma
forma, ni las afrontamos igual. Ni siquiera nuestras necesidades son
las mismas. Nosotros somos más racionales, directos y mucho más
prácticos, no nos andamos por las ramas, no cuidamos tanto las
formas. Vosotras sois más viscerales, ponéis las entrañas encima
de la mesa a la primera de cambio y resolvéis vuestros problemas
abordando un camino diferente. (…) A los hombres nos basta saber
que estáis ahí, no necesitamos recibir abrazos, besos o caricias
efusivas cada cierto tiempo
para sentirnos queridos. (Página 267)
Es
somo si los hombres sufriéramos un bloqueo a la hora de manifestar
aquello que sentimos:
Nosotras
aireamos nuestros problemas a poco que nos insistan, pero ellos
callan, los rumian dando por hecho que cada uno ha de resolver sus
propios conflictos personales y prefieren hablar de cine, de mujeres,
de fútbol o de literatura antes que abrirse y vomitar sobre
la mesa sus preocupaciones. (Página 207)
Y
esa diferente manera de manifestar los sentimientos puede llevar en
un momento dado a una parte de la pareja a no sentirse querido, a no
verse apreciada:
-Son
cientos de detalles los que me llevan a cuestionarme lo que de verdad
siente por mí.
-No
digas tonterías, el te quiere, estoy segura
-Pero
no basta decirlo, debo sentirlo yo. Y sus hechos no lo demuestran.
Cada vez hay más distancia
entre nosotros, estamos en la misma habitación pero a años luz uno
de otro. Somos como dos barcos navegando en alta mar, pero a millas
de distancia y en distinta dirección nuestras rutas cada vez se
jamás.
(Página 22)
Aunque
no es la única dificultad con la que una relación de pareja puede
tropezarse,porque muchas veces ni siquiera es suficiente con
quererse:
A
veces no es suficiente con quererse. Una relación de pareja requiere
más. Necesita compartir. Necesita pasión. Intimidad.
(Pagina 141)
Sumadle
a eso que el paso de los años hace que la propia relación de pareja
vaya cambiando, que vayan cambiando las necesidades de cada uno de
ellos. Y además, es probable que cada uno avance en sentido
diferente, para que todo resulte aún más complejo.
La
madurez te hace ir cambiando la visión del amor y la pareja. Cuando
se es joven impera la pasión. Con el paso del tiempo se busca el
equilibrio entre la pasión y la intimidad, entre el deseo y ese amor
profundo y seguro que no repara en lo superficial, que nos hace
comportarnos y aceptarnos tal como somos. (Página
188)
La
cuestión fundamental del libro, aquella que traslada al
lector, en la que solo hay que cambiar el nombre de Jana por el
nombre propio de cada uno es la siguiente:
Hay
una pregunta que no deberías dejar de hacerte nunca, Jana: ¿qué
buscas? Por encima de todo... ¿qué buscas en una relación para ser
feliz?
(Página 329)
IMPRESIÓN
PERSONAL
¿A
qué llamas tu amor?, parte de dos dificultades previas que debe
vencer el lector para animarse con su lectura: Una portada
inadecuada. Me explico. La portada del libro hace
referencia a una escena del mismo en la que la protagonista toca el
piano desnuda. Sin embargo, la imagen que se nos ofrece no solo no es
muy erótica (para gustos los colores), sino que tiene connotaciones
de novela erótico/romántica. Con ello sin duda alejará a los
lectores que con gusto la leerían y por otra parte atraerá a los
lectores que no disfrutarán con ella, pues nada tiene que ver.
He
de reconocer que mis grandes dudas a la hora de enfrentarme a la
lectura de este libro vinieron si duda de esta portada. Si no hubiera
sido porque he leído los dos libros anteriores de Pilar
Muñoz, si no supiera de su sensibilidad y de la gran
capacidad que tiene para describirnos unos personajes y unas
situaciones muy reales, nunca hubiera leído esta novela.
La
otra dificultad, unida a la de la portada, es la de describir esta
novela como erótica. Un género el de la novela erótica que sin
duda cuenta con muchos seguidores y que se ha puesto de moda gracias
a lo alargada que es la sombra de Gray. No es un género que me
atraiga ni me guste, por lo que nuevamente se me hacía cuesta arriba
animarme con este libro.
Sin
embargo, ¿A qué llamas tú amor?
está muy lejos de lo que se
entiende por novela erótica, con
lo que volvemos al punto anterior y sin duda no atraerá al lector
que podría disfrutar con esta novela. No es una novela con una
sucesión de escenas en las que cualquier excusa es válida para
llevar a los protagonistas a vivir una escena erótica o directamente
pornográfica (eso es cuestión de interpretación).
En
¿A
qué llamas tu amor?,
esas escenas son solo una parte más de la novela, la que nos muestra
a una mujer de cuarenta años que de
pronto encuentra un mundo de placer en el sexo, que se deja arrastrar
por la pasión como una colegiala de quince años, que deberá
averiguar hasta que punto el sexo es importante en una relación y si
eso es suficiente para tener un futuro de convivencia.
Son
unas escenas tratadas con delicadeza a pesar de que alguna de ellas
podría ser de gran dureza. No son lo fundamental de la novela en la
que como decía antes, lo primordial es reflexionar sobre las bases
de convivencia en una pareja. Pero son necesarias para mostrar una
parte importante de la personalidad de Jana.
Al
final lo que prevalece es una gran novela que nos muestra lo
complejas que resultan las relaciones de pareja, por lo diferentes
que son nuestros modos de sentir y de expresar eso que sentimos. Una
novela que se apoya en unos personajes y en unas situaciones tan
reales que es muy difícil no identificarse con alguna de las
cuestiones que en la novela se nos plantean.
Una
novela que no busca el deleite erótico en su lectura como podrían
dar a entender esa portada y esa clasificación de erótica, sino más
bien poner al lector frente a su realidad cotidiana, a plantearse qué
es lo que llama amor, a reflexionar sobre sus relaciones de pareja.
Una
novela en la que no sólo se nos muestra el lado femenino a través
de las conversaciones de un grupo de amigas, (que real y acertado el
uso de los grupos de amigas charlando sobre lo humano y lo divino en
las novelas de Pilar
Muñoz) en las
que esta vez se incluye a un hombre que en algunos momentos llega a
mostrar una sensibilidad más propia de un personaje gay, sino que se
nos muestra la visión masculina de las relaciones de pareja con dos
concepciones muy diferentes de ella.
Una
novela que deberían leer los hombres
para entender un poco mejor esas "necesidades" tan
peculiares de las mujeres. Una
novela que deberían leer las mujeres
para entender que el hombre manifiesta su amor de una manera muy
diferente.
VALORACIÓN: 9/10
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