miércoles, 21 de noviembre de 2012

LA PRIMERA LUZ DE LA MAÑANA (FABIO VOLO)


Cuando os hablaba de Escrita en tu nombre de Amelia Noguera y de En un rincón del alma de Antonia J. Corrales, mencionaba un libro: La primera luz de la mañana, de Fabio Volo. Por eso, hoy os traigo la reseña del libro.


Diario de una infidelidad (¿Diario de una infelicidad?)


Hay autores a los que llego de un modo casual, con una portada inocua que ni siquiera llama la atención, pero con una contraportada que hablaba del amor de padres e hijos, del amor a una mujer que ya no está, de unos personajes con los que te puedes identificar, que hizo que pudiera vencer mis prejuicios iniciales (Federico Moccia ha hecho tanto daño a las letras italianas, que en cuanto veo juntos en un libro los conceptos amor y autor italiano, ya reculo) y me apuntase a la lectura de El tiempo que querría.
Portada de "La primera luz de la mañana"
Una gran idea, pues gracias a ello pude conocer a un autor que no me extraña que haya encandilado y emocionado a millones de lectores.
Por eso, en cuanto supe de la publicación de su siguiente novela, esta La primera luz de la mañana de la que hoy vengo a hablaros, estuve pendiente para poder hacerme con ella. Una expectación que se vi menguada tras leer los primeros comentarios a la misma, en la que se hablaba de la dificultad de poder empatizar con una protagonista que decide ser infiel a su marido. De entrada para mi es una dificultad también, pues soy fiel por naturaleza. Pero a pesar de esas reticencias iniciales, no fueron suficientes para desanimarme a leer una novela que finalmente llegó a mis manos.



FABIO VOLO

Me imagino que el autor es tan desconocido para vosotros como lo era para mí antes de leer El tiempo que querría. Por eso os dejo unos apuntes sobre el mismo que aparecen en la solapa del libro.

Efectivamente como con ese nombre no podía ser de otra forma, es italiano, nacido el 23 de junio de 1972 (se trata por tanto de un autor joven) en el pueblecito de Calcinate, en la provincia de Bérgamo, que pertenece a la Lombardía, una región del Norte de Italia, al noroeste de Milán.
Fabio Volo
Nos cuenta que trabajó durante años en la panadería de su padre, unos orígenes humildes y unas experiencias que a veces refleja en sus novelas. Como es el caso de ésta, con unos orígenes muy humildes, siempre con dificultades para llegar a fin de mes, salvo que en lugar de tratarse de una panadería, su padre lo que tiene es un bar.
Después fue disc-jockey y se convirtió en un famoso presentador, tanto de radio como de televisión, con programas para la MRV desde Barcelona, donde vivió un año (¿tal vez por eso uno de los protagonistas de este libro se va a vivir a Barcelona?). Además de eso también ha trabajado como actor en películas como Comprométete, Manuale d´amore 2 y Blanco y negro
La primera luz de la mañana es ya su sexta novela, que ha levantado una gran expectación tras el éxito de El tiempo que querría.



ARGUMENTO

Elena es una mujer felizmente casada con Paolo. Bueno, lo de felizmente es lo que piensa todo el mundo, que envidia su vida: Tiene un estupendo puesto de trabajo y un marido que es una bellísima persona que la adora.
La realidad de puertas para dentro de la casa es un tanto distinta, porque después de varios años de matrimonio y, aunque Paolo es efectivamente una buena persona, no es capaz de cubrir las necesidades afectivas de Elena, que cada vez se siente más sola y más hastiada de este matrimonio en el que tantas esperanzas se había puesto.
Es en esos momentos cuando en su vida se cruza un hombre. Un hombre que vendrá a poner patas arriba la vida de Elena.


EL LIBRO

Se presenta el libro como el diario íntimo de Elena, que va desgranando sus sentimientos y sus pensamientos en dichas páginas. Páginas de un diario que ella misma va comentando a lo largo del libro. Elena es pues la narradora única y, puesto que se trata de una mujer, el universo que en la novela vamos a encontrar es un universo femenino.
Pero a diferencia de otros universos femeninos en los que no tienen cabida los hombres, en el universo de Elena si aparecen algunos hombres, unos hombres que en cierto modo son los que marcan la vida de Elena: se trata de Paolo su marido, Simone el hermano soltero de Paolo y el amante. El amante, así sin nombre. Algo que puede chocar a algunos lectores pero que a mi no me sorprendió tanto, pues ya en El tiempo que querría solo conocemos el nombre del gran amor del protagonista en las últimas páginas, pues mientras tanto simplemente la llama “ella”.

He de reconocer que el libro ha supuesto una sorpresa, porque no esperaba encontrarme con que este libro puede incluirse en la categoría de libro erótico. De hecho en algunos lugares se la incluye entre las nuevas novelas consagradas al género erótico, algo que a raíz de las 50 sombras parece haberse puesto de moda.
Vaya por delante que el susodicho género literario no me llama nada la atención y que no he leído las susodichas sombras, por lo que no me es posible hacer una comparación ecuánime, puesto que sólo puedo hablar del libro de Fabio Volo. Pero si puedo afirmar que aquel o aquella que lea este libro en busca de un relato erótico va a llevarse un buen chasco, porque aunque tenga algunas páginas de alto contenido erótico, no es esa lo primordial del mismo. Es solamente una parte fundamental para el desarrollo de la personalidad de Elena, atascada en su interior y que nunca había visto la luz.
Hablar de alto contenido erótico no es hablar de un lenguaje soez, pues el tema está tratado con suma exquisitez, más como una serie de experiencias que hacen descubrir a Elena que tiene un cuerpo, que este siente y que la exaltación de esos sentidos saca a la superficie una parte de su personalidad que ni ella misma conocía, una experiencia que la permite tomar difíciles decisiones para poder ser ella misma.


No busquéis tampoco experiencias sexuales desorbitadas ni sadomasoquismo. No es esa la idea del autor y desde luego, desvirtuaría la idea básica de la novela, que no es otra que la busca de la libertad. La vida muchas veces nos ata por una serie de decisiones que ni siquiera somos a veces conscientes de haber tomado y que conducen a veces a callejones sin salida, que necesitan del valor de derribar los muros que encierran nuestra persona para poder seguir adelante, y sobre todo, para poder alcanzar la libertad.
Ese es el camino que decide seguir la protagonista cuando comprende que no es libre, que está encerrada como la mosca, dándose golpes contra las paredes:
«Un leve rumor me distrae: es una mosca que choca contra la ventana cerrada. No entiende que hay un cristal e insiste una y otra vez; estará preguntándose por qué no consigue salir. Me levanto, abro la ventana para que salga, pero ella sigue chocando contra el cristal. No es capaz de ver como escapar, le bastaría con desplazarse un poco, la libertad está cerca.» (Página 245)
¿Creéis que ese bello párrafo es una muestra de literatura erótica?


IMPRESIÓN PERSONAL

Comencé a leer esta novela con muchas reticencias. Con demasiadas reticencias. Es una cuestión de principios. Soy un hombre que cree en la fidelidad y de entrada, no me apetecía mucho leer algo sobre una mujer infiel. Ahora bien, veréis que no he titulado esta reseña como Diario de una mujer infiel, sino Diario de una infidelidad. Aunque puedan aparentar lo mismo, lo cierto es que ser infiel es una actitud, mientras que la infidelidad es un hecho puntual, por más que sea repetitivo.
No me es sin embargo difícil de empatizar con la mujer protagonista de esta novela, porque aunque ella parezca no darse cuenta, lo suyo no es ni ha sido nunca un matrimonio.
Cierto que en el enamoramiento inicial, todo parece que va a ser eterno:
«A fuerza de fingir, a veces ya ni siquiera sé cual es la verdad. ¿Cómo ha podido pasar? Estábamos tan seguros de nuestro amor.» (Página 14)


Pero en realidad hay proyectos de vida tomados tan de antemano y de tal manera, que están condenados al fracaso, más que nada porque conllevan un planteamiento del matrimonio que es falso:
«Había tomado la decisión de casarme aún antes de conocer a Paolo. Siempre había pensado que solo me haría mejor gracias a un marido.» (Página 15)

Por eso tarde o temprano, esa relación deja de ser un matrimonio. ¿Cómo puede existir un matrimonio sin comunicación?:
«Cada vez conversábamos menos, hasta el punto que llegue a convencerme de que cuando dos se quieren no necesita hablar mucho.» (Página 15)


Visto todo lo anterior, ¿cómo puede haber infidelidad si no hay matrimonio?.Por eso, a pesar de sus temores, a pesar del miedo a equivocarse y hacer daño a su marido, cada vez es más claro que si quiere seguir adelante, si no quiere reventar encerrada en una vida que empieza a no tener sentido, no va a tener más remedio que arriesgarse:
«El espacio de un error, es un espacio de crecimiento.» (Página 77)

Y en ese afán de liberación, llega a un descubrimiento que le resulta sorprendente:
«Mi placer es un ejercicio para aprender a conocer la libertad.» (Página 134)

Hemos pasado casi sin darnos cuenta de una reflexión personal sobre su vida, sobre su relación personal, a un relato con un marcado tono erótico. Un erotismo bien escrito, no excesivamente descriptivo, que concede un papel fundamental a los sentimientos y a como el placer puede ser una vía de liberación para aquellos que han vivido toda su vida reprimiendo todo sentimiento, anteponiendo siempre los deseos y las necesidades de los demás a las de uno mismo.

Pero lo que más me ha sorprendido de este libro, es que está escrito por un hombre. No por el hecho de que sea un hombre, sino por la manera en que es capaz de describir un universo de sentimientos femeninos, con unas situaciones y unos diálogos que si no sabemos que es un hombre el que está escribiendo, pensaríamos que lo hace una mujer. Y esa es quizás una de las mayores dificultades a las que se enfrenta un escritor, la de conseguir que el lector crea por el lenguaje empleado, que es el propio protagonista el que está narrando, si es una mujer que el lenguaje sea femenino. Si es un hombre, que sea el lenguaje propio de un hombre. Y eso Fabio Volo lo consigue a las mil maravillas.
Consigue que podamos entender las difíciles decisiones que toma Elena, por más que en algunos momentos ella misma se equivoque con aquello que visto desde fuera no puedo evitar pensar ¿por qué le llaman amor cuando quieren decir sexo?. Y consigue que sintamos una cierta lástima por Paolo, equivocado en tantas de las decisiones que toma día a día, incapaz de darse cuenta de que una cosa es lo que el quiere y necesita (llegar a casa y saber que su mujer está allí es para el muchas veces más que suficiente), con lo que su mujer quiere y necesita. Lástima sí, porque muchos de sus errores son también los míos. Pero no por ello podemos dejar de entender el callejón sin salida al que está llevando a su mujer.

Me ha gustado este libro, un poco más cada día que ha pasado. Tal vez porque me sigue quedando un runrún que me obliga a pensar cómo son mis relaciones matrimoniales. Tal vez porque es un libro mucho más cargado de sentimientos de lo que en principio parecía. Tal vez porque su final es mucho más optimista que el de su libro anterior (El tiempo que querría). Optimista en el sentido de que por mal que lo veamos muchas veces, tal vez alguien nos ayude, abra esa ventana y permita a esa mosca que todos somos, salir en busca de la libertad.

Una novela a la que hay que acercarse con la mente abierta, sin demasiadas ideas preconcebidas. Porque los que busquen un relato erótico al estilo de las famosas cincuenta sombras, lo más probable es que no busquen lo que hallaban.



Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles.


DATOS TÉCNICOS

Editorial: Paza & Janés
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 246
PVP: 16,90 €


VALORACIÓN: 8/10







9 comentarios:

  1. A mí me parece más bien una novela romántica, y ese fragmento se presenta muy lírico. Todavía no he leído nada de Fabio Volo, pero jamás que ocurriría clasificarlo dentro del género erótico teniendo en cuenta todas las opiniones que he leído. Un saludo,

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  2. Es la primera opinión que leo que lo encuadra dentro de la literatura erótica. Me gustan las novelas protagonizadas por mujeres y con el tiempo, esta quizás caiga.

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  3. La lei este verano y también me gustó, es cierto que sorprende que esté escrita por un hombre y en mi caso también me sorprendió el componente erótico, no me lo esperaba ya que no lo había visto mencionar en ningún sitio
    besos

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  4. La tengo en mi lista de pendientes.
    Te haré caso e la leeré con la mente abierta.
    Besitos.

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  5. No sé por qué, no me llamaba mucho la atención este autor. Pero con lo que cuentas, me ha picado el gusanillo.. lo mismo pruebo y todo! :-)

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  6. Yo creo que me podría gustar, porque además las dichosas sombras no me llaman nada.

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  7. Yo sí conocía al autor de antes. Soy de las que se deja llevar por impulsos en las librerías y compra autores desconocidos. Así conocí a Fabio Volo y su primera novela en España, Un día más. La experiencia me gustó así que seguramente en algún momento repita con él.

    Besos!

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  8. Qué buenísima reseña. Sobre todo porque no he leído nada del autor y precisamente compré este libro, como dices tú con reticencias.... Tal vez haya visto mi futuro, ojalá teniendo en cuenta que te ha gustado
    Besos
    PD. Las sobras de Grey tampoco son para mí

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  9. Bueno una cosa no quita la otra, ser fiel no quiere decir que no puedas leer sobre una infidelidad. Aunque si te soy sincera a mí me fastidia muchísimo leer sobre infidelidades. A veces es genial tener reticencias y quedarse como te quedaste. Bicos.

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