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viernes, 31 de julio de 2015

VACACIONES: DESPEDIDA Y SEMICIERRE

Para cuando leas esto, yo ya habré salido de vacaciones. Mi amigo Antonio, con el que compartiré mi primera semana de vacaciones, me ha pasado la foto con la que ilustro esta semidespedida. Una foto relajante que, por lo menos en mi caso, es el objetivo de estas vacaciones.



Pero a diferencia de años anteriores en los que “cerraba” el blog hasta el mes de septiembre, esta vez el cierre no será total, porque tengo pendientes un par de compromisos, por lo que alguna reseña que otra, aunque pocas, sí que habrá en este mes de agosto.

Un mes que podría calificar el de los tochos pendientes, porque al menos esa es mi intención, la de leer algunos libros que podría calificar de “tochos” no por su contenido, sino porque superan las quinientas páginas y leer también libros que tengo pendientes por diferentes motivos en mis estanterías, como es el caso de La ciudad de los ojos grises de Félix G. Modroño, El mapa del caos de Félix J. Palma (y ya van con él dos Félix en este agosto) o Respirar por la herida de Víctor del Árbol.


Durante este mes llegaré al millón de visitas, pero eso ya habrá tiempo de celebrarlo a la vuelta, que ya estoy maquinando con qué sorteo hacerlo.

Que tengáis todos un buen verano allá donde vayáis u os encontréis y espero veros a todos a la vuelta.

jueves, 30 de julio de 2015

VE Y PON UN CENTINELA (HARPER LEE)

Ve y pon un centinela
(Harper Lee)





FICHA TÉCNICA

Título: Ve y pon un centinela
Autor: Harper Lee
Editorial: Harper Collins, 2016
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 269
PVP: 19,90 €





Editorial: Harper Collins, 2017
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 304
PVP: 9,90 €





HARPER LEE

Es cierto que el nombre de la autora no ayuda mucho a la hora de vender este libro en la actualidad. A mi sinceramente no me sonaba de nada, lo cual tampoco es raro, porque al entrar en Internet a buscar información sobre ella, me encontré con que es una mujer de un único libro. Sí, Matar a un ruiseñor es la única novela que había publicado.

Nació en el año 1926 en Alabama (Estados Unidos). Obtuvo el Premio Pullizter por su novela Matar a un ruiseñor, publicada en el año 1960, la única que escribió. Aparte de esa novela, publicó algunos ensayos.

Se publica ahora una novela de la autora que no había visto la luz: Ve y pon un centinela.






ARGUMENTO

Jean Lous Finch vuelve a pasar unos días a su casa desde Nueva York donde ahora reside. Su intención es pasar unos días con su padre, Atticus Finch.
Un retorno en el que descubrirá verdades sobre su familia y su padre que cuestionarán lo que siempre ha creído, que pondrá en duda la verdad sobre su escala de valores.






VE Y PON UN CENTINELA

Si Matar a un ruiseñor es una novela que mientras la leía sus imágenes pasaban ante mí en blanco y negro (la influencia de la película no cabe duda que pesaba en ellas), Ve y pon un centinela, es en cambio una película en color, unos colores en tonos pastel, por más que bajo esos tonos pastel, bajo esa aparente placidez, se oculte una sociedad racista, levantada en pie de guerra en defensa de unos privilegios que considera amenazados, en peligro de desaparecer bajo la presión demográfica de la población negra.
Y es a esta población donde regresa a pasar unos días Jean Louise, aún convencida de que su pueblo es un lugar ideal, donde finalmente habían triunfado los ideales propuestos por su padre, aquel famoso abogado que consiguió derrotar el racismo en un juicio, logrando una victoria nunca vista:
Atticus tomó las riendas de su carrera, aprovechó el descuido con el que habían sido formulados los cargos, se plantó delante del jurado y consiguió lo que nadie había conseguido ni antes ni después en el estado de Maycomb: la absolución de un chico de color acusado de violación. (Página 112)

Pero todo se viene abajo cuando descubre la verdadera personal de su padre:
Por más que lo intentaba no podía pensar. Solo sabía una cosa y era esta: el único ser humano en el que había confiado absolutamente, con toda su alma, le había fallado. El único hombre que había conocido al que podía señalar y decir con un pleno conocimiento de causa: Es un caballero Es un caballero de corazón” la había traicionado, públicamente, groseramente y sin pudor. (Página 115)

¿Dónde queda esta definición de su adorado padre?
Integridad, humor y paciencia eran las tres palabras que mejor definían a Atticus Finch. (Página 116)

¿Cómo encajar la realidad descubierta con la idelización que tenía de su padre? ¿Qué es cierto de todos los principios que el la inculcó? ¿Cómo encajar la realidad de la vida con los ideales?:
-Jean Louise, tan solo intento decirte algunas verdades desnudas. Debes ver las cosas tal como son, además de como deberían ser.
-Entonces, ¿por qué no me mostraste las cosas tal y como son cuando me sentaba en tu regazo? ¿Por qué no me las enseñaste, por qué no procuraste explicarme que había una valla alrededor de todas las cosas que decía “solo para blancos” cuando me leías libros de Historia y me hablabas de lo que yo creía que era importante para tí? (Página 237)

Porque ha estado ajena a la realidad, ha visto lo que quería ver en sus vecinos, no la dura verdad que albergan en sus corazones, cuando ellos no han cambiado, no es una historia nueva.
El capítulo que la afectaba había comenzado doscientos años atrás y tenía como escenario una sociedad orgullosa que ni la guerra más sangrienta ni la paz más draconiana de la historia moderna habían podido destruir, y que volvía a repetirse y se desplegaba en el terreno de lo privado, en el ocaso de una civilización que ni la guerra ni la paz podían salvar. (Página 123)


Si bien la figura de Atticus Finch es importante, la que prevalece sobre todo en esta novela es la de Jean Louise, capaz por sí misma de mantener todo el interés de la novela. Un personaje muy complejo:
Henry veía algo tan intensamente femenino en ella que se enamoró. Era fácil encontrarla atractiva y fácil estar con ella, casi siempre, aunque no fuera, en ningún sentido de la palabra, una persona fácil. La afligía una inquietud de espíritu que Henry no alcanzaba a entender, (Página 21)

Era el tipo de persona que, al toparse con una salida fácil, tomaba siempre el camino más difícil. (Página 23)

Criada en completa libertad, toda su infancia ha sido la de un chico, más que el de una chica, de ahí el choque con la realidad de descubrir del modo más abrupto, que en realidad es una mujer:
Jean Louise nunca había tenido plena conciencia de ser una chica. Su vida había estado repleta de acción intrépida y porrazos: luchar, jugar al fútbol, escalar, mantenerse al ritmo de Jem y superar a cualquiera de su edad en cualquier competición que requiriera destreza física.
Cuando se calmó lo suficiente para prestar atención, pensó que le habían gastado una broma pesada: de pronto debían ingresar en el mundo de la feminidad, un mundo que despreciaba, que no podía comprender y del que no podía defenderse, un mundo que la rechazaba. (Página 118)


Tremendo dilema el que se le presenta a Jean Louise: cerrar los ojos y pensar que nada ha cambiado, o encajar en su vida la nueva realidad que ha descubierto. Abrir los oídos o acallar la conciencia. Ese es el centinela al que hace alusión el título:
El texto de hoy está tomado del capítulo veintiuno de Isaías, versículo seis: “Porque el Señor me dijo así: Ve y pon un centinela que haga saber lo que viere”. (Página 98)


Necesito un centinela que me diga lo que ve cada hora a la hora en punto. Necesito un centinela que me diga “esto es lo que dice fulano y esto es lo que quiere decir de verdad, que trace una raya en medio y diga “aquí hay una justicia y aquí hay otra” y me haga entender la diferencia. Necesito un centinela que dé un paso adelante y proclame ante todos ellos que veintiséis años es mucho tiempo para gastarle una broma a una, por muy graciosa que sea. (Página 180)






IMPRESIÓN PERSONAL

Hay libros que salen a la venta rodeados de polémica, artificial en muchos casos, puro artificio de marketing para vender más. No es el caso de Ve y pon un centinela, pues la pregunta que aparece en todos los medios es si realmente su autora quería que esta novela fuese publicada o no.
Tras años de resistirse a su publicación, su autora Lee Harper que solo escribió en su vida una novela, la maravillosa Matar a un ruiseñor, cuando su vida y su salud mental parecen estar en pleno declive, accede a la publicación de este original encontrado hace no mucho por su abogada. Una novela que aunque transcurra veinte años después de la acción de Matar a un ruiseñor, su escritura es anterior, pues se trata de un manuscrito que fue rechazado por las editoriales que le sugirieron que escribiera una novela que narrase la infancia de la protagonista. Dicha novela fue Matar a un ruiseñor.

¿Cuáles pudieron ser los motivos para que Harper Lee no quisiera publicarla? ¿Tan mala era? Lo cierto es que, una vez leída, queda claro que esa no puede ser la razón, porque Ve y pon un centinela tiene momentos maravillosos. Es cierto que el final a mi no me ha convencido y que en la parte final de la novela hay páginas demasiado discursivas y poco convincentes a la hora de explicar los motivos del comportamiento de Atticus Finch. Pero eso tenía fácil solución, porque solo era cuestión de trabajo y un buen editor para reescribir y mejorar esas páginas.
Más bien me inclino a pensar que Harper Lee no quiso atentar contra uno de los iconos, no solo de la literatura americana como es Atticus Finch, sino contra una de las figuras que encarnan los valores de la democracia americana.
Esos valores inculcados con su palabra y su ejemplo a su hija y que llevaron a esta a escribir toda una delcaración de principios en la pizarra de la escuela:
«Y aprovechando una oportunidad para dinamizar la lección, fue a la pizarra y escribió: “DEMOCRACIA” en mayúsculas. Democracia, -dijo- ¿Alguien puede dar una definición?
Yo levanté la mano recordando un antiguo latiguillo electoral que me había explicado Atticus: Derechos iguales para todos; privilegios especiales para nadie.» (Matar a un ruiseñor. Página 380)

¿Dónde queda ese paradigma de la democracia, del respeto a los demás convertido ahora en un racista que incluso es miembro del Ku Klus Klan? ¿Dónde queda aquel pacifista que dio origen a otro de los más bellos párrafos de su novela anterior, justamente la que le da título?
«Preferiría que disparaseis contra botes vacíos en el patio trasero, pero se que perseguiréis a los pájaros. Matad todos los arrendajos azules que queráis, si podéis darles, pero recordad que matar a un ruiseñor es pecado.
(…)
Los ruiseñores no se dedican a otra cosa que cantar para alegrarnos. No devoran la fruta de los huertos, ni comida en los graneros, no hacen nada más que derramar el corazón, cantando para nuestro deleite. Por eso es pecado matar a un ruiseñor.»
 (Matar a un ruiseñor. Página 145)

Y sin embargo, la denuncia que hace del racismo no solo es actual, basta con ello con ver cómo siguen presentes las actuaciones racistas que están dando lugar a graves disturbios raciales en algunas calles de Estados Unidos, sino que es universal. Haced la prueba de sustituir la palabra negros por la de emigrantes en el siguiente párrafo y decidme si no habéis oído en numerosas ocasiones estos mismos argumentos en nuestro país:
-Vamos a llevarlo al terreno práctico. ¿Quieres que haya negros a montones en nuestras escuelas, en nuestras iglesias y nuestros cines? ¿Los quieres en nuestro mundo?
-Son personas, ¿no? Estuvimos dispuestos a importarlos cuando nos hacían ganar dinero.
-¿Quieres que tus hijos vayan a una escuela que haya bajado el nivel para integrar a niños negros?
-El nivel académico de la escuela que hay en esta misma calle no podría ser más bajo, Atticus, y tú lo sabes. Tienen el mismo derecho a las mismas oportunidades que los demás, tienen derecho a disfrutar de las mismas. (Ve y pon un centinela. Página 239)

¿Merece entonces la pena leer Ve y pon un centinela? Yo creo que sí. Desde luego, si aún no has leído Matar a un ruiseñor, no hay duda que tendría prioridad leer primero esa novela, que es una obra maestra, algo que no es el caso de la que hoy me ocupa. Pero aún no siéndolo, a pesar de ese final que no me ha convencido, el personaje de Jean Louise tiene una fuerza tal que sin duda debe estar presente en nuestras lecturas. Al mismo tiempo, muchos de los momentos en que Jean Louise rememora su pasado, tienen una fuerza narrativa tan impresionante que han conseguido transportarme a un tiempo y un lugar lejano.
De paso, todo lo que sea replantearte tus principios, descubrir hasta que punto esos planteamientos racistas pueden estar en nuestros corazones, obligarte sin que te des cuenta a reflexionar sobre tu actitud vital, es un tiempo que merece la pena “gastar”.
Luego, una vez leído el libro, ya tendrás tiempo a decidir con qué imagen de Atticus Finch te quedas, sin con el caballero prototipo de los valores de la democracia, o con el Atticus Finch que es un caballero si, pero con todos los prejuicios y contradicciones del alma humana.






VALORACIÓN: 9/10



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miércoles, 29 de julio de 2015

GANADOR DE UN EJEMPLAR DE UN OCÉANO ENTRE TÚ Y YO (ALEXANDRA ROMA)

Ya tenemos el nombre del ganador que recibirá un ejemplar de Un Océano entre tú y yo de Alexandra Roma.



Muchas gracias a todos por la participación. Aquí podéis ver el listado de los participantes.

Y la ganadora (la cual esperamos que disfrute mucho con el libro) es...

ESTHER BLANCO



¡Enhorabuena! Manda tus datos postales a leyendoenelbus@gmail.com en un plazo de 72 horas. Nosotros los remitiremos a la editorial Esencial, la cual será quien te envíe el ejemplar.

martes, 28 de julio de 2015

DIEZ NEGRITOS (VARIOS AUTORES)

Diez negritos
(Varios autores)






FICHA TÉCNICA

Título: Diez negritos (Nuevas voces del género negro español)
Autor: Varios autores
Editorial: Alrevés
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 190
PVP: 10 €









DIEZ NEGRITOS

Diez negritos es una colección con diez relatos de género negro escritos por nuevos autores y que cuenta además con un interesantísimo prólogo de Álex Martín Escribá y Javier Sánchez Zapatero en el que hacen un repaso a qué es lo que se entiende por novela negra, cuál ha sido la evolución de este género en España, a su variedad de estilos.
Un tema que da mucho de sí, qué es y qué no es novela negra, porque creo que al respecto hay casi tantas opiniones como lectores. Por su interés os reproduzco lo que ellos opinan al respecto:
Escribir novela negra no es simplemente crear una trama de extraños asesinatos en serie o construir un personaje alcohólico que pasea borracho por las calles de la ciudad. El género no es una cuestión de estereotipos, es algo mucho más importante que eso: es una forma crítica de observar la realidad y de ofrecer una interpretación personal y comprometida de lo que está ocurriendo. (Página 22)

Antes de cada relato, viene una pequeña biografía del autor del mismo, muy interesante porque nos pone en la pista de cuál ha sido su trayectoria y puede servir de guía, al menos a mí me lo ha servido, para saber cuáles han sido sus novelas anteriores. De hecho, algunos de ellos han entrado ya en mi librería y otros entrarán en breve, aprovechando la nueva colección de novela negra de El País, en la que podéis encontrar títulos de estos autores (Carlos Zanón, Aro Sáinz de la Maza y Berna González Harbour)
Autores ya consagrados como Víctor del Árbol y otros que no paran de acaparar premios como Alexis Ravelo, Carloz Zanón, Claudio Cerdán o Toni Hill. Pero el resto no les va a la zaga en su lucha por conseguir un puesto entre los más vendidos.


Estos son los relatos que podemos encontrar:


EL ECO INEXISTENTE (Jordi Ledesma Álvarez)
Entre los recuerdos imborrables que muchos atesoramos, está el de algunos veraneos. Es el caso del protagonista de esta historia: sus veranos en una urbanización próxima a Barcelona, especialmente la del verano de 1995, con unos hechos que marcaron su existencia para siempre.


LA HORA VEGETAL (Alexis Ravelo)
Un inválido es degollado mientras estaba sentado realizando sus necesidades. Un caso aparentemente intrascendente de alguien que se dedicaba a trapichear con droga.


MÓDULO 7 (Claudio Cerdán)
Cuando a un tranquilo módulo carcelario llega un depredador, la vida de sus ocupantes puede cambiar por completo, creando a su alrededor desesperación y ansias de venganza.



HOTEL NAVIDAD (Carlos Zanón)
Nochebuena, la habitación del dueño de un hotel, una mujer embarazada y una inesperada declaración de paternidad dan pie a un opresivo relato.



NOSOTROS (Víctor del Árbol)
El maltrato puede dar lugar a extrañas historias, a una sed de venganza insaciable.


LA CAZA (Susana Hernández)
Los tiempos cambian. Hoy el flautista de Hamelin no llevaría una flauta, sino una guitarra para ir llevándose detrás de sí a los niños. Pero un viejo policía está tras su pista, en el que sabe, es su último caso antes de que el cáncer acabe con él.


LO QUE LAS ARAÑAS ME HAN CONTADO (Aro Sáinz de la Maza)
El amor puede provocar extrañas locuras, especialmente si uno sabe que dicho amor está siendo traicionado.


CABELLOS DE ANUNCIO DE CHAMPÚ (Jorge Navarro)
La historia de una venganza. Y es que hay enemigos implacables que se llevan por delante con falsas declaraciones de amor a los seres queridos.


A TUS OJOS (Berna González Harbour)
Las últimas horas de un rehén a punto de ser ejecutado por un grupo terrorista.


EL ORGASMO SEGÚN WALT DISNEY (Toni Hill)
¿Están los concursos literarios amañados desde el primer momento? Pues mucho cuidado, que algunos concursantes no se lo toman muy a bien y su venganza puede ser terrible.







IMPRESIÓN PERSONAL

En la introducción nos dicen los autores del prólogo:
Entre los cuentos aquí recogidos se observa una amplia variedad de registros y temáticas. El punto común a todos ellos es la intriga: se trata de historias que enganchan, que dejan atrapado al lector, con personajes de toda índole que huyen de los estereotipos detectivescos y pasajes donde las víctimas también tienen un papel destacado. (Página 23)

Es cierto, cada uno de los relatos que se nos presentan es totalmente diferente, tanto en su temática como en su ejecución o al tipo de personajes que en ellos aparecen. Sin embargo, hay un punto en común en muchos de ellos: la venganza, tal vez porque sea uno de esos sentimientos primitivos que albergan en el hombre, causa principal de la violencia y clave en muchas historias de novela negra, como es el caso de las aquí recopiladas.

Es en definitiva una demostración como se nos cuenta en el prólogo de que no sólo la novela negra está viva, sino que es un género abierto y que permite mucha variedad de estilos y esquemas narrativos.
En definitiva Diez negritos es una nueva selección que reúne un abanico de historias y de variedades que muestra la elasticidad de la novela negra. (Página 24)

No he querido entrar a juzgar una a una las historias que aparecen en el libro, porque el nivel de todas ellas es altísimo. El que unas me hayan gustado más que otras es más bien una cuestión de gustos personales que otra cosa, porque todas han conseguido sorprenderme y en muchos casos inquietarme. Unas se acercan más al prototipo de la novela negra (Lo que las arañas me han contado, La hora vegetal, Módulo 7) y otras toman por derroteros muy diferentes como puede ser el caso de A tus ojos. En pocas el humor es la nota principal, a excepción tal vez de el relato con el que se cierra la colección: El orgasmo según Walt Disney.

En resumen, una colección de relatos imprescindible para los amantes del género. El precio además (diez euros) hace que esté al alcance de todos los bolsillos.






VALORACIÓN: 9/10




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lunes, 27 de julio de 2015

CONFESIONES DE UNA HEREDERA CON DEMASIADO TIEMPO LIBRE (BELÉN BARROSO)

Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre
(Belén Barroso)





FICHA TÉCNICA

Título: Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre
Autor: Belén Barroso
Editorial: Espasa, 2015
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Páginas: 316
PVP: 19,90 €






BELÉN BARROSO

Tomado de la solapa interior del libro:

Belén Barroso (Madrid, 1970), después de muy variados colegios, trabajos, casas y muchas lecturas tuvo una iluminación: debía dedicarse a escribir humor. No: nadie advierte de que la lectura encierra tamaños peligros.
Un día le dijeron: “¿Por qué no escribes un blog”. Y lo escribió.
Otro día: “¿Y por qué no escribes un libro?”. Y lo escribió.
Y ahora que ha escrito el libro, le han dicho: “Por qué no te conviertes en una autora superventas?”. Ahí lo dejo.





CARTA A TU

Querida amiga.
¿Me permites que te llame querida amiga, no? Es que lo de Lady Hawthornetone-Williamsmith (que como bien dices también eres rica en sílabas del apellido), me resulta demasiado distante y lo de querida TÚ un poco raro. Claro, que es lo que debería hacer, porque en todas tus cartas firmas como YO. Aunque sé tu nombre, que para algo ayer terminé de leer tu “epistolario”, que según mi amigo Arturo (el Señor Pérez-Reverte para los que no son íntimos como yo) que es muy listo y trabaja en un sitio muy raro (la RAE) que se dedica a la limpieza (o al menos eso pone en su propaganda, que limpia, fija y da esplendor) es una colección de cartas recibidas por una persona.
Tras leerlo, he llegado a la conclusión de que tu mayordomo y los carteros de Inglaterra son un poco flojos. ¡Protestar por el peso de una sola carta! Si yo las he tenido todas juntas entre mis manos y el peso no es para tanto. Vamos, no pesa nada, sobre todo si lo comparamos con esos tochos de tu compatriota Ken Follet (que lo suyo si que son folletines y no lo tuyo)

Languidecía yo (que según tú es estar aburrido hasta el límite), cual solo pueden languidecer los ricos, en mi residencia de verano, cuando tuviste a bien hacerme llegar un ejemplar de tu epistolario. Gracias, gracias, gracias. Nunca podré agradecerte lo suficiente los buenos ratos que me has hecho pasar mientras leía tus aventuras y desventuras.

Ya me gustaría ser como tú: un rico heredero. O por lo menos tener demasiado tiempo libre (¿es posible tener demasiado?) Pero el poco que tengo y el que me saco de la manga (algo difícil en verano, que con estos calores ya somos cuatro o menos los que nos atrevemos a vestir como Dios manda con chaqueta y corbata y las mangas brillan por su ausencia) para tomar nota de sus interesantísimas cartas. ¿Como enterarme si no de que la decencia impone un mínimo de cinco enaguas? ¿Cómo si no saber comportarme de forma debida en un baile?
Porque he descubierto con horror mi inmoralidad, no por bailar un vals, algo lejos de mis conocimientos, sino por atreverme a poner la mano en la cintura a mi mujer mientras bailamos alguna pieza. ¿Y cómo bailar sin tener un carnet de baile? (que no es precisamente el carnet de la academia de baile) ¿Y cómo no sentirme desgraciado si ¡colmo del incumplimiento de las normas sociales! Solo bailo con mi mujer?

También he descubierto un noble juego de cartas como el wist. No ese juego de mentirosos y tramposos que practico en mis reuniones sociales, con un nombre que parece el mugido de una vaca y en el que te permites guiñar el ojo a tu pareja, sacarle la lengua y otros extraños gestos.

Seguiré atento a tus cartas, a ver si consigo aprender algo, que no sé si serán los calores o qué, pero me quedan menos luces que al rico heredero que intentas conquistar y seducir.

Aunque no debería sugerírtelo, sigo a la espera de que me invites a una de tus fastuosas meriendas, esas en las que pese a su improvisación consigues preparar bandejas y bandejas de los más ricos sandwiches y pastelillos de crema.

Espero que hayas disfrutado de esta humilde (que no pobre) reseña.

Atentamente:

El Archiduque de Owlbetweenbooks
(El búho entre libros para los amigos)





CARTA A LOS LECTORES

Estimados lectores, conocidos o por conocer.
Me he permitido en esta ocasión salirme de los cánones “normales” de una reseña para hablaros de esta original novela de Belén Barroso que nos cuenta las desventuras de una pobre (es un decir, porque millones tiene su familia para aburrir y no puedo sustituir la palabra pobre por humilde, porque mi amiga puede ser muchas cosas pero la humildad no es uno de sus defectos) muchacha que a sus diecinueve años aún no ha conseguido casarse ni comprometerse, por lo que su situación es muy delicada, pues a punto está de pasarse para ella el arroz, de convertirse oficialmente en una solterona sin posibilidad de morir en un parto múltiple antes de cumplir los veinticinco años como sueñan todas las jovencitas.
Por eso escribirá contando sus cuitas a su amiga Edwina, que son esas cartas de las que hablaba en el apartado anterior, y todo aquello que hará para conseguir encontrar ese marido, mientras nos explica su lánguida y aburridísima vida.

Lo cierto es que, aunque su vida sea muy aburrida, la cuenta con tal gracia que no he podido menos que estar casi toda la novela riéndome de sus patochadas, de su visión de la vida. Sobre todo porque nos las presenta del modo más serio.

Una novela que nos retrotrae a esas novelas de finales del siglo XVIII y principios del XIX, concretamente a la literatura de Jane Austen, omnipresente en esta novela, con citas constantes a sus libros, al ambiente de los mismos, con esas nobles familias que vivían en el campo viviendo de sus rentas, sin más preocupaciones que casar bien a sus hijos, de participar en la vida social, en los bailes de sociedad. Con una nobleza rica y los criados que a ellos servían de por vida.
Una visión irónica de aquellos tiempos que sin duda disfrutarán todos aquellos que hayan gozado con la literatura de Jane Austen. ¿Vas a perdértelo?






ALGUNAS PERLAS DEL EPISTOLARIO

Me pregunté si habría salido a pasear para matar el tiempo mientras sus arrendados se matan a trabajar para que el siga viviendo en el ocio más insultante. (Página 23)

Me alegra ver que milady disfruta de la mayor alegría que encuentra un rico al ayudar a un pobre: el saber que por mucho que le ayude siempre seguirá siendo más rico que él. (Página 56)

Ella puso gesto pensativo, lo que me hizo temer por su salud porque es bien sabido que no es buena idea emprender con demasiado ímpetu un ejercicio si no estamos acostumbrados a ello. (Página 86)

La duquesa viuda sonrió y le lanzó una mirada de impaciencia a su hijo, que este no captó, pues todo este tiempo había estado parado mirando al infinito con esa placidez que solo tienen los que poseen muchas rentas o pocas luces. Y en su caso, ambas cosas a la vez. (Página 125)





VALORACIÓN: 8/10



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