A la caza del tesoro oculto de Godoy
FICHA
TÉCNICA
Título:
A las ocho en el Novelty
Autor:
Carlos Díaz Domínguez
Encuadernación:
Tapa blanda bolsillo
Editorial:
Ediciones B, 2014
Páginas:
452
CARLOS
DÍAZ DOMÍNGUEZ
Primera
novela que leo de este autor. De él nos cuenta la editorial en el
interior del libro:
Carlos
Díaz Domínguez (Madrid, 1958) es licenciado en Ciencias
Económicas. En 2006 publica su primera novela, Los impares de
Sagasta, a la que siguió, un año más tarde Los ascensores
dormidos de La Habana. Posteriormente en 2009 y 2010
respectivamente aparecieron las novelas cortas Franco morirá en
Rodalquilar y La pasmosa herencia de José Belmonte.
En
2011 sale a la luz en Ediciones B Tres colores en Carinhall,
que tuvo una calurosa acogida tanto en España como en América
Latina. En 2012 repite con Ediciones B con una novela de intriga,
Lágrimas sobre Gibraltar, reeditada tras un sonado éxito de
público y crítica.
ARGUMENTO
Leonor
Cortés es una anticuaria salmantina que vive en San Juan de la Luz,
donde tiene su tienda. Poco se imagina lo que va a cambiar su vida
cuando un magnate ruso afincado en Marbella le encarga un raro tapiz.
Puro tanteo para luego solicitarle lo que realmente le interesa, la
obsesión de toda una vida: localizar el tesoro escondido de Manuel
Godoy, el valido del rey Fernando VII.
Un
encargo que pondrá su vida y la de los que le rodean en peligro. Una
trama en la que los servicios secretos rusos y la diplomacia española
también entran en juego, porque lo que pueda descubrirse podría
poner en peligro la legitimidad de la corona española.
A
LAS OCHO EN EL NOVELTY
No
puedo comparar con las otras novelas de este autor al ser la primera
que leo de él. Había leído que era una novela muy entretenida y lo
cierto es que superó el duro trámite de la crítica de mi mujer,
que como novela de entretenimiento le dio su visto bueno (no sabe el
autor lo difícil que es eso). Por eso empecé su lectura confiado en
que iba a pasar un buen rato con la novela como así fue.
 |
Café Novelty (Foto cedida por el autor) |
A
las ocho en el Novelty es una novela que podríamos
calificar como un thriller con tintes
históricos, en la que la parte del thriller es la
fundamental, siendo la parte histórica de la novela un simple
contrapunto muy interesante.
Esa
es la opción que ha elegido el autor, que consigue el propósito de
mantener al lector (juzgo por mí y por aquellos a los que he leído
sus reseñas) pegado a las páginas del libro. Y sin embargo, me
quedo con la sensación de que la parte de Godoy se me ha quedado
corta, que la vida de ese hombre es mucho más interesante que las
peripecias, por divertidas que sean, de la anticuaria salmantina.
Dicho de otra manera, tal vez pudo escribirse la novela de otra
manera, evidentemente una novela que hubiera sido más voluminosa,
manteniendo una narración en dos planos temporales en los que se
hubiera dado mucha mayor relevancia al personaje de Godoy.
 |
Godoy |
Lo
anterior es evidentemente una impresión muy personal, fruto de la
curiosidad que el personaje de Godoy
me ha despertado a través de la lectura de esta novela. Dicho
interés, ya es suficiente como para valorar positivamente esta
novela, que tiene el mérito de hacernos presente la vida de un
hombre cuya importancia en la historia de España fue muy importante,
a pesar de que el trato que la historia le ha dado no sea
precisamente benevolente. Un vida digna de película: la de un hombre
que surge de la nada para convertirse, pese a la importancia de la
cuna y la aristocracia, en el hombre más importante de España,
amante de la reina y de cuanta mujer se le pusiera por delante. Un
hombre que acumuló una ingente fortuna para acabar muriendo en el
destierro y en la miseria.
 |
Plaza Mayor de Salamanca |
Múltiples
son los escenarios en los
que se desarrolla esta novela, desde una urbanización de Marbella
donde comienza, pasando por San Juan de Luz, Biarritz, Moscú,
Estados Unidos, Olivenza o Salamanca. Aunque en realidad en el único
en el que el autor se detiene un poco es en Salamanca,
cuyas calles recorre la pareja protagonista, con parada y fonda en el
Café Novelty, bajo los
soportales de su Plaza Mayor, el mismo que cuando lo vi en mi
reciente visita a la ciudad dije: “Andá, se llama igual que la
cafetería de la novela”. Ni una triste foto de recuerdo hice,
aunque vaya en mi descargo, que solo había leído unas cincuenta
páginas de la novela y aún no había llegado a ese punto.
La
trama es sin duda de las que engancha, aunque curiosamente no tanto
por saber si encuentran o no el tesoro de Godoy (y no entro en
detalles que el que quiera saber el final que se lea el libro), sino
por el ritmo vertiginoso
que el autor imprime a la acción. Desde ese punto de vista, la
novela es muy cinematográfica, muy visual, fácil de imaginar aunque
no hayas pisado los escenarios en que se desarrolla.
Los
personajes por su parte, tienen la suficiente credibilidad como para
mantener en pie todo el entramado, en el que poco a poco las piezas
van encajando hasta el desenlace final. Un final que yo definiría
como coherente, lo cual es desde mi punto de vista meritorio, porque
la acción podría desembocar en manos de otro autor a un final
estrambótico o increíble. (¿Por qué se me viene a la mente Dan
Brown a la hora de pensar cómo puede destrozar un final
una novela de acción e intriga?)
IMPRESIÓN
PERSONAL
A
las ocho en el Novelty es
una novela que ha cumplido las expectativas que tenía puesta
en ella: es entretenida. Pero
me quedo con la sensación de que la novela podía haber sido aún
mucho mejor, porque me ha dejado con ganas de más. No de más
aventuras, sino de haber profundizado más en la historia de Godoy,
aunque eso hubiera supuesto una novela bastante diferente a la que
hoy he venido a presentaros.
También
ha jugado en mi contra (y pese a ello la nota como podréis ver es
alta), que en ningún momento he conseguido meterme en la piel de los
protagonistas. Ni en el la piel del profesor salmantino enamorado de
la anticuaria, ni mucho menos en la de Leonor Cortés. Me entretienen
sus peripecias, pero no consigo ponerme en su lugar.
Eso
sí, si lo que quieres es evadirte
un rato, A
las ocho en el Novelty
es la novela adecuada, repleta de acción, con por lo menos diez
asesinatos a lo largo de la misma (si es que no se me ha escapado
alguno en la cuenta). Y si encima te pica la curiosidad para
profundizar en un personaje histórico como el de Godoy, poco más
puede pedírsele.
Gracias
a Carlos
Díaz Domínguez
y a Ediciones B
por facilitarme un ejemplar de
A las ocho en el Novelty
para su lectura y reseña.
VALORACIÓN: 8/10
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