Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea
Anabel Pitcher
FICHA TÉCNICA
Título: Mi hermana vive sobre la repisa de la
chimenea
Autor: Anabel Pitcher
Editorial:
Siruela, 2011
Encuadernación:
Tapa blanda
Páginas: 236
PVP: 16,95 €
Editorial: Punto de Lectura, 2016
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 232
PVP: 7,95 €
ANABEL
PITCHER
Anabel Pitcher, es la joven autora del
libro, nacida en 1982 en un pequeño pueblo de Yorkshire y que estudió
Filología Inglesa en la Universidad de Oxford, habiendo trabajado como
profesora de inglés y en medios de comunicación.
Esta novela es la primera que ha publicado.
Que sitio más raro
para vivir
ARGUMENTO
Jamie es un
chaval de diez años. Su vida cambió hace cinco años cuando su hermana Rose
murió como consecuencia de un atentado terrorista islámico en el centro de
Londres. Un atentado que no sólo acabó con la vida de su hermana, sino que ha conseguido también terminar con su familia.
El sentimiento de culpa y los reproches han terminado con su madre marchándose
de casa para vivir con otro hombre y con su padre alcoholizado. Ahora se han
trasladado fuera de Londres, al Distrito de los Lagos, donde su padre después
de mucho tiempo va a comenzar a trabajar. Y allí se dirige con su hermana
Jasmine, gemela de Rose la hermana fallecida y su padre, en lo que espera que
sea el inicio de una nueva vida.
Pronto descubre que el sitio en el que viven ha
cambiado pero los problemas continúan siendo los mismos. Jamie no cejará en la
búsqueda de una solución que permita reunir de nuevo a toda a familia.
MI HERMANA VIVE SOBRE LA REPISA DE LA CHIMENEA
Puede parecer
un detalle secundario, pero una de las cosas en la que más me fijo en una
novela es en su principio. Una buena novela debería contar con un buen principio,
unas palabras que fijen tu atención, que te inviten a seguir adelante con la
lectura, que sean en sí mismas una promesa de disfrute.
Hay ejemplos
que están en la historia de la literatura. ¿Hay alguien que no conozca el
principio de Don Quijote de la Mancha?:
«En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...»
El de Crónica de una muerte
anunciada de Gabriel
García Márquez:
«El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la
mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo...»
El de La metamorfosis de Frank Kafka
«Una mañana, al
despertar de un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se encontró en la cama
transformado en insecto monstruoso.»
O el comienzo de la serie de El Capitán Alatriste de Arturo
Pérez-Reverte:
«No era el hombre más honesto ni el más
piadoso, pero era un hombre valiente. Se llamaba Diego Alatriste y Tenorio.»
Viene esto a cuento porque en Mi hermana vive
sobre la repisa de la chimenea, podemos encontrar uno de esos principios
impactantes:
«Mi hermana Rose vive sobre la repisa de la chimenea. Bueno, al menos
parte de ella. Tres de sus dedos, su codo derecho y su rótula están enterrados
en una tumba en Londres. Mamá y papá tuvieron una discusión de las gordas
cuando la policía encontró diez pedazos de su cuerpo. Mamá quería una
tumba que pudiera visitar. Papa quería quemarlos y esparcir las cenizas en el
mar.»
Bien es verdad que un principio semejante plantea una duda importante:
¿Estamos ante una novela con un toque gore o ante una novela demasiado
sensiblera? No hay nada como leer opiniones en la red para hacerte una idea
previa de lo que vas a poder encontrarte, porque es posible que si no, ante la
duda, hubiera pasado de largo, Y hubiera sido una lástima, porque es una novela
que merece la pena leer.
Una de las peculiaridades
de este libro, es que está contado desde el punto de vista de un niño de diez
años. Algo que parece sencillo y que sin embargo no lo es en absoluto, porque
siempre se corre el riesgo de pasarse de largo o quedarse corto, de presentar
un niño tonto de remate que no se entera de nada (que es justo lo que se
criticaba en el famosísimo El
niño con el pijama de rayas, con un niño no demasiado creíble de puro
inocente) o presentarnos un niño con pensamientos de adulto impropios para su
edad.
Ese es para mí el gran mérito de esta novela, que en todo momento el niño me
resulta creíble, su visión del mundo adulto si parece propia de un niño de diez
años. Porque el pensamiento de un niño de diez años, evidentemente no puede
coincidir con el nuestro, aunque puede estar lleno de frases rotundas como la
que nos dice Jamie:
«Que ellos sean adultos no significa que vayan a tener siempre razón.» (Página
226)

Intentamos traspasar nuestros pensamientos y nuestros sentimientos a
nuestros hijos. Pensamos que tienen que pensar y sentir como nosotros, cuando
no ha de ser esa necesariamente la situación. Todos se empeñan en que Jamie
tiene que llorar y sufrir por la muerte de su hermana. Si no lo hace es que no
es normal, que necesita superar esa situación para poder ser como todos. La
realidad es que Jamie no se acuerda de su hermana, apenas tiene recuerdos de
ella ¿cómo llorarla entonces?
«Papá y mamá me mandaron a ver a esa señora gorda porque les parecía raro
que yo no llorara por aquello. Me habría gustado preguntarles si ellos llorarían por alguien de
quien no se acordaran.» (Página 16)
Hay situaciones
que parecen surrealistas, pero que por desgracia para Jamie son muy reales,
aunque sea difícil de entender como parece ser más querida su hermana muerta
que él. Una hermana que además va a presidir permanentemente su vida:
«Puso a mi hermana sobre la repisa de la chimenea, que era de
color crema y tenía polvo y era igualita que la del piso de Londres y murmuró: Bienvenida
a tu nueva casa, hijita.» (Página 14)
Lo cual no quiere decir que no tenga sentimientos y que no tenga finalmente
que enfrentarse de frente a la muerte y a la pérdida de un ser querido, en lo
que serán sin duda los momentos más emotivos del libro. Aunque no será
seguramente del modo que el lector habrá supuesto previamente.
Y que no llamen en muchos momentos a las cosas por su nombre no quiere
decir que no sea muy consciente de que las cosas no vayan rematadamente mal en
su casa:
«A la mañana siguiente encontré una botella de vodka vacía en el cubo de
basura y supe que la vida en el Distrito de los Lagos iba a ser exactamente
igual que la vida en Londres.» (Página 15)
Muy interesante
también en los tiempos que están corriendo, la lección de convivencia que
recibimos. Porque el padre de Jamie odia a los musulmanes, puesto que ellos en
definitiva son los responsables de la muerte de su hija y del abandono de su
mujer. No un musulmán concreto, sino todos los musulmanes. Ese es otro de los
motivos por los que se ha trasladado fuera de Londres, esperando no encontrarse
con ningún musulmán.
Pero el destino
es caprichoso y Jamie se hace amigo en su clase de Sunya, una niña paquistaní,
teniendo que luchar contra los prejuicios que su padre le ha imbuido. Pero una
cosa son los prejuicios y otra muy distinta la sincera amistad de dos chicos de
diez años.
Y por encima de todo, la lucha de Jamie por intentar reunir a la familia,
que todo vuelva a ser como antes, que su padre deje de beber, que su madre
vuelva a casa y la quiera. Con la camiseta de Supermán puesta permanentemente
porque es un regalo de su madre y no quiere que cuando venga no la vea sin ella
puesta. Porque aunque no recuerde a su hermana, si recuerda por las fotos que
un día fueron una familia feliz:
«Me imagino que mi familia fue feliz un día. En las fotos se ven un montón
de sonrisas y de ojos achinados, todos fruncidos como si alguien acabara de contar un chiste
buenísimo.» (Página 20)
IMPRESIÓN
PERSONAL
Es esta una
novela que se lee en un suspiro, trescientas páginas que se han terminado antes
de que te des cuenta. Y este es el momento de decir que quedan despejadas las
dudas, que en absoluto es gore y por otra parte tampoco es en principio una
novela sobre la muerte, ni que le dé vueltas y más vueltas a la tristeza de la
pérdida de los seres queridos.
No puede serlo,
porque esa no sería la visión de un niño normal. Y no podemos olvidar que el
libro está narrado desde el punto de vista de un niño de diez años, con los
problemas de un niño de diez años, que pasan más por la nueva casa a la que va
a vivir con su padre y su hermana, la llegada a un nuevo colegio en el que no
tiene amigos, la relación de amistad con una compañera de clase o su afán de
recuperar lo que todo niño anhela y desea: una familia unida y que le quiera.
Más que sobre
la muerte, es un libro sobre la búsqueda del amor, el amor de
una madre ausente que les ha abandonado, una realidad de la que el niño es
consciente pero que se niega a admitir, mitificando todo lo que viene de su
madre. Y también nos habla del amor entre los hermanos, entre Jamie y su
hermana Jas, que pese a que si lo está pasando mal, intenta proteger a su
hermano pequeño.
No he dedicado un capítulo a los personajes, pero he de decir que están muy
bien dibujados, desde Jamie, el niño de diez años, pasando por Jasmine, su
hermana rebelde y adolescente (no siempre tienen por qué ser sinónimos) o su
padre alcoholizado, pero que pese a todo es el que se ha hecho cargo de los
hijos. Sin olvidarnos de Sunya, la amiga de Jamie que nos muestra la otra cara
de la moneda, la de los que son diferentes por su raza y a las que se
culpabiliza por su color o su credo de lo que otros han hecho.
Quizás el personaje que más difuminado aparece
es el de la madre. O al menos a mi me cuesta trabajo entender a una madre, que
por más rota que esté, abandone su familia buscando el amor fuera de ellos.
Una lectura muy recomendable para todos los que buscan un libro emotivo,
con una reflexión sobre la familia, el amor y finalmente la muerte. Pero no
busquéis en él una reflexión irreal sobre la muerte al estilo de Desde mi cielo de Alice Sebold.
VALORACIÓN: 9/10