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miércoles, 16 de septiembre de 2015

PRESENTACIÓN DE "EL CRIMEN DEL VENDEDOR DE TRICOTOSAS" DE JAVIER GÓMEZ SANTANDER

El autor que escribió una novela para no tener que limpiar la casa



El pasado jueves 10 de septiembre, tuvo lugar la presentación de El crimen del vendedor de tricotosas, de Javier Gómez Santander. La presentación tuvo lugar en el centro de Madrid, en la calle Recoletos, en un coqueto bar llamado La Jefa donde a las siete y media de la tarde un pequeño grupo de blogueros tuvimos la oportunidad de reunirnos y hablar con el autor.



Una conversación que transcurrió muy animada durante casi dos horas y que comenzó con una pregunta que sonó al disparo de salida: ¿De dónde viene la novela?

La respuesta no puso ser más directa: No viene. Y desde ese momento Javier ya se desató, se olvidó de los nervios de “enfrentarse” a sus primeros lectores, y nos explicó todo lo referente a esta novela.
Una novela que nunca tuvo la pretensión de que fuera tal, pues su idea era escribir un documental. Pero como se aburría, escribió lo que es el primer capítulo de El crimen del vendedor de tricotosas. Y desde ahí, sin pensar hacia donde iba (quizás como el protagonista de su novela, que cuando tiene que actuar no piensa porque es la única manera de hacer algo y no quedarse paralizado)
Tras esa primera versión, hizo dos meses después un proceso racional en el que corrigió la novela y le dio la forma que hoy tiene, aunque siempre conservando aquel primer capítulo. Un primer capítulo que, cuando lo leáis, veréis que tiene un estilo un tanto diferente al resto de la novela, pues es una descripción del personaje que se viene abajo cuando el apocalipsis (¿apocalipsis zombi?) se desate a su alrededor.

En su novela, las redes sociales desarrollan un papel muy importante en la trama. No sería posible la misma sin la existencia de facebook, twitter, instagram o los grupos de wasp (hoy día no eres nadie si no estás en algún grupo de wasp, y los nazis de su novela no podían ser la excepción).
Y sin embargo, Javier no tiene cuenta en facebook (si tiene una, pero en la práctica como si no la tuviese pues ni se acuerda de la clave), ni página de autor (algo en que todos le insistimos y lo mismo hasta le convencimos)
Hasta su madre tiene ya cuenta de twitter.

Y hablando de la familia, en la novela, además del protagonista el personaje que más desarrollado está junto a él, es el de su padre. Y Javier nos confesó que la historia de dicho personaje es la misma que la de su padre, muerto ya hace dieciséis años (tanto las frases como la historia del pasado es la de su padre), por lo que esta novela es en cierto modo un homenaje al mismo.

También son reales con nombres y apellidos, muchos de los personajes que aparecen en la trama, porque la novela la escribió en principio para sus amigos, para decirles “mira donde sales” mientras se la iba dando a leer. Cuando leáis la novela, veréis que no son los únicos reales, porque aunque se escude detrás de “en España tenemos un modelo vicepresidencialista”, el parecido de algunos políticos de ficción de la novela con los reales es más que evidente.


¿Cómo llego el libro a Planeta? Primero lo pasó a una editorial que sólo publica no ficción porque era un amigo, y para su sorpresa decidieron publicarlo y la respuesta fue un contrato para que lo firmaran. Como querían tenerlo para la Feria del Libro, el plazo para responder era muy breve, pero como por su trabajo en la Sexta está vinculado al grupo Planeta, primero tenía que ofrecérselo a ellos, pero les dió un plazo de tres semanas para darles la respuesta, y ante su sorpresa, la respuesta fue que sí y aquí está ahora presentando su novela con ese sello editorial.


Imposible no hablar de la escena que tiene lugar en la M-30 madrileña y que supone un cambio total en el ritmo de la novela y el comienzo de un continuo disparate de aventuras en la que al pobre protagonista nada le va a salir bien. Su primer recuerdo de la M-30 es un viaje Santander-Huelva (ahí es nada) con la abuela, los nietos, el que se mareaba y vomitaba, llegar a Madrid y esa M-30 que si vienes de fuera no hay quien la entienda. Para él, la M-30 es territorio hostil.



Pasamos a hablar de sus gustos literarios, ¿que tipo de lector es? Le gusta sobre todo leer ensayo, periodismo, reportaje (porque le apetece hacerlo) y pasó a nombrar autores y libros, como Foster Wallace McPhee (Los niveles del juego), Pedro Simón (Peligro de derrumbe), Rafael Chirbes (En la orilla), Javier Marías, Bolaño...



Inevitable hablar de televisión, porque Javier ha trabajado para la televisión, donde ha hecho La Sexta columna, un esfuerzo para él mayor que escribir una novela, preparando entrevistas para cuarenta personas y con tres programas en preparación a la vez. Un duro aprendizaje donde no tuvo más remedio que encontrar el ritmo y la audiencia, que sí, que es muy importante, aunque por encima está la ética, cómo la consigues.
Para él el objetivo es entretener. Algo que no es fácil porque hay que intentar no aburrir durante cuarenta y cinco minutos hablando de política. El ritmo de la tele es muy rápido, obliga a pensar en imágenes. Y esa costumbre, se quiera o no, se traslada a la novela, en la que coincidíamos los que ya la habíamos leído, que es muy cinematográfica, vamos, que está pidiendo una versión para la pantalla.

Y ha puestos con lo de las imágenes, le preguntaron cuál fue la primera imagen que le vino a la mente con esta novela., Nos dijo que fue un Renault Scenic gris, porque tenía un profesor que le dijo que nunca se comprara ese coche.

Volviendo al origen de esta novela, surgió en un periodo de excedencia que Javier pidió para poder tomar aire, porque es muy obsesivo y el ritmo de trabajo en la tele era de más de veinte horas diarias. Necesitaba descansar y fue en ese tiempo cuando escribió la novela.
La primera versión en seis semanas, empleando luego otros dos meses en la segunda edición de la misma. Nos dijo, por eso es título de esta crónica, que acabó la novela para no limpiar la casa, para que cuando llegara su pareja poder decirle: Hoy he escrito este capítulo y dárselo a leer, quedando absuelto de no haber hecho nada en la casa.

Escribió para liberarse de sus obsesiones y lo cierto es que nos confesó que se rió mucho escribiéndola, aunque nunca sabes qué es lo que va a hacerle gracia a los demás.
Los que la hemos leído, coincidimos en que también nos hemos reído mucho, así que ya sabes, no te pierdas esta novela si tu quieres también reír.

Y risas, muchas risas hubo durante todo el encuentro, en el que javier nos contó anécdotas de su vida, una vida que el definió como un tanto asocial, aunque sin llegar a los niveles del protagonista de la novela, pues el jugó al balonmano (dijo que era un chupón) y no fue portero suplente como su protagonista.



Para más información, te dejo la reseña de El crimen del vendedor de tricotosas, que puedes leer pinchando AQUÍ.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

NOVEDAD EDITORIAL:EL CRIMEN DEL VENDEDOR DE TRICOTOSAS (JAVIER GÓMEZ SANTANDER)

El crimen del vendedor de tricotosas
Javier Gómez Santander



FICHA TÉCNICA

Título: El crimen del vendedor de tricotosas
Autor: Javier Gómez Santander
Editorial: Planeta, 2015
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 284
PVP: 17,90 €






JAVIER GÓMEZ SANTANDER

Tomado de la solapa interior del libro:

Javier Gómez Santander (Santander, 1983) nació sin culpa, pero es periodista. Ha trabajado en la Cadena Ser y, desde 2006 en la Sexta. Porque había que empezar por algún sitio, presentó el tiempo durante unos años. Aburrido de los mapas, se refugió en la información política, y en 2011 pasó a formar parte de Al rojo vivo, la tertulia de la cadena. En 2012 creó La sexta columna, un programa de reportajes que dirigió durante las dos primeras temporadas. Después de un parón de par de años que cogió para tomar oxígeno, en 2015 vuelve a Al rojo vivo y escribe una novela. Esta novela.
Además de esto, colabora con medios impresos que se resiste a citar, dice que para no gafarlos (y menciona lo poco que duró Público en papel después de empezar a publicar sus columnas).
Personalmente, se define como un hombre terriblemente aburrido, pero serio.






ARGUMENTO

En estos años, lo más osado que he hecho ha sido ser el primero de mi familia en comprarse un colchón viscoelástico, con extraordinarios resultados, por cierto. Con esta mierda de vida de provincias que he amasado durante treinta y dos años ¿cómo coño me explico que ahora esté ocultando un cadáver en el maletero del coche de mi empresa? (Página 16)

Daniel Ortiz tiene treinta y dos años, vive en Santander una vida que el intenta que sea lo más anodina posible, sin destacar en nada, sin meterse en nada ni con nadie. Trabaja como comercial, con un contrato fijo, en una empresa en la que se dedica a vender tricotosas en el País Vasco.
Pero Juan, su jefe, decide que hay que ampliar mercado y decide mandarle para que abra mercados en Madrid:
Lo único que había que conseguir de ellas era conseguir que no se comprasen la tricotosa en el Lidl, sino que optasen por las únicas máquinas del mercado capaces de cumplir el objetivo último ara el que fueran creadas: que Juan ganase dinero. (Página 21)

Nada más llegar y mientras conduce por la M-30 tiene un incidente con otro vehículo.
Es el comienzo de una historia en la que el cadáver en su maletero es solo uno de los muchos incidentes que poblarán su hasta ahora anodina vida.






EL CRIMEN DEL VENDEDOR DE TRICOTOSAS

La primera pregunta que se me plantea tras terminar de leer esta novela es si realmente El crimen del vendedor de tricotosas es una novela negra o qué es.
Porque no basta con que una novela comience con un crimen, del que por cierto sabemos quién es el responsable para poder calificarla de negra. Ni vamos a encontrar un detective o investigador al uso que se dedique a investigar nada. Muy al contrario, nos encontramos con un héroe atípico, pues Daniel Ortiz, el protagonista, es cualquier cosa menos un héroe. Toda su vida ha sido un constante huir de la notoriedad, un intentar permanecer en el anonimato, como una manera de vivir más cómoda y sin complicaciones.
Y, honestamente, ¿hay alguien que pase más inadvertido que yo? No. Yo soy el hombre al que cortan en las fotos de grupo y nadie se percata. Soy el tipo que les dice a unos testigos de Jehová que vuelvan otro día y se olvidan. Es más, si yo fuera Wally, no me habría encontrado nadie en sus libros, aunque me hubiesen vestido de fucsia y al resto de tonos grises. (Página 50)

Si hay algo que le encanta a Daniel es la rutina, una vida en la que uno sabe a lo que atenerse y lo que puede esperar del día a día
Conocería tantos pueblos y tantos restaurantes que en verano podría hacer turismo con María sin necesidad de ir muy lejos ni de experimentar nada nuevo. Es decir, haría el turismo perfecto. (Página 21)

El presente es lo único que importa:
¿Y qué era el futuro? Una inmensidad de tiempo por perderse que ya llegaría, en su momento. Es decir, nunca. (Página 12)

Nada más lejos pues de Daniel que intentar luchar contra nada ni contra nadie. Pero las cosas no son siempre como uno quiere y pese a sus convicciones interiores, no va a quedarle más remedio que convertirse poco menos que en un superhéroe si quiere volver una vida normal
¿Cuál es la fuerza que nos retiene a la mayoría para que no nos rebelemos contra nuestras pequeñas miserias? Se le suele llamar conformismo o vagancia, pero yo estoy convencido de que en mi caso es algo más profundo, Y constante. (Página 13)

Tiene sin embargo El crimen del vendedor de tricotosas, una de las características fundamentales de la novela negra, como es utilizar el argumento de la novela para ofrecer una crítica a la sociedad en la que dicho crimen ocurre. Y desde ese punto de vista, esta novela es una crítica sin piedad, pero al mismo tiempo muy divertida de la realidad que nos está tocando vivir.
Vaya un ejemplo por delante en esta visión que tiene sobre el poder del dinero:
Como las clientas, el dinero está deseando acudir, pero tiene que fiarse. ¿Y de quién se fía el dinero? Pues de los que son similares a él, aquellos que padecen el síndrome de las caras de las monedas, esa gente que, no es que mire por encima del hombro, es que para ellos no existe nada del cuello para abajo. (Página 18)

La crítica a las autoridades públicas, con una vicepresidenta de gobierno que ofrece conferencias de prensa delirantes, es lo más incisivo que he leído en mucho tiempo. Para ello le da la vuelta a situaciones recientes que hemos vivido en este país, como la crisis del ébola, con su animal sacrificado incluido. Y todo por una supuesta aparición de zombis que contagian con su mordedura. El papel de los medios de comunicación, de la opinión pública, del tratamiento de las crisis por el gobierno... nada queda sin ser vapuleado en esta novela.






ALGUNAS PERLAS

Un asesinato sólo te jode la vida si te toca ser el muerto. Repito: Un asesinato sólo te jode la vida si te toca ser el muerto. Es más, si se maneja bien, hasta puede mejorártela. (Página 54)

Al señor Mendoza, barbudo y madrileño, forrado y miembro de la Obra, le ha saltado el inhibidor de tonterías, que es una cosa que tienen las personas de derechas y que les permite no escuchar chorradas, porque de las chorradas no se saca dinero. (Página 56)

Al salir de Decathlon, y como es lógico tras haberme sometido a un contacto tan directo con el mundo del deporte, me ha entrado hambre. (Página 69)

Sobre la policía
La policía..., la policía es inteligentísima. Tanto, que se ha demostrado que en ocasiones es capaz de resolver puzles hasta de dos piezas. (Página 74)

Sobre Cantabria y sus habitantes (él es de Santander)
Como entiendo que no estamos hablando de Nueva York, se lo describo: un pueblo pasiego. Lo que significa que tiene muchas montañas y pocos habitantes, que estos prefieren no hablar a hacerlo y que no es que sean antipáticos, es que se guardan la simpatía para ellos mismos. (Página 208)

Sobre la literatura:
No quiero convertir esto en un diario coñazo donde detallo mis zozobras al ritmo de mis rutinas; que si como, que si no como, que si fumo un cigarro o miro a una mujer y me acuerdo de María, que para ese tipo de relatos ya tienen ustedes las librerías llenas de novela contemporánea. (Página 69)






IMPRESIÓN PERSONAL

En el fondo, al final no importa si El crimen del vendedor de tricotosas es o no una novela negra, porque va mucho más allá de una novela de género. Es la novela más esperpéntica, desternillante,   disparatada que he leído en los últimos tiempos.
Si me apuráis, la trama es casi una excusa para dar un repaso a nuestra sociedad, a la actualidad, en la que no escapa ni esa moda tan reciente de llenar de zombis nuestras pantallas o las páginas de las novelas. Cosas cotidianas como los atascos de la M-30 pueden convertirse en manos de Javier Gómez Santander en algo totalmente delirante y en una escena divertida, narrada como si de un thriller se tratase, pero al mismo tiempo como si de una escena de cómic se tratase.
Porque la novela en muchos momentos es tan visual, que más que un libro al uso parece un cómic, el guión de una de esas series españolas disparatadas pero que tanto nos hacen reír. Poblada de muchos personajes, pero que no obstante está lejos de ser una novela coral, pues en la práctica son dos los que toman mucha importancia por encima del resto: Daniel y su padre. De Daniel ya he hablado, pero el padre, totalmente diferente al hijo, no se queda atrás en sus reacciones. Por cierto, si os lo encontráis, no se os ocurra invitarle a comer, porque la broma entre chuletones y vino os puede salir muy cara.
Furaco en pleno trabajo
Perdón, que casi me olvidaba de otro de los grandes protagonistas de esta novela: Furaco, el oso semental que es el orgullo del parque de Cabárceno y que desempeña un divertido papel en esta novela. Otro disparate más que sirve para darle una vuelta de tuerca más a los disparates políticos de este país.

En el fondo, y al margen de ese aspecto de cómic que está necesitando que alguien lleve la novela al cine, El crimen del vendedor de tricotosas, tiene la estructura de un largo monólogo. Porque aunque el autor le de la forma de un diario en el que el protagonista nos va narrando sus vivencias casi en directo, parece uno de esos monólogos hilarantes y disparatados que podemos ver en la televisión.

No sé si con esta reseña habré conseguido llamarte la atención, pero si quieres divertirte un rato, reírte, evadirte de la realidad por más que ésta se haga presente aunque pasada por el tamiz de la hilaridad y la crítica punzante, El crimen del vendedor de tricotosas es tu libro. Eso sí, si lo que buscas es una novela “seria”, mejor buscas otra.




Gracias a Editorial Planeta que me ha facilitado un ejemplar de El crimen del vendedor de tricotosas para su lectura y reseña.



Si quieres conocer más cosas sobre el libro y su autor, puedes ver la presentación que realizó de El crimen del vendedor de tricotosas ante un grupo de blogueros pinchando AQUÍ





VALORACIÓN: 8/10




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